三十一

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—¡Está fuera de discusión! No se hable más del tema –dio por finalizada la conversación o más bien petición de las chicas.

Iida debía cuidar de todos, su integridad, sus secretos, cuidarlos a ellos mismos aún sea del propio mal que los engulle.

Lideradas por Mina y Hagakure, las chicas se presentaron delante de Tenya en la sala común donde leía en uno de los sillones individuales. Ojirou, Tokoyami y Satou realizar una revisión de las tareas de Cementoss.

No era extraño ya las cosas que hiciera el grupo de chicas dentro o fuera de los dormitorios, aún con Momo, Ashidou y Toru lograban que el resto fueran parte de su plan convenciéndolas.

—Iida... –llamó Toru con nerviosismo al estar jugando con sus manos, por otro lado Mina dejaba que la emoción de lo que estaban a punto de pedir se cumpliera.

Ashidou sabía bien que ellas no eran las únicas en querer aquello, lo sabía bien: Mineta, Denki, Kirishima, incluso Deku desearían ello sólo por no quedarse con las ganas.

Iida dejó su lectura colocando el separador y cerrar el libro, las chicas podían ser muy insistentes —¿pasa algo? –miro a Momo, si ella estaba ahí era seguro que sería algo serio e importante.

—Queremos entrar a la habitación de Bakugou –soltó Uraraka sin soportar la presión y cubriéndose la boca con ambas manos.

Mina no dejó aquello así, se había dicho ya y debían argumentar rápido antes de —no –recibir una respuesta negativa.

Los tres más en la sala les vieron y se integraron —a nadie, ni siquiera a ustedes les gustaría que irrumpieran en sus cuartos, menos cuando se está ausente –habló Tokoyami.

—Aún si no se diera cuenta –completo Ojirou.

—No sean aburridos, además no es que hagamos algo malo o lo usemos para algo, es curiosidad pura ¿acaso ustedes no la tienen? –Mina les vio —todos fuimos honestos y mostramos nuestros cuartos ¿por qué sería la excepción?

—Estoy de acuerdo con ellas –se unió Mineta —no sabemos si su cuarto este lleno de municiones o algo parecido ante el excesivo sudor que había estado produciendo, serio solo dejar claro que ese cuarto con es un campo minado o algo.

Sin importar las palabras de los demás, incluso de Momo quien, Tenya no permitió el acceso a la habitación del rubio.

En la media noche, cuando todos dormían plácidamente, el grupo de chicas se inmiscuyó en los pasillos del dormitorio llegando al pie de la puerta del aún ausente Bakugou.

Mina observó a las demás, trago saliva y se acercó a la perilla pensándolo un poco.

—Tenya dijo que no –saltaron en su lugar las chicas para dirigir la vista a Denki quien le veía del otro extremo del pasillo.

La puerta vecina se abrió dejando ver a un adormilado Kirishima, bostezo —¿que sucede?

—Se puede esperar de cualquiera, menos de Yaoyorozu –bajo los brazos y negó con la cabeza abandonando el lugar.

—¿Siguen con querer ver la habitación de Bakugou? –se despejó un poco, salió de su habitación cruzándose de brazos.

—Vamos Kirishima ¿no me digas que tú no tienes curiosidad? –salió Ochako —no es como si fuéramos a hacer algo malo.

—Lo se, y si, también eh tenido curiosidad, pero no es varonil, ni tampoco bueno hacerlo aún si se tiene la oportunidad, Bakugou nos mostrará su cuarto cuando se sienta cómodo –les sonrió —seguro nos querrá explotar la cara por ello, pero sé que al final cederá.

No muy convencidas, se fue cada una a su habitación bajo la atenta mirada de Kirishima quien al estar el perímetro seguro, volvió a su habitación.

Yo contra el mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora