Enji es una amenaza ⚠️

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-¡Jiraiya! -Lo llamó desde el otro extremo de la calle

-Siempre me gustó verte correr hacia mi -Aceptó, una sonrisa soñadora en su boca

-Idiota -Gruñó, rodando los ojos- ¿Hiciste lo que te pedí?

-Sí -El más alto suspiró viendo hacia los lados- Pero no hablaré esto aquí -Miró por sobre ella y notó con disgusto a Enji asercarse- Nos vemos en casa

Todoroki frunció el ceño involuntariamente al escucharlo y verlo marchar.

-Lady Hokage -La llamó, dejando de lado su molestia cuando ella lo observó. Nunca imaginó que algo tan grande como el infinito mismo se pudiera esconder en la mirada de una mujer, por eso, al solo verla reforzaba la idea de que Tsunade no era cualquier mujer...

-¡Sargento Todoroki! -Gritó ella- ¿Está bien?

Él quiso morir, ella lo había llamado varias veces y por estar divagando quedo como un tarado.

Buen trabajo, idiota

-Yo... Sí, bueno... Solo quería disculparme por mi ausencia en su oficina, he estado bastante ocupado mejorando cuestiones de mis tropas, realmente estamos motivados por mostrarle los avances

-Pues, gracias por preocuparte, solo no olvides pasar a dejar tu informe, necesito saber que hacen. Tengo pensado dejar al alguien a cargo de supervisarlos

-¿Ya tiene a alguien en mente?

-Sí... Supongo que será interesante -Dijó, una sonrisa de picardía en su rostro

-Así será, cuente con eso -Afirmó- ¿La acompaño a su casa?

-No, no es...-Él la interrumpió

-No es molestia, yo insisto

Ella suspiró resignada, no tenía mucho ánimo de debatir, además, no era nada malo.

***

Orochimaru besó la nariz de su hija, haciendo a la pequeña soltar una risita animada. El mundo de la paternidad era extraño para él, jamás pensó siquiera en tener descendencia, al menos no de esta manera, aún así, Hotaru había hecho que cada malestar valiera la pena, la pequeña rubia (Además de su rubia más grande) se había vuelto de vital importancia desde el primer día que la cargó en sus brazos, en un momento donde tenía tanto miedo de perder a Tsunade, fue su niña la razón de que alguien como él mantuviera la esperanza.

Los grandes ojos oliva lo admiraban curiosos y risueños, la pureza en dicha mirada lo hizo estremecer y preguntarse si su hija podría algún día perdonarlo, le asustó pensar que su primogénita pudiera odiarlo un día por todo lo malo que hizo alguna vez. No le importaba realmente la opinión ajena, pero lo mataría que Hotaru lo viera como el monstruo que es.

Miró la carita de su bebé con atención, ella coloco su manita en la mejilla pálida de su padre y sonrió, Orochimaru podría jurar que aquella era la misma sonrisa de Tsunade.

-¿Estás tratando de derretir el corazón de tu padre? -Le preguntó sonriendo también

-¿Tienes corazón? -Rió Jiraiya desde la puerta

-Aún no entiendo porque te metes a las casas sin tocar la puerta -Orochimaru frunció el ceño, dejando a una somnolienta Hotaru en su cuna, arropando la hasta el pecho

-Toqué, pero no me oíste -Mintió, saliendo de la habitación con Orochimaru tras él

-¿Que haces aquí? -Le preguntó

-Vengo a traerle algo a Tsunade -Explicó, y fue cuando el azabache se percató del sobre de papel marrón que llevaba bajo el brazo

-¿Que es eso?

𝕍𝕚𝕤𝕚𝕥𝕒𝕤 𝔼𝕤𝕡𝕠𝕣á𝕕𝕚𝕔𝕒𝕤 - 𝕋𝕤𝕦𝕟𝕒𝕕𝕖 𝕩 𝕆𝕣𝕠𝕔𝕙𝕚𝕞𝕒𝕣𝕦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora