Capítulo 13 🔥

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El secreto de la vida está en hacer algo diferente todos los días y evitar la monotonía.

El secreto de la vida está en hacer algo diferente todos los días y evitar la monotonía

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Narra Ian.

Dispuesto a hacer lo que mi padre me aconsejó, estoy encargando una habitación en uno de los mejores hoteles de Venecia, además de que reservé una mesa en su restaurante favorito y ya tengo un enorme ramo de flores preparado para reparar lo que sea que esté afectando nuestro matrimonio. 

Mi padre me ayudó a elegir las flores e incluso me convenció en comprarle un collar, un juego de perfume, cremas, lociones y demás, que aseguró que a Rose le encantó cuando Arianna se lo regaló en su cumpleaños el año pasado. Queremos creer que le gusta a todas las mujeres. Esperemos que así sea.

Vamos de camino a su casa después de haber dejado las cosas en donde voy a dárselas. Las flores y el collar serán en su restaurante favorito y el kit de aseo será en el hotel. Tengo planeado darle un masaje con aceites de almendra y manzanilla, para luego, en la tina, encargarme de embarrarla de algo más pegajoso. Sonrío de solo imaginarla. 

Cuando llegamos a casa, encontramos a Rocio en la sala, mordiéndose las uñas. Eso no es normal en ella. 

—Están hablando —susurra bajito. Mi padre y yo nos vemos la cara, sin tener que hablar, sabemos que se refiere a Rose y Selene. Suspiro.

Mi padre y yo nos encaminamos hasta la cocina justo para escuchar a Rose decirle a Selene que no le interesa ser su amiga, solo que deje de meterle cizaña a Liam sobre su relación con mi padre.

—Buenas tardes —saluda mi padre para que noten nuestra presencia. Ambas mujeres se miran entre sí y luego Rose sonríe.  

—¿Todo en orden? —cuestiono yo, caminando hasta donde Selene. Noto que tiene los ojos rojos. Evito suspirar y la abrazo, dejando un beso en su frente. Mi padre hace algo similar con Rose, solo que en vez de la frente, ellos se besan. 

—Solo hablábamos —dice Rose. 

—Está bien, yo vine por mi esposa. ¿Vamos, cariño? —pregunto a Selene. Ella me mira extraña, pero asiente. Se levanta de la silla y acepta mi mano aún con el ceño fruncido. Me despido de todos y salimos, montándonos en el auto, aunque estamos a solo dos casa de la nuestra, pero no puedo dejar mi auto aquí. 

Cuando llegamos a la casa, Selene simplemente no dice nada. Asumo que soy yo quien debe empezar la conversación, así que aunque no estaba planeado lo que diré, me parece una buena idea para que esté relajada antes de nuestra noche. Además de que no puedo seguir viéndola con los ojos irritados. 

—Te tengo una sorpresa —anuncio. Selene me mira desde la orilla de la escalera. En sus ojos veo una mezcla entre sorpresa y gusto—. Date un baño que y ponte algo cómodo, saldremos en cuarenta minutos —aviso. Selene se queda en el mismo sitio. Sonrío—. Vamos, cariño, alístate —insisto. Selene se da vuelta y comienza a subir las escaleras, a mitad de ella, me mira.

Per Sempre. [Completa] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora