Si quieres las estrellas vuelco el cielo.
Dos meses y medio después.
Ya han pasado tres meses desde que volvimos de viaje de Estados Unidos. Mi embarazo sigue bien, todo perfecto. He sido sobre protegida demasiado. ¿Qué digo demasiado? He sido excesivamente protegida por todos.
Mis mujeres favoritas están viviendo aquí en Florencia porque se niegan a irse y dejarme. Eso implica que sus maridos estén al pendiente de sus negocios en España. Arianna dio a luz a su hijo hace una semana apenas. Es precioso. Se parece demasiado a Xavier. Tiene su color de cabello, pero las pecas de Arianna y los ojos oscuros. Se llama Aron. El bebé de Iliana también falta poco para que nazca, pero ella va a tenerlo en Londres, por supuesto.
Yo fui ayer al consultorio para la cita de este mes. Como no quiero saber el sexo todavía porque junto con Marcus estamos organizando una celebración para revelarle el sexo a nuestra familia, pero queremos ser también sorprendidos. Me acompañó Ian a la cita y él es el único que sabe el sexo de mi bebé. De su hermano.
Otra cosa importante a mencionar es que quería anunciar el sexo junto con mi cumpleaños número treinta y dos, pero decidí mejor que fueran separadas.
En primera porque estoy demasiado nerviosa por saber el sexo de mi bebé, así que no estaría tranquila en mi propio cumpleaños sin saber eso.
En segunda, bueno, en realidad no hay segunda. La primera me basta como motivo.
Ahora mismo me encuentro terminando de arreglarme para ir con Arianna y Selene a comprar los preparativos para la celebración de mañana. Selene cada vez se comporta de mejor manera y está muy emocionada con la idea de ser nuevamente madre. Ella e Ian se la pasan hablando de eso. Ya han ido al doctor para aplazar el uso de anticonceptivos y esperan pacientes como el doctor les pidió.
Me miro en el espejo el vestido suelto que tengo puesto y acaricio mi barriga. Está grande y preciosa. No tanto como la de Iliana, obviamente. Ella está por estallar pronto.
Hablando de estallar, Marcus, los mellizos, Ian y Liam, me han acompañado mes tras mes para un estudio fotográfico donde estamos haciendo una secuencia de fotos de la evolución de mi barriga en cada mes. Al principio no sabíamos cómo la queríamos hasta que el fotógrafo nos sugirió una y nos encantó a todos.
Consiste en que la primera foto yo estoy de pie mucho más adelante que ellos, con una manguera de agua tocando mi estomago y ellos están todos viendo hacia arriba, sentados y con sus caras apoyadas en sus manos como esperando a que se llene mi barriga, tal como si de un globo se tratase. El segundo mes ya están de rodilla, igual mirando mi barriga. En la de este mes ya están todos de pie, sujetando mi barriga como si ya pesara mucho y fuera a estallarse pronto. La idea es que en la del ultimo mes, cuando ya de a luz, ellos estarán todos tirados en el suelo, mojados y yo también lo estaré, pero sujetando a mi bebé en mis brazos.
De solo imaginarme cómo quedará la secuencia, ya la amo.
Me obligo a moverme del espejo y salgo de la habitación, seguido de la casa y camino hasta la de Selene. Me sorprende no encontrarme en el camino a Ian o Marcus. Estos dos se viven tomando días libres sin avisar para venir a espiarme. De verdad están exagerando con su cuidado extremo.
Toco la puerta al llegar y Selene sale pronto. Ella también está exagerando con lo de mi embarazo, por lo que cuento en mi mente el tiempo que va a tardarse antes de reprenderme por haber caminado sola hasta aquí. Como si vivieramos lejos. Dos casas de diferencia es todo lo que nos separa.
—Estoy bien. Me siento bien —digo antes de que ella diga algo.
—Donde Ian o Marcus se enteren, la vamos a liar —advierte y yo río bajito. Ella no lo hace, me pongo seria de nuevo.
—Estoy embarazada, no invalida. Además, caminaremos más en el centro comercial que lo que caminé de mi casa hasta aquí. ¿Estás lista? Hay que pasar buscando a Arianna —le recuerdo para ya dejar el tema zanjado. Selene bufa, pero asiente y sale de la casa, no sin antes girarse de nuevo y tomar unas cosas, entre esas un jugo que me ofrece. Evito poner los en blanco y simplemente lo tomo para que ya se quede tranquila.
El recorrido a la casa de Arianna es corto y el de ahí al centro comercial también lo es. Ya en el centro comercial vamos caminando por las tiendas viendo diferentes cosas, nos centramos en buscar una tienda de piñateria para comprar las cosas que necesitaremos. Todo es verde y morado, porque me niego a que sea el típico azul y rosa.
En realidad el morado lo eligió Arianna, si era por mí, elegía un naranja antes que ese, pero para no alargar más la estancia aquí, prefiero callar. Ya me está empezando a doler los pies y estoy cansada, con sueño y hambrienta. Terrible combinación en una mujer, pero es peor aún en una mujer embarazada.
—¿Rose, te sientes bien? —pregunta Arianna. La miro y asiento, pero no respondo. Ambas me miran ahora con obvia preocupación. Suelto el aire y tomo nuevo sin que se note que estoy cansada, más bien lo hago como un bufido y un suspiro.
—Estoy bien, pero tengo hambre. ¿Eso era todo? Nunca tuve que revelar el sexo de los mellizos, desde siempre supimos que eran niña y niño. Esto está resultando agotador —confieso. Se miran entre ellas y cancelan todo para luego, Arianna tomar mi mano y caminar fuera de esa tienda en busca de alimento.
Eso, aliméntenme y volveré a ser gente.
—¿Han pensado en algún nombre para cualquiera de ambos sexos? —pregunta Selene una vez ya estamos sentadas en una mesa de un restaurante dentro del mismo centro comercial. Sonrío.
—Los nombre de los mellizos los elegimos Ian y yo en la ambulancia de camino al hospital cuando iban a nacer los mellizos. ¿Crees que he cambiado en eso y pensado desde antes los nombres? —me burlo. Selene gira los ojos, pero sonríe.
—Se supone que los nombres de los hijos son importantes para los padres, Rose. ¿Por qué Jordy y Zoe? —replica. Muerdo mi labio, sabiendo que mi respuesta no va a gustarle.
—Porque los ojos de Ian para mí son como Zafiro y los míos para él son como el Jade —confieso, pero sin mirarla.
—¿Ves? Entonces sí tienen un significado importante para ustedes y eso es lindo —responde, sorprendiéndome por completo. Levanto la mirada y al verla, ella me está sonriendo. Parece que de verdad no le molesta.
—Es cierto, yo creo que con Marcus debe ser un nombre único que represente su amor, porque este nuevo bebé es eso: La presentación física de cuanto se aman —acota Arianna. Asiento, sonriendo feliz.
—Sí, vamos a elegir el nombre perfecto para nuestra criatura —prometo, sonriente.
Bueno, espero que les haya gustado el significado de los nombres de los mellizos para Rose e Ian.
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Per Sempre. [Completa]
RomanceLa tercera y última entrega de la trilogía Lombardi está aquí para revelar lo que ha sido de la vida de todos. Han pasado ya 10 años desde el final del primer libro... ¿Cómo va la vida de todos los involucrados en ese final? ¿Qué ha pasado con las d...