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Y aquella noche todo quedó claro en esa habitación, demasiado claro.
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A la mañana siguiente era un día nuevo, el pasado fue el día cero, ahora comenzaba lo bueno.
Hakuryuu no estaba pero le dejó una nota que leyó con su usual ceño fruncido.
Baño, vistió y alisto para salir, los dormitorios eran distintos de los que eran en UA
No había nadie en los pasillos, seguro estarían en las clases ¿Hakuryuu también?
No le intereso saber nada del chico, aún si Aizawa le daba la información, no la quería. No había necesidad de saber de un "chiquillo".
Ahora aquello le golpeaba, literal, en el rostro. No era un chico cualquiera, sino un número uno, algo bueno para él.
Luego el hecho de tener doble kosei, aún más interesante. Pero lo que rumbo su ego aquella noche en la que si el albino abría la boca, el se encargaría de sellarla, era que le calló, le dejó sin palabras con algo tan simple.
Empuñó con fuerza frunciendo más el entrecejo en lo que avanzaba.
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Llegó al aula donde se encontraban los jóvenes, distintas formas, tipos y colores pero no le interesaba más que uno.
Y para su sorpresa, fue como si nadie hubiera entrado, no esperaba un carnaval pero...
—La bella durmiente despertó –bromeó el profesor quien posó la mano pesadamente en el hombro de Katsuki quien le miro con cara de pocos amigos —puedes integrarte o hacer nada y dejar que el tiempo corra, lo que hagas en verdad no me interesa.
¿Eso era...un profesor?
—Creí que despertarías más tarde, pero no está mal –llegó Hakuryuu, miro con reproche a Akio quien sonrío —al menso trate de comportarse un poco como profesor con él. Estudiaste de Japón son como usted dice más "matados" que...
—Espera ¿me estás diciendo "nerd"?
Akio y Hakuryuu se encogieron de hombros.
—¿Ese es él tipo que ganó el festival deportivo de Yuei? –río uno al tiempo que se levantaba –no es la gran cosa.
Si había algo para que Katsuki perdiera su comportamiento, era esa.
Sonrío endemoniado —¿como haz dicho?
—Vamos Nishiki, no vale la pena –habló otro chico en su lugar. En la clase había doce estudiantes.
—Cierto –apoyo otro con las manos tras la nuca. El segundo de cabello rosa y el tercero de regordete cuerpo.
—Nishiki, Someoka, Kabeyama –llamo la atención Akio –dejen a la princesa de UA en paz.
Hakuryuu se golpeó la frente y Katsuki miro aún más enojado a aquel tipo ¿quien se creía? ¿En verdad era un maestro?
Y entonces...
—Fudou Akio, no creas que no escuche lo que dices –la piel a media clase se le estremeció.
Los tres tomaron asiento y Akio no sabía dónde meterse.
—Ulvida... que sorpresa.
La mujer entro con gran porte y elegancia que se iban por la coladera ante la esencia fuerte de su enojo palpable que incluso Bakugou y Hakuryuu retrocedieron.