四十七

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Sentía aquel pegajosos y viscoso líquido en su cuerpo, aquel negro que salió de su boca y le envolvió para transportarlo a otro sitio, ese que le recordaba aquel suceso vergonzoso de él, en el que fue atrapado y llevado ante All for One.

Le dieron ganas de vomitar por el olor y la sensación que quedó en su boca, el lugar era un castillo antiguo, lúgubre y frío en el que apareció.

No había nadie a la vista, pero sentía una mirada sobre él, una muy pesada que le hacía recorrer un escalofrío por todo el cuerpo y estar alerta.

—Bakugou... –esa voz le termino de erizar la piel y arder en su pecho una ira que se expandió en su ser, pero también un primitivo sentimiento de miedo, de salir de ahí los más pronto posible —Bakugou –la risa acompañada después de musitar su nombre le causó nada de gracia a Katsuki.

El suelo debajo de él se quebranto y cayó con este a un oscuro agujero para caer sobre el escombro, gritos, dolor, sangre.

Gente que huía, que clamaba ayuda al cielo, pero que sólo recibía más y más dolor. Negó y se puso en pie para socorrer a aquellas personas, pero una fuerza invisible le impidió dar otro paso. No importaba los insultos, golpes o explosiones que diera, la barrera no cedía y su ira crecía.

—¡Mierda... Shine! —la fuerza de la explosión le hizo retroceder —¡¿Que mierda?!

—¡Bakugou! –reaccionó al llamado de aquella voz, Hakuryuu le hablaba pero ¿era otro Bakugou?

Hakuryuu corrió a ese otro Bakugou, quien se enfrentaba a un tipo sin alguna emoción en sus ojos oscuros o rostro imperturbable de cabellos amarillos. Antes de que este tocara a Bakugou, Hakuryuu tiro de él lanzándolo lejos de ahí con su poder de viento recibiendo insultos de Bakugou, pero lo que vio su verdadero yo quien veía aquella escena fue terrible.

El corazón se detuvo y sus rodillas perdieron fuerza para sostenerle.

Abrió los ojos alzándose con rapidez y dirigir la vista a la cama ajena, estaba bien ordenada.

Los alumnos le veían con extrañeza, de hecho Taiyou al verle como Nanobana le ofrecieron de sus prendas para ponerse encima al salir con el pecho descubierto y en bóxers. No le importo como salió, fue que dio con el susodicho y le miro recibiendo por la otra parte la misma atención.

—¿Estás bien? –habló el bicolor preocupado. En la noche Katsuki había tenido un poco de fiebre por lo que no le molestaría en la mañana.

Amemiya y Kinako le pusieron las prendas encima para cubrirlo, estaba estático mirando solo a Hakuryuu sin saber lo que decía, hasta que su estómago se revolvió y vomito al suelo.

Alguien de mayor grado ayudó a los chicos al prepararse para ser médico, llevaron a Katsuki a la enfermería en la cual pasó el día.

Antes de media noche, ya había tenido cambio de ronda compuesta por Taiyou, Nanobana, Yukimura y Kazuto.

—En verdad soy... débil...

Yo contra el mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora