ROSA INVERNAL

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—El elegido a desposar a la emperatriz de Norduslak es...

Salí de la sala de reuniones en el crepúsculo, mire que nadie me viera, me puse la capucha de mi capa encima y fui hasta las tiendas de los guerreros. Busque la tienda de Waldemar y entre sin previo aviso. El hombre se encontraba sentado en su cama mirando a la nada.

—Waldemar— dije entrando, el volteo a verme y se sorprendió de mi presencia. me acerque hasta él y le sujeté las manos, el se puso nervioso por tal atrevimiento y miro nuestras manos entre lazadas

—He venido a hablar contigo

—Dígame majestad

—Quise que te enteraras por mi y no por el anuncio que dará Hal dentro de poco

Waldemar asintió y pasó saliva sin despegar su mirada de mi

—Me voy a casar...— pase saliva con miedo— Me casare con el jefe Wren— sentí como sus manos se quisieron separar de mi— Pero yo no quiero, yo quise casarme contigo, tu fuiste mi elección, pero hay cosas más grandes que me lo prohíben, por eso quise ser yo quien viniera a decírtelo

Ambos nos quedamos en silencio y el bajo la mirada, lleve mi mano a su rostro y lo acaricie, ni siquiera se por que habia hecho eso— Creeme que esto me duele mas a mi, se que eres un buen hombre Waldemar

El levanto su vista y sin pensarlo se acerco a mi tanto que podía sentir su respiración cerca de mí, entonces me beso. Cerré mis ojos y le seguí el beso. Era la primera vez en mi vida que besaba a otro hombre, mis labios solo habían tocado los labios de Iorak y a pesar de que sentía que engañaba a Iorak, me gustaba estar besando a Waldemar.

El se separo de mi regresandonos a la realidad— Lo siento majestad, lo siento mucho, no debí hacerlo— él bajó su mirada apenado, yo sentía que el corazón se me iba a salir, mire a la salida y mi conciencia me dijo que saliera, pero me voltee y le tome del rostro con mucha seguridad y le volví a besar, el puso sus manos en mi cintura, mientras yo lo sentaba sobre la cama.
Creo que hacia eso en una clase de venganza a Hal, pues si no me habían dejado casarme con Waldemar al menos pude sentir cómo era estar cerca de él. 

Waldemar me siguio el juego pues había una gran atracción entre ambos; yo tocaba su fuerte pecho intentando recordar cómo era tocar a Iorak, entonces se vino su imagen a mi cabeza y quise llorar. Me separe de él y ambos nos vimos a los ojos. Yo estaba roja del calor que él me había provocado y sus mejillas estaban moradas pues los nordos siempre se sonrojaban en un morado casi lila,  algo muy bello.

—Lo siento yo también — me incorpore y me dirigí a la salida, me puse la capucha y vi que el sol ya había salido, probablemente Hal ya había dicho cuál había sido la elección de la emperatriz, me dirigi a mi habitación, le pedi a Aynur que me prepara una tina con agua caliente; me quite la ropa y me metí al agua. Ahí a solas pensaba en Waldemar mientras rozaba las yemas de mis dedos con mis labios pensando en aquellos besos, entonces pensé en los besos de Iorak.

—Su majestad el jefe Wren pide verla 

— Dile que no puedo verlo ahora, que lo veré en la cena de esta noche

—Sí majestad—  dijo Revna haciendo una reverencia y partiendo para hablar con Wren quien esperaba afuera.  

Me encontraba nerviosa pues sabía que en esta cena se anunciaria oficialmente que Wren era quien se casaría conmigo. Revna y Aynur me vistieron para la cena a la cual llegue un poco tarde, pues de los nervios me dieron ganas de vomitar. Cuando entre al comedor de la tribu todos se pusieron en pie y me hicieron una reverencia, incluso el jefe Wren. Llegue hasta la mesa y tomé asiento; a mi diestra estaba Hal y a mi siniestra  Kiril, quien ya sabía de la noticia que sería anunciada a todos por Hal. 

La comida fue servida, intente no cruzar miradas con el jefe Wren quien constantemente me buscaba con la mirada, entonces el brindis llegó, Hal se puso en pie y dio la noticia, mientras el hombre hablaba yo clavaba mis uñas en la palma de mi mano lastimandome sin siquiera darme cuenta. 

Los invitados comenzaron a aplaudir por la noticia, yo sonreía forzada y entonces mis ojos se toparon con Waldemar quien me veía serio, yo deshice la sonrisa de mi rostro y mire en otra dirección.

—Haremos la ceremonia oficial para comprometerlos—  dijo Hal en voz alta.

¿Ceremonia? me cuestionaba de qué trataba esto. Hal me puso en pie y Wren se acercó hasta mi muy sonriente, hasta se le veía extasiado por lo que sucedía, el hombre hizo una reverencia para mi, entonces voltee a ver a la gente y estos sonreían atentos a lo que sucedería, mire detrás de mi y vi como Kiril se ponía en pie y se alejaba de la escena, cuando regrese mi mirada al frente Hal tenía un lazo azul de terciopelo, fue ahí que entendí a qué ceremonia se refería. Mi espalda se tensó y también mi mandíbula, entonces Hal dijo que ambos levantaramos nuestra mano derecha de forma que estas quedarían una frente a la otra sin tocarse.

Esta vez las cosas fueron diferentes, pues yo sentia una energia extraña entre ambas manos, no como sucedió con Iorak aquella vez. Yo quería alejar mi mano de la de Wren, pero él parecía querer tocar la mía. Mientras Hal hablaba yo miraba nuestras manos recordando a Iorak y Wren me miraba el rostro. 

—Ahora están comprometidos— Hal puso el lazo de terciopelo sobre nuestras manos. 

Voltee a ver a la gente y estos estaban contentos y aplaudían. No pude fingir más y quite mi mano derecha, voltee hacia la gente y les sonreí, voltee por primera vez a mirar a Wren a los ojos y le sonreí unos instantes, entonces me di la media vuelta y a paso lento me aleje de la escena. Salí del comedor y me dirigí a mi tienda llorando, mientras caminaba entre los copos de nieve que caían del cielo me percate que Kiril estaba bajo uno de los pórticos de los edificios de la tribu, este fumaba y me miraba pensativo.