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Aleksi me llevaba ventaja y es que él era nordo y yo no; yo solo era una simple extranjera con mucho amor por esta nación, pero Hal decía que eso no bastaría para legitimar mi estatus de emperatriz. Termine de ver mi rostro extranjero en el espejo y me dirigí a la bañera, me daría un largo baño pues mañana me reuniría con Hal para hablar de aquel tema que me quitaba el sueño.  

—¿Lista para buscar marido?— preguntó Hal serio, distraída deje de morderme las uñas y le mire a los ojos, para después negar con la cabeza en silencio. 

Ya que la nación estaba en guerra, desde el ataque a la capital ya no teníamos electricidad por lo que nuestras reuniones siempre se daban con la iluminación de muchas velas; me recordaban a Andune, donde aún no había electricidad. 

—Sera sencillo ya que no tenemos mucho tiempo debemos elegir a alguien cuanto antes—Asentí con la cabeza y él continuó —Como dije anteriormente, debe ser un nordo, alguien al que todos quieran, es decir que la gente lo conozca y lo apoye como tu consorte

—No se Hal, sabes que en el tiempo en que estuve...—sentí como mi garganta se cerraba y solo pase saliva—Estuve casada con Iorak conocí mucha gente y hay nombres que ni siquiera recuerdo, necesitaria ver sus retratos para poder aprobarlos

—Sus retratos no, algo mejor— dijo Hal entusiasmado.

—¿Entonces?

—Ellos vendrán a presentarse en persona, enviare cartas para que venga a hacerlo sabiendo que la emperatriz tiene al final la última palabra

Me quede pasmada, no quería ver a todos esos hombres a la cara, pero que atrevimiento pensaba. Me puse roja y mire a Hal

—¿Estás seguro?

—Si, es la mejor idea así no perderemos tiempo con los retratos y eso. Ahora mismo me pondré a escribir las cartas ¿le parece bien que la presentación sea la próxima semana?

—Pues...

—Perfecto la proxima semana sera—dijo Hal emocionado y hasta sonriendo por su interesante idea—Debes mandar a hacerte un bello vestido, debes impresionarlos

—Ya casi suenas como mi hermano — rei y baje la mirada pensando en Octavius. 

—Lo siento majestad, no quise sonar asi

—No, está bien Hal entiendo tu entusiasmo, tu solo quieres verme en el trono es todo... lo entiendo— me puse en pie y le sonreí, para después salir de ahí. 

Recogí mi pelo, me pusieron un vestido en color turquesa, una bufanda de piel de conejo cubría mi cuello y llevaba una capa de terciopelo azul marino bordada con piedras doradas. Salí de mi cuarto y me dirigí afuera donde un trineo me esperaba, iríamos al palacio del jefe Wren, específicamente a la sala de tronos. Entre por la parte de atrás y ya habian unos cuantos invitados. Tome asiento en el trono y Hal tenía un asiento junto al mío. Era el día de la elección. 

Hal le dio la bienvenida a todos y dijo unas palabras recalcando el aprecio que se tenía por todos los candidatos y que al final del día se elegiría a uno, la noticia sería dada mañana al amanecer. Al terminar los músicos comenzaron a tocar suaves melodías y los candidatos pasaron a presentarse. 

Estos se paraban a unos metros de mi, me decian su nombre y posición, para despues decirme por que debian ser elegidos como mi consorte. Hubo de todo tipo, había hombres de mi edad, hasta hombres de casi sesenta años; todos eran hombres nobles y nordos. 

Un príncipe había terminado de presentarse cuando detrás de él apareció el jefe Wren. Intenté no parecer sorprendida pero lo estaba, por lo que apreté los dedos de mi mano derecha, mientras lo escuchaba hablar. 

ROSA INVERNALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora