七十五

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—Tú puedes... ser un héroe... joven Midoriya...


Todo era un desastre.

Una pesadilla de la cual no se podía despertar.

¿Hay alguien ahí?

¿Quién podría parar aquella tormenta de la cual no había una salida?

¿Quién lo salvaría?

¿Había siquiera un salvador?

Toshinori no podía más con aquel peso que se dejó caer sobre su alma, aquellas escenas, ver cómo su pupilo, aquel chico al cual le otorgó un poder, al cual le dio esperanzas y un sueño que seguir desaparecía volviéndose un ser sin corazón.

Transformándose en una bestia sin retorno.

Le dolía.

Demasiado que el dolor de las heridas no era nada comparado a ello. El como la madre del chico había perdido al vida y como todo perecía al rededor.

¿Era su culpa?

¿AllMight, el símbolo de la paz había atraído aquello al retirarse?

¿Era realmente el responsable por no haber acabado en su momento con All for One?

Las fuerzas le abandonaron, ya ahora solo era un cascarón vacío, sus ojos ya no tenían brillo, no expresaban nada.

Aizawa le llamaba pero no atendía. Miraba como pasó de estar con Shouta a estar con otros héroes de protección y médicos quienes lo llevaron a lo que por el momento era una zona fuera de peligro, donde más civiles y héroes como personal, médicos y entre otros auxiliaban y ayudaban a mantener la calma.

—¡Profesor! –giró con pesadez el rostro mirando a una joven chica, de clases generales correr a ayudarle, al parecer y por el chaleco era auxiliar de enfermera —¿donde le duele?

Bajo la mirada, no merecía ayuda, ni siquiera ser tomado en cuenta.

El era quien debió morir, no Inko, él debería lidiar con todo el peso, no el joven Midoriya.

—¡Profesor! –llamó de nuevo la chica preocupada chocándole los signos vitales y colocarlo en la camilla más cercana y desocupada —todo estará bien.

Y esa sonrisa.

Ese pequeño detalle en el rostro azulado de la chica le hizo encender un poco el brillo en los débiles ojos azules. Lágrimas surgieron sin poder evitarlas.

Una sonrisa en la oscuridad.

Se puso en pie tambaleándose.

—Gracias... jovencita, Hina –agradeció.

¿Qué había estado haciendo?

¿Que había estado pensado?

La chica le riñó, se encontraba en mal estado, pero aún con ello no le evitó la ida de regreso con los héroes. Sonrío de nuevo y siguió atendiendo a más gente.


Kyousuke no permitiría que Kid fuera también parte de los planes de su hermano.

Lo sabía. Sabía que nada bueno pasaría.

Gruño y retrocedió ante las balas de Kid, dejando que las sombras se movieran y atacaran al chico.

Estaban a la altura de poder, no era algo ajeno que no supieran, y ese era también lo que les motivaba a atacarse, a mostrarle al otro que realmente era más fuerte.

Kid frunció el ceño, las sombras como las balas tenían la misma velocidad, debía atacar el centro, pero Kyousuke sabía defenderse bien.

—Maldito –no podía manifestar su poder, debía quitarlo del camino antes.

Yo contra el mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora