Capítulo 6 🔥

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No todos podemos hacer grandes cosas, pero sí podemos hacer cosas pequeñas con gran amor. 

Teresa de Calcuta

Teresa de Calcuta

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—Sr. intenté explicarles que estaba ocupado —habla la dueña del tercer par de ojos que se asomó por la puerta. Suspiro.

Sé que debería levantarme y cubrirme, pero realmente tengo la intención de terminar lo que vine a hacer con Marcus.

—Todos afuera —pide amablemente Marcus. Su secretaria es la primera y única en salir, porque aunque Ian toma del brazo a su esposa, ella no se mueve.

—No me voy. Vine a hablar contigo, Marcus. Me da igual si Rose está presente o no. A ella también la involucra —declara firme. 

Veo a mi esposo suspirar antes de levantarse. Lo imito y me coloco a su lado. Intento mantener mis mejillas normales, pero las siento calentarse ante la mirada de Selene e Ian sobre mi cuerpo prácticamente desnudo. 

—Selene, te he dicho que has enloquecido. Déjalos en paz y deja de querer buscar culpables para nuestro mal matrimonio. La única culpable eres tú y tus inseguridades —dice Ian sorprendiéndome. Marcus intensifica su agarre en mi cintura.

—Cállate, no puedes culparme a mí de tu infidelidad. Cúbrete, Rose —ordena ahora Selene, caminando a la mitad de la oficina y tomando mi abrigo para aventármelo. No hago el intento de sujetarlo, dejo que vuelva a caer al suelo.

—No me visto nada porque vine dispuesta a que mi esposo me terminara de desnudar. Solo quiero que salgan y dejen que cumpla mi propósito —digo calmada mirándola solo a ella.

—Pues, no me voy. Así que tendrás que esperar que diga lo que tengo que decir —sentencia.

—Entonces lo dirás conmigo desnuda porque no pienso cubrirme. Además, los hombres presentes ya me han visto sin nada de ropa, así que tu mirada no me importa —contraataco. Sé que me excedí, pero ella puede conmigo.

—Justo eso es lo que vengo a hablar. Tú no has dejado de tirarte a mi esposo. Eres tan enferma que te revuelcas con el padre y con el hijo y, te exijo que dejes de hacerlo. Es mi esposo, tú ya tienes el tuyo. —Si tenía más por decir o no, la verdad no me interesa y comienzo a reír como si me hubieran contado un chiste súper gracioso.

»—¿Y ahora te burlas de mí? Esto es el colmo —se queja, alzando las manos al cielo mientras que da un giro sobre su propio eje y, sin descaro alguno, camina al mini bar de Marcus para servirse una copa. 

—Me río de tu inseguridad. ¿Cuándo vas a superar que me tiré a tu esposo años antes que tú? ¿Cuándo vas a asumir el hecho de que estoy casada con el padre de tu esposo después de haber tenido hijos con él? ¿Cuándo vas a dejar de sentir duda en tu matrimonio por mi presencia? Mejor aún, ¿cuándo vas a aceptar el hecho de que estaré eternamente presente en la vida de Ian porque es el padre de mis hijos y en cierta forma, mi hijastro? —Me vuelvo a reír ante eso ultimo. Ian me acompaña, Marcus solo me mira sonriente.

—No me jodas, Rose. No me interesa si él es el padre de tus hijos. Me vale un caca... Huate —añade despues de pensarlo, supongo. Yo no he dejado de sonreír, esto me causa mucha risa—. Solo quiero que dejes de cogerte a Ian. Y tú. —Señala a Marcus—. Di algo, por el amor a Dios. Se tira a tu hijo en tu propia casa y tú simplemente no dices nada. —Giro los ojos. Está loca.

—Estás loca, Selene. Piensa en el espectáculo que estás armando por tus estúpidos celos. No conseguirás con esto más que terminar por completo nuestro matrimonio —le advierte Ian. Selene lo señala con la copa de vino y bebe todo de un solo trago. Suspiro.

—¿Crees que me importa si quieres terminar o no nuestro matrimonio? No quiero seguir siendo la cuernuda. No seguiré de pendeja ignorando el hecho de que ustedes siguen cogiendo. Son siete años Ian, siete años de verme la cara de idiota a mí y a Marcus. —Vuelve a meter a mi esposo. 

—A ver, Selene, si me tirara a Ian, él no te hiciera nada a ti, créeme —sentencio. 

—Eso es cierto. No te sería infiel. Te dejaría antes de hacerlo —asegura Ian. Hasta ahora el único que no ha hablado es Marcus. Gracias a Dios él sí está seguro de lo que tiene.

—No voy a creerme eso. Hoy los encontré a punto de besarse y tú estabas sin ropa. ¿Qué pasó? ¿No pudiste coger con Ian porque  yo llegué y entonces viniste a cogerte a tu esposo? —inquiere. Giro los ojos. Marcus me mira brevemente.

—No íbamos a besarnos, loca. Me resbalé en el ultimo escalón y él solo me ayudó a no darme de bruces contra el suelo. Si no estuvieras tan loca, habrías notado que sus ojos nunca recorrieron mi cuerpo, se mantuvieron en mi rostro —aclaro. 

»—No necesito cogerme a ningún otro hombre que no sea Marcus porque él me da suficiente para comer y para llevar. Deberías pasar más tiempo en la habitación con tu esposo, cogiendo y no pensando en lo que él y yo estamos haciendo. Porque algo sí te aclaro, Selene, nadie más que tú puede matar la pasión en tu matrimonio, y con estos shows, vas por buen camino a acabar todo más rápido —declaro. Miro a Ian ahora.

»—Ian, de verdad quiero que tu padre me quite el resto de este conjunto y continúe con lo que ustedes interrumpieron. ¿Puedes llevarte a tu loca? —suplico. 

—Que no estoy loca, joder. Si ustedes con sus risas, miradas y mañanas o tardes juntos, no alteran a Marcus, pues a mí sí. No les creo ese papel de que son amigos y nada más —insiste Selene.

—Selene, cariño, ellos no son amigos y nada más, son familia. Van a estar siempre uno en la vida del otro porque tienen hijos en común y porque Rose es mi esposa e Ian mi hijo. No por su pasado, yo voy a preocuparme de que ellos salgan de copas o de compras o de que se rían juntos en alguna reunión. ¿Sabes por qué no me preocupa eso? —interroga Marcus. Selene suspira fuertemente.

—Si me dices que porque confías en ellos, mejor ahorratelo —pide Selene.

—No porque confíe en ellos, es porque estoy completamente seguro del amor que Rose siente por mí y del que mi hijo siente por ti. ¿Crees que si ese hombre no te amara, te soportara todo esto? Mi hijo jamás aceptaría esto solo porque sí —asegura Marcus. Selene mira brevemente a su esposo y luego a mí.

—Pero es que ellos siguen cogiendo, lo sé —insiste. 

—Y ándale con eso, mujer. Es que la inseguridad y tú son una. Que no me cojo a Ian por el amor a Dios. Que si me lo cogiera él no estaría contigo ni yo con Marcus. ¿Acaso no comprendes que no me imagino en los brazos de alguien más que no sea Marcus? Joder, es que tú me cansas con tus niñerías. Cuando no es por lo que como, es por lo que visto, cuando no es eso, es entonces cómo me expreso, por el amor a Dios, comprate una vida y deja la mía en paz. Me tienes los cojones rojos con tu maldita inseguridad y envidia, porque esos celos tuyos, huele a envidia de aquí a la china.

»—¿Quieres cogerte a Marcus para sentirte a la par mía? ¿Es eso lo que quieres? Porque de otro modo, no comprendo cómo puede ser tan difícil de entender que me acosté con los dos Lombardi mayores. Y, para dejarte claro algo más, sí, Ian me cogía muy bien, tú ya sabes como coge, pero Marcus me coge extremadamente bien. Así que olvida que voy a retroceder. No sucederá —zanjo—. Perdón —le digo a Ian que se ha llevado la mano al corazón de dramático.

—Está bien, no pienso comparar mis dotes en la cama con los de mi padre —declara riendo. Por fin escucho reír a Marcus, quien está completamente rojo. 

Aixa de Alsina🌙

¿Creen que Selene lo que quiere es tirarse a Marcus también? JAJAJAJAJA.

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