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—Que quede claro que ninguno de ustedes tiene contacto con Bakugou o Bakugou de ustedes, todo lo que hagan o él haga no deberá contarse.
—¡¿Eh?! –exclamó el bakusquad a los minutos de llegar a su destino —¿por qué no podré hablar con mi Bakubro? –saltó Kirishima.
Todoroki gruño frunciendo el entrecejo.
—¿Todoroki? –llamó Momo —¿pasa algo?
Este negó sin decir palabra.
—Si hay algo que te inquiete o incomode puedes decírmelo... claro si tú quieres... no solo como la segunda al mando de la clase... sino también como compañera y... amiga...
—Estoy bien, Momo –irritado se alzó –iré a caminar un poco.
Fueron sus palabras sin esperar respuesta de la chica, quien se quedó con la palabra en la boca.
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—¡Es el colmo! –saltó de su asiento Toru y golpear la mesa con ambas manos asustando a las chicas —¡algo te pasa Momo!
Mina no menos que Hagakure, sospechaba algo. Se acercó a la chica examinándola bien de cerca de arriba a bajo ante la mirada atenta de las otras chicas.
Aquel día se lo habían ganado libre, por lo que salieron a comer a un centro comercial o muy lejos mientras los chicos recibían una clase extra por parte de Katora.
Los días ahí con Nosaka y Katora se habían vuelto tan ligeros y fantásticos que el tiempo pasó volando para todos.
—Kero ~ ¿tiene que ver con lo de esta mañana? –aquella pregunta sería la detonante.
—¡¿Que sucedió?! –se apresuró el par cerca del rostro de la chica quien no sabía qué hacer o decir.
—Oigan tranquilas –las distanció Jirou —están exagerando. Dejen que hable cuando este de humor.
Ochako asintió —nos es bueno presionar a alguien para que hable.
—Hablando de ello –Uraraka sintió un escalofrío recorrer su espalda cuando las miradas de Hagakure y Mina se posaron en ella.
—Kero~ chicas –llamó la atención la anfibio sacando a todas de aquella burbuja de tensión cuando Jirou avisó que se agacharan y esta protegiera a Momo.
Los vidrios cayendo cual cascada, gritos de pánico y terror inundaron los oídos y el resonar de las balas quebrantando todo a su paso.
—Tenemos rodeado el edificio con explosivos, así que no intenten nada o todos juntos nos iremos al infierno –aviso por los parlantes —si alguien piensa pasarse de listo, no tendré compasión y matare al primero que vea. Están avisados.
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Horas antes...
—¡Chicas lindas! –fueron sus últimas palabras en el día cuando Shoji le sujeto con un de sus tentáculos.
El grupo de chicos atendía a las palabras de Katora antes de la distracción de Mineta por un par de chicas que pasaron por el lugar.
Caía un poco de nieve por lo que no hacia frío. Nosaka y Aizawa cuidaban del grupo por la espalda y daban sus puntos de vista ante las mejorías de ellos.
Habían llevado operaciones secretas y misiones de nivel básico en aquella ciudad para ver su desempeño y evolución.
Aquella adicional para los chicos era ante un descuido que tenían casi siempre los chicos a la hora de actuar, por lo que Katora se encargan de dar palabras y muestras de aquella, teniendo como alumno ejemplar a Midoriya quien no paran de hablar hasta que Sero le cubrió la boca antes que Aizawa.
Algo extraño que Sero notaba era la distracción en el bicolor, algo inusual y más que Hanta se diera cuenta, y no solo eso, la inestabilidad emocional de Denki cerca de Nosaka y la falta de confianza de Eijirou en Bakugou.
Hanta integraba ese alto porcentaje de chicos típicos y normales, como Mineta, Mezo u Ojirou entre otros que poco se entrometía en la vida de otros y trataba de vivir lo más normal posible.
Pero, era posible que esa no sería su vida por mucho tiempo.
Se sobresaltó al sentir la mano de alguien en su hombro, al ver sobre este dio un suspiro.
—El cambio en la vida puede llegar de la misma manera, de sorpresa –musitó Nosaka con su total tranquilidad.