Se acercaron a la terraza y se sentaron allí, ambos necesitaban aire fresco. Dos tazas humeantes de te los esperaban sobre la pequeña mesa, se sentaron uno frente al otro.
-Necesito que me expliques lo que pasó esa noche
Tsunade suspiró.
-Escuché ruidos extraños, así que baje a la primera planta, cuando estuve allí un sujeto todo demoníaco que nunca había visto estaba de pie en la sala, se me rompió la fuente del puro susto
-¿Te dijo algo?
-Sí -El semblante de la rubia se oscureció- Dijo que se quedaría con el bebé, afirmaba que el hijo de Orochimaru y Tsunade Senju sería inevitablemente un prodigio
Orochimaru abrió los ojos con sorpresa.
-¿Que? -Masculló- ¿Lo sabía? Eso no es posible
Senju se mordió el labio con frustración.
-No lo entiendo -Admitió- pero si ese sujeto hubiera querido matarme lo hubiera hecho, o al menos la descarga de veneno sería más alta
-No quería matarte, quería llevarte con él -El azabache dirigió su mirada hacia la cuna donde su hija dormía plácidamente ajena a la conversación- A ambas
La rubia apretó los puños, el rostro de Orochimaru representaba la furia en su forma más pura.
-Ese hijo de puta... -Gruñó entre dientes, sentía sus manos temblar de la rabia que lo estaba consumiendo, quería salir corriendo y comerse vivo al maldito que había intentado hacerle daño a sus chicas
La rubia lo observó en silencio. Nunca había visto a Orochimaru así de furioso, su rostro estaba rojo, sus dientes comenzaban a rechinar de lo fuerte que apretaba la mandíbula y parecía temblar levemente. Ella se levantó y caminó hacia él.
Orochimaru deslizó la silla hacia atrás por costumbre, así Tsunade podía sentarse sobre sus piernas. Al llegar ella dejó descansar su taza de té en la mesa y tomó asiento sobre el cuerpo de su hombre, abrazándolo por el cuello, luciendo sus esbeltas piernas descubiertas por el vestido de dormir. Él por instinto le paso los brazos por la cintura apegándola a él.
-No te enfades -Pidió observándolo- Ahora más que nunca debemos tomar decisiones con la cabeza fría, no sirve de nada alterarse...
-¿Cómo pretendes que no me moleste? -La interrumpió- Eres mi mujer y Hotaru es mi hija, no puedo estar de otra forma cuando un maldito aparece en medio de la madrugada con intención de llevárselas, ¡Si tan solo lo tuviera en frente lo haría ahogarse bebiendo su propia...!
-¡Orochimaru! -Ella lo hizo reaccionar- Ya, no más comentarios psicópatas y sanguinarios, yo también estoy molesta, pero esta noche no quiero hablar de eso, ¿No te das cuenta? Ahora soy mamá, y si soy sincera tengo muchos sentimientos encontrados
Orochimaru alzó la cabeza para verla, fijando sus ojos en las pupilas de la rubia, su níveo rostro bañado por la luz de luna le hizo pensar en cómo sería el cielo. Toda la perfecta figura llamando su atención incluso bajo la suave tela del camisón de dormir. En definitiva su mujer lucia encantadora aquella noche.
-Ahora somos papás -Señaló el azabache- Y quiero que sepas que esto es algo que no quisiera compartir con nadie que no fueras tú
La rubia afianzó el agarre en su cuello y le besó la nariz.
-Tsunade -La serpiente apoyo el mentón en su hombro y cerró los ojos- No tienes que preocuparte, yo las amo, y daré mi vida si es necesario para protegerlas
Aquella fue una promesa sellada por un beso bajo la luz de la luna, quién hasta ahora, siempre había sido su mejor testigo.
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𝕍𝕚𝕤𝕚𝕥𝕒𝕤 𝔼𝕤𝕡𝕠𝕣á𝕕𝕚𝕔𝕒𝕤 - 𝕋𝕤𝕦𝕟𝕒𝕕𝕖 𝕩 𝕆𝕣𝕠𝕔𝕙𝕚𝕞𝕒𝕣𝕦
RandomA veces los amores prohibidos son aquellos que más quiere ver el mundo. Adsurdo para algunos, extraño para muchos otros, pero interesante para cualquiera. Un amor que nace de un simple deseo carnal, porque luego de probarse su apetito solo aumento m...