Cuando te das cuenta de que quieres pasar el resto de tu vida con alguien, deseas que ese resto de tu vida comience lo antes posible.
Narra Ian.
Veo cuando Rose regresa secando sus lágrimas y me levanto de inmediato junto con el resto.
—¿Cómo está? —pregunto cuando llega hasta nosotros.
—Quiere verte. —Es todo lo que dice. Tomo una larga respiración y asiento. Antes de ir a ver a mi padre, dejo un beso en la frente de Rose y sigo derecho. Al llegar a la puerta, la mano me tiembla sobre el picaporte.
Abro la puerta y lo veo observando directamente hacia mí. De inmediato comienzo a llorar, afuera me hago el fuerte, pero aquí no necesito serlo.
—Creí que te perdería —confieso en un susurro sin poder moverme.
—Yo también llegué a creerlo —admite. Intento secar mis lágrimas y me atrevo a comenzar a caminar hacia él. Extiende su mano en mi dirección y yo la tomo con ambas mías.
—Yo. —Me callo sin saber muy bien cómo iniciar—. Yo quiero pedirte perdón —comienzo. Mi padre niega con la cabeza.
—No. No tienes nada por lo qué disculparte de lo que yo ya no te haya perdonado —declara. Quien niega ahora soy yo.
—Sí tengo y quiero hacerlo —zanjo—. Quiero pedirte perdón por no haber llevado bien la muerte de mamá; por haberte culpado a ti cuando, claramente, no era tu culpa. Quiero pedirte perdón por haberme metido con Rose, que si bien no me arrepiento de lo que viví con ella y de los mellizos, me arrepiento de haberme metido en tu vida y querer arruinarla. —Mi padre levanta una mano para que haga silencio.
—Alessandro, no tienes que pedirme perdón por haber estado con Rose, te dije hace años que lo entendía, que entendía el porqué te habías enamorado de ella porque es que Rose vino al mundo para ser amada. A mí no me lastimaste. Al contrario, soy yo quien debe agradecerte a ti por haberla regresado a mí, por haberla embarazado. Si no lo hubieras hecho, ella jamás me habría buscado de nuevo y yo no fuera tan feliz como lo soy hoy. Te acepto las disculpas, pero ya tenías mi perdón desde el comienzo —promete.
—De todas maneras, padre, de todas maneras quiero que sepas que me siento mal por haberte robado tiempo que tú deberías haber disfrutado con ella, no solo por mensajes como hablaban, sino en persona. Pero, más que pedirte perdón, quiero agradecerte y confesarte todo lo que te admiro. Porque es cierto que nunca lo he hecho, nunca te he dicho que te admiro. Que estoy orgulloso de ti, de todo lo que has hecho y de todo lo que tengo porque es gracias a ti. —Mi padre ahora también está llorando como yo.
»—Estas horas sin saber lo que pasaría fue horrible. No podía dejar de pensar en que no podías morir porque yo no te había dicho todo esto y no podía decírselo a una tumba, no, quería que tú me escucharas decirlo. Sé que fui un idiota en más de una ocasión, que me comporté como un completo imbécil y que tú no lo merecías porque desde siempre has sido un gran padre.
ESTÁS LEYENDO
Per Sempre. [Completa]
RomanceLa tercera y última entrega de la trilogía Lombardi está aquí para revelar lo que ha sido de la vida de todos. Han pasado ya 10 años desde el final del primer libro... ¿Cómo va la vida de todos los involucrados en ese final? ¿Qué ha pasado con las d...