𝕍𝕚𝕤𝕚𝕥𝕒𝕤 𝔼𝕤𝕡𝕠𝕣á𝕕𝕚𝕔𝕒𝕤 - 𝕋𝕤𝕦𝕟𝕒𝕕𝕖 𝕩 𝕆𝕣𝕠𝕔𝕙𝕚𝕞𝕒𝕣𝕦

Esporádicas 🌡️

-No es que moleste -Recalcó- pero supongo que querrás ponerle un nombre a esto que tenemos, ¿Me equivoco? -Exclamó, Orochimaru pasando una mano por la melena de oro

-¿Llevamos cuatro meses en esto y ahora es que se te ocurre decir eso? -

-Suelo tener la cara entre tus pechos, no me da tiempo de pensar -Se defendió

-Sueles tener la cara en muchos lados, no vale de excusa -Sentenció frunciendo el ceño

-No te enojes, rubia Pidió acariciándole la mejilla con el pulgar

Tsunade se calmó ante el tacto.

-Respondiendo a tu pregunta -Retomó la Godaime- Siento que ya estamos muy grandes para denominarlo "Sexo casual" aunque cumpla la definición -

-¿Y que propones? -

-No lo sé, piensa algo que no suene tan vulgar-

-Crei que te gustaba lo vulgar -Bromeó

Ella en recriminación le pellizco el pecho.

-Esporádicas...-Susurró el azabache

-¿Cómo dices?

-Denominémoslo "Visitas esporádicas" -

-Suena bien -Aceptó la rubia gustosa

***
Salió de la oficina hastiada. Con el deseo potente de tomarse un trago de sake para despejar la mente.

Para su suerte al entrar divisó perfectamente una cabellera albina en la barra.

-¿No deberías estar en la oficina? -Inquirió Jiraiya al verla

-Créeme, si no bebo un trago pronto toda la maldita aldea estará en peligro -Gruñó sentándose en el banco a su lado

-¿Día pesado?

-Demasiado para mí gusto -Exclamó frunciendo el ceño

-Supongo que no importará que te acompañe -Se aventuró viéndola por el rabillo del ojo

Ella ladeo la cabeza con suavidad.

-Tú pagas -

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Entró por la ventana, justo como siempre solía hacer. Monitoreó todo en busca de la rubia, pero no la encontró.

La estruendosa risa de la mujer llamó su atención. Un gesto de profundo desagrado inundó su rostro al notar la melena de Jiraiya asomarse sobre el sillón de la sala.

Las botellas vacías se esparcían por el suelo. Salió de allí en total silencio.

Su estómago se contraía con furia, denotando una gran cólera dentro de sí. Frunció el ceño a tal punto que pensó que su rostro se desgarraría.

Entró en su laboratorio y de un manotazo tiro todo lo que reposaba en la mesa. Luego de golpear un par de cosas se pasó las manos por el cabello buscando compostura.

¿Porque carajos estaba tan molesto?

No comprendía su propia irá, maquinó lo suficiente para entender que Tsunade era la base de todo ese embrollo de emociones que estaba experimentando, no había otra explicación. Podemos cerrar los ojos ante algo que no queremos ver, pero, ¿Acaso podemos cerrar el corazón a cosas que no queremos sentir?

No, la respuesta siempre es no.

Fue gracias a ese instante de celos que Orochimaru comprendió que Tsunade era mucho más para él que una simple fuente de placer físico. La sentía suya, en cuerpo y alma, aquel pensamiento de posesión lo tranquilizó por un instante hasta comprender que de nada servía si ella no lo sabía, si ella no lo quería.

Debía cambiar las cosas, debía exponer aquel sentimiento antes de que fuera muy tarde.

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Se quitó las sandalias en la entrada, suspirando aliviada de estar al fin en casa.

Subió las escaleras y al abrir la puerta de la habitación lo divisó, la miraba fijamente. Una mirada intensa.

-Hola -Exclamó entrando y tirando la chaqueta a un lado

Fue demasiado rápido.

Lo acorraló contra la pared, tomándola de la cintura firmemente para que ella no escapase. La más baja no opuso resistencia, dedicando toda su atención a los ojos de Orochimaru, furiosos y ardientes.

Tsunade casi se ahoga por la rapidez y violencia con la que el azabache aprisionaba sus labios. No podía seguirle el ritmo, incluso con su mejor intento. Lo único que pudo hacer fue recargar el peso de sus brazos en los hombros de él, rodeándolo.

Cuando se separaron ella lo miró extrañada... Y un tanto extasiada.

-¿Te pasas algo? -Inquirió, levantando una ceja

-Tú -Respondió roncamente- Tú y quiénes se te asercan -

La rubia lo observó confundida.

-Tú eres solo mía -Sentenció en su oído

Esa voz, ronca, poderosa e imponente la hizo vibrar.

-¿D-de que hablas? -Articuló, sintió como él lamía su cuello con lentitud

-Mía -Repetía en susurros- solo mía

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El vidrio del ventanal estaba empañado. Y ellos respiraban en medio de la profunda oscuridad de la noche.

-Aún no comprendo que te pasa hoy -Aceptó, acostada boca abajo sobre el cuerpo de su contrario

-Lo lamento -Exclamó, enrollando un mechon rubio en su dedo- Es complicado de explicar

-Tenemos toda la noche - Insistió ella

-Quiero... formalizar -Soltó de golpe

Vio la sorpresa brillar en los orbes miel de su contraria.

-¿Porqué?

-Solo respóndeme una cosa -Sentenció firme

-¿Que cosa?-

-¿Quieres tener algo conmigo?

-¿Más que esto?

-Mucho más

Lo pensó, busco puntos fuertes y débiles, rosando las variantes con las puntas de los dedos.

-Si, me gustaría -

-¿Comprendes todo lo que eso implica?

-Soy rubia pero no tonta -

Orochimaru sonrió ampliamente. Estrechó el cuerpo de la rubia entre sus brazos.

Debía admitirlo, estaba feliz.