𝕍𝕚𝕤𝕚𝕥𝕒𝕤 𝔼𝕤𝕡𝕠𝕣á𝕕𝕚𝕔𝕒𝕤 - 𝕋𝕤𝕦𝕟𝕒𝕕𝕖 𝕩 𝕆𝕣𝕠𝕔𝕙𝕚𝕞𝕒𝕣𝕦

Traicionado 🔪

Entró por la ventana de la cocina. Avanzó hacia la sala, topándose con Jiraiya sentado en el sofá, los oscuros ojos de su compañero lo observaron directamente.

Orochimaru sintió como si aquella mirada lo atravesara, Jiraiya estaba furioso, eso era lo más obvio en el mundo. No hubo tiempo de pensar, cuando alcanzó a reaccionar ya el puño del sabio de los sapos estaba estampado en su mejilla.

Chocó contra la pared, abrió los ojos con sorpresa. Jiraiya arremetió contra él nuevamente. Esta vez alcanzó a esquivarlo, joder, le ardía el rostro.

-¡Eres un maldito traidor! -Espetó el más alto señalandolo- ¡Te metiste con Tsunade! ¡Lo hiciste sabiendo que yo la amo! ¡Maldito!

El puño chocó en su ojo esta vez. Orochimaru retrocedió y fijó su vista en el albino. Se irguió y exclamó.

-Ella no quiso nada contigo jamás -Recalcó- Y no pienso disculparme por lo mejor que me ha pasado hasta ahora, Jiraiya, ella es mía ahora... Pero no pienso dañarla

Ambos hombres se miraron en silencio.

-La embarazaste, ¿Es que no te das cuentas? -Jiraiya respiraba como toro enfurecido- La condenaste a vivir guardando un secreto para siempre, Orochimaru. ¿Creés que esa es la vida que merece? Sometida a las críticas de todos los que ya han empezado a llamarla zorra por tener un hijo sin padre conocido... ¿Realmente piensas que es lo que ella merece?

Orochimaru apretó los puños. Ambas miradas se mantenían sin titubear, tan sólidas que la tensión podría haber sido cortada con un cuchillo.

-¿Crees que no lo sé? -Gruñó, Jiraiya percibió la frustración en su semblante- ¿Crees que no me duele no poder estar con ella siempre como cualquiera? Poder caminar juntos por la aldea, escoger las cosas del bebé, o simplemente restregarle a todos que es mía, ella no tendrá la dicha de una vida normal en pareja, y se que es mi culpa, y me odio por eso todos los días, pero, ¿Qué más puedo hacer?... No puedo renunciar a ella, Jiraiya...

El albino guardó silencio. Conocía a Orochimaru desde siempre y jamás lo había visto de aquella forma, mucho menos imaginó escuchar semejantes palabras salir de su boca. Debía admitirlo, el hecho de que él pudiera llamarla suya se había clavado en su pecho como un kunai envenenado.

-Solo te diré una cosa, Orochimaru -El azabache lo admiró en silencio- Si tú llegas a dañar a Tsunade voy a destruirte con mis propias manos, incluso si tengo que dejar la vida en eso

No hubo dudas, las palabras de Jiraiya eran completamente ciertas. Ambos hombres sellaron el acuerdo con un apretón de manos.

Jiraiya bufo de mala gana, sabía perfectamente que estaba firmando la sentencia de su propia infelicidad, sin embargo, ya lo diría más tarde, lo hacía por la rubia, solo por ella, y muy tal vez por el bebé que al gestarse en su vientre también merecía su amor, incluso si lo había engendrado el que en algún momento fue llamado su mejor amigo.