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Pasaron los días y todos habían creído en mi mentira, mientras yo disfrutaba de la soledad y de aquella travesía en el aire que me emocionaba mucho, las mujeres eran las únicas que convivían conmigo, mientras que mi marido pasaba el rato con sus cortesanos masculinos y una que otra cortesana como Hilde. 

Habia terminado mi desayuno cuando sentí un fuerte dolor en mi vientre, me quede pensando unos momentos, entonces fui a mi habitación y ahí confirmé mis sospechas, el sangrado había llegado realmente. Me quede pensativa de cómo continuaría con mi mentira pues no era del todo normal que una chica sangrara por semanas. Hilde se dio cuenta de lo extraña que era la situación, pues cada mañana preguntaba si mi sangrado había terminado. No había persona mas interesada en el tema que ella, que quería ver al heredero nacer,  por lo que al enterarse de que seguía sangrando se encontró sumamente molesta conmigo, podía verlo en su rostro, pero no se atrevía a decir nada puesto que ahora era la emperatriz, no una simple extranjera. 

A la hora de dormir, una nueva sirvienta llegó, esta me puso un vestido de seda gris, ella me pidió que me sentara frente al espejo para cepillar mi cabellera, ella me observaba en silencio una y otra vez, pero yo no dije nada por su extraña actitud. La chica se fue y me metí entre las colchas de la cama. Al día siguiente llevé mis actividades como normalmente comer, ver el cielo por largos ratos y leer el libro que mi marido había enviado con Hilde con palabras básicas de nordus, pero entre todos esos ratos pude ver que la sirvienta de cabello rojo insistía con su mirada. 

Hilde me interceptó en la tarde, notándose preocupada por el largo tiempo que había durado mi sangrado, pero yo lo justifique con el cambio de clima, la mujer dijo que hasta mi esposo comenzaba a alarmarse, pero continúe con la mentira, que ahora era verdad. Antes de ir a la cama, la sirvienta entro y me sentó frente al espejo, entonces en silencio comenzó a cepillar mi cabello, veía que me miraba con gran insistencia, entonces hable. 

— ¿Sucede algo?— la joven se sorprendió por mi pregunta y no dijo nada — He notado que me observas mucho ¿sucede algo?— volví a preguntar. 

— Se que su majestad mintió

Cuándo la chica dijo esto, yo me quedé atónita y se me hizo un nudo en la garganta, si alguien se enteraba de que había mentido, para alejar a Iorak, las consecuencias serian terribles, pensé con gran temor.

—¿De qué hablas?— me voltee abruptamente hacia ella. 

—No se alarme, puede confiar en mi, no quiero que le pase nada a su majestad— dijo la joven asustada mientras dejaba el cepillo de lado- De verdad que quiero mucho a su majestad

— Entonces ¿por qué me dices esto?

— Quiero ayudarla 

—¿Ayudarme? ¿ en que ?

— Se que su majestad el emperador puede llegar a ser agresivo y que la esta lastimando, pero puedo ayudarla— me quede sorprendida por todo lo que esta chica decía saber, que justo cuando iba a hacer una pregunta mas, Hilde entro abruptamente. 

— Es hora de que duerma su majestad, ya falta poco para llegar a la capital y es necesario que descanse. 

La sirvienta hizo una reverencia y salió de mi habitación, yo me puse en pie y asentí  para después meterme a la cama. 

A la mañana siguiente otra mucama vino a vestirme, salí al comedor para tomar mi desayuno con las otras cortesanas, vi que la chica de anoche era quien nos servía los alimentos. Esperé pacientemente a que las cortesanas se fueran una por una a sus habitaciones o a la sala común. Al quedarme a solas con la chica, esta ni me dirigía la mirada, no fue hasta que ella pasó frente a mi para recoger unos platos cuando le tome de la mano.

— Tenemos que hablar— ella me miró sorprendida, entonces me puse en pie— ¿Como sabes que su majestad el emperador es algo agresivo con migo?

—Los emperadores de estas tierras tienden a ser así— me quedé en silencio y escuchamos el azote de una puerta, por lo que volví a hablar pero en un tono más bajo — También los escuche la primer noche, escuche como su majestad la violento— pase saliva y me pare frente a ella. 

—¿Cómo sabes que los emperadores nordos son así?

—Mi madre fue amante del abuelo del emperador—cuando la chica dijo esto yo me sorprendí — Por eso se que tienden a ser fríos y duros con sus consortes... o cualquier mujer— Iba a volver a hablar cuando Hilde llegó.

—Su majestad imperial, tomaremos el té en la sala común, las cortesanas piden verla— voltee a ver a Hilde y le sonreí de forma que indicaba que aceptaba su invitación, cuando la mujer se fue me voltee a la sirvienta. 

— Ven a mi habitación por la noche tenemos que hablar

Pedí tomar un baño por lo que nadie nos molestaría, solo estaríamos la joven y yo. Mientras ella llenaba la tina con agua caliente y preparaba las cosas yo descansaba con una bata encima y la veía trabajar.

—¿Cual es tu nombre?— pregunté a lo que la chica detuvo sus manos y se dirigió a mi

— Aynur... Aynur Dun— aguarde unos momentos para verificar que estábamos completamente solas— Ahora si nadie nos interrumpirá... puedes decirme como me puedes ayudar. 

— Mi madre me explico que por tradición los emperadores, no hablan con sus mujeres, por eso en ciertos casos llegan a tener tantas, pues solo las ven como un objeto. El abuelo del emperador tenía tres esposas y dos concubinas, las cuales cambiaba cada que el sol salía, pero mi madre fue una des sus favoritas— prestaba atención al relato de la chica, quien parecía ser sincera con sus palabras, mientras esta me ayudaba a quitarme la bata y me introducía a la tina con agua caliente.

— Mi madre en un principio también sufrió como usted su majestad... por eso me preocupe por su situación, me odiaría a mi misma si la dejaba sufrir, pues creo poder ayudar— me senté dentro de la tina, pues realmente estaba atenta a lo que esta chica contaba.

—Dime... que tengo que hacer para que el emperador no sea tan duro conmigo

— Debe seducirlo

—¿Seducirlo?

— Asi es, debe ganarse su confianza y primordialmente enamorarlo— me frustre en silencio y me volví a recargar en la tina— Como puedo hacer eso si ni siquiera puedo dirigirle la palabra

—¡Ahi esta!

— No entiendo

— El se sorprenderá cuando usted le hable, cuando usted tome el control de la situación, el comenzara a verla de otra forma... no como un simple objeto, verá que usted también tiene una voz y deseos— la chica se detuvo unos momentos para acercarme la esponja y comenzar a tallar mi cuerpo— Mi madre me dijo, que ese fue su secreto para ser la favorita, dijo que el abuelo del emperador busco interés en ella pues era la única que lo desafiaba, que no era sumisa— cuando la joven dijo esto yo le sujeté la mano y la mire a los ojos, pues mi mente quería escupir tanto, pero solo baje la mirada y no dije nada. 

ROSA INVERNALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora