八十五

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Aún si aquel ser no tenía ojos, sentía una fuerte mirada sobre él que lo barría de pies a cabeza.

Sus manos atadas tras la espalda, su cuerpo atado a una silla y al parecer algo había, la soga tal vez que anulaba su kosei.

Gruñía al no poder hablar por el pañuelo sobre sus labios impidiéndole hablar.

Las manos de All for One se posaron sobre las piernas ajenas haciendo presión, aquella risa resonó en sus oídos causándole un malestar en el estómago, odio y terror.

Las manos sin despegarse de aquel cuerpo joven subieron y llegaron al pecho, descubriéndole con facilidad el torso y reír aún más.

Bajo sus manos aquel cuerpo temblaba, y eso le gustó mucho.

—Un excelente cuerpo...

Pasó saliva con dificultad ante el nudo que se formó en la garganta. La cercanía del otro a su rostro le hizo agitarse.

—Todo lo que podré hacer contigo...


Despertó sobresaltado.

Empapado en sudor frío que le hizo abrazarse, el pecho agitado respirando torpemente.

—¡Déjenme en paz! ¡No soy su puta rata de laboratorio! –estaba harto de ser señalado, de ser juzgado, de ser visto como el malo.

De que le vean como un malvado, de que siempre le traten como el malo del cuento solo por no ser un carismático o un resplandeciente chico maravilla, o un débil que necesita ayuda.

¿A caso había algo de malo en ser como era? ¿O es que había algo más?

¿Qué es lo que realmente quería la gente de él? ¿Y desde cuando empezó a preocuparle ello?

—Katsuki –la voz de Hakuryuu era como un tranquilizante. Alguien que le hizo ver las cosas como eran sin tratarlo como le trataban, le veía como lo que es —no te rindas...

—Katsuki –su vista dio con Shuuya. No supo en qué momento había anochecido, cuando la llovía comenzó o como había llegado a la pequeña choza donde un fuego cálido le hacía perder el frío que sus huesos habían estado mantenido —el tiempo en tu mundo está detenido, el flujo no sigue.

Aquello parecía realmente una película de ficción, pero ¿que había ya que no fuera real?

—Yuka está preocupada por ti, pese a ser parte de nosotros, algo hay en ti especial y terrorífico que te consume.

—Habla claro. O más bien ¿qué mierda me hicieron?

—Eso... quisiéramos saber nosotros también.


—¡¿Qué tanto me miras bastardo?!

Shouto desvió la mirada ante el hecho de haber sido descubierto.

Regresaban de las clases extras. Ya la noche cobijaba a todo bajo de esta.

Una buen baño, cenar y a dormir que a la mañana tenían clases. Cada uno por su lado tomó lugar en uno de los cubiculos del baño y sin intercambiar palabras.

Bakugou hizo para ambos, ya que sabía bien que el inútil de Todoroki no sabía hacer nada, preparó algo rápido y sustancioso para poder irse lo más rápido a dormir.

Su hora de siesta era a las ocho y ya pasaban de las nueve empezando a cabecear y pesarle los ojos, pero de no ser por él hambre que tenía, en cuanto salió del baño se hubiese ido directo a la cama.

—Katsuki... ¿me consideras tu amigo?

Yo contra el mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora