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—¡Seré el más fuerte de todos! –exclamó el cenizo con el puño al aire y ver a la de coletas —te cuidaré de todo mal.
El golpe dio en el blanco que se encuentra a cien metros de distancia, su puntería había mejorado considerablemente en los últimos meses.
Maka recordaba aquellas palabras con cariño. Desde que su primo hermano se había quedado en Japón, las cosas ya no habían sido las mismas desde aquel invierno.
Una palmada a la espalda hizo regresar la mente a la realidad, al hoy.
Soul le sonrío, esa encantadora sonrisa que le aceleraba el pulso y hacía al corazón bombear con mayor cantidad haciendo sus mejillas sonrojar.
Soul siempre había sido su fortaleza, aquel con el cual podía hablar, expresarse y ser ella misma, pero también era importante.
—¿Estas bien? –le giró para verla mejor, aquellos orbes aceituna no podían esconderle nada.
—No es nada, Soul. Vamos –le jalo por la muñeca para terminar entrelazado los dedos con los ajenos.
Aquellos meses habían sido de muchos cambios, de retos y cuestiones que los pusieron más allá de los límites.
Soul ya se había convertido en un arma peligrosa y apta para ser el sucesor del padre de Maka, quién es una arma especial del director que tomaba dirección en aquella institución Shibusen. El arma Stein, quien antes de que Shinigami muriese meses atrás, le dejó a cargo.
Maka se había estado entrenando con el intrépido Blackstar, su amigo de toda la vida y cuyo ego y fuerza cada día eran infinitos. Pero ahí no acababa el grupo, Tsubaki, arma de Blackstar era su punto.
Aunque no lo reconocieran oficialmente, el par mantenía miradas y caricias lo las secreto posible, y es que él se enamoro de la chica desde su llegada a la institución, y saber que serían uno, técnico y arma aquello no le dejo las dudas que ella sería la indicada.
—Chicos –llamó el intrépido corriendo a ellos con una hoja alzada al cielo —es importante –la seriedad en este pocas veces se veía, y esa era una de ellas.
Un impreso en el cual está planeado una imagen y texto, un hecho ocurrido no hace muchas horas atrás en una parte del mundo.
—Kid...
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Lograron acabar con los villanos y aquella bestia Nomu. No les fue fácil, pero juntos lograron hacerlo, ahora el equipo de rescate, paramédicos y ayuda civil se encargaban de todo, así como héroes dejando a los chicos descansar.
Una luz resplandeció en el chico de cabellos azules, dividiendo en dos la luz y dejar ver dos seres distintos. A diferencia del de orbes ambarinos se encontraba bien, pero Bakugou era otra cosa.
Vacío el estómago aún lado de un bote de basura, Shigeo y Tsurugi le ayudaron siendo Kid quien se quedara sin comprender bien aquello.
Todo le daba vueltas y las piernas le temblaban, un fuerte chirrido escuchaba en los oídos y como la cabeza le palpitaba.
Hanazawa y Ritsu, quien ya había sido atendido, fueron con ellos a socorrerles y saber que pasaba.