Outer Banks [JJ Maybank]

(6)

JJ Maybank.

   Cuando me desperté a la mañana siguiente fui a buscar a John B, como acordamos anoche. Iríamos a ver a Lana Grubbs, no sabía para qué. Pero John B estaba muy interesado en ir y es mi mejor amigo, no iba a dejarle solo. Además de que he de admitir, soy un poco cotilla.

   Llegué al castillo y llamé a la puerta, justo donde había un documento de citación de los Servicios Sociales.

   — ¡protección de menores!¡sé que estás ahí! — exclamé aporreando la puerta y poniendo la voz más grave. Me acerqué de golpe a la ventana, dándole un susto a John B — te he pillado — dije riéndome — deberías haberte visto la cara — me reí cuando esté se paso las manos por la cara

   Se levantó del sofá donde estaba tumbado y se acercó a la puerta. Cuando la abrió hicimos el saludo Pogue y caminos hacía la furgoneta.

   Ya en el camino recordé cómo se estaba comportando estos días Kiara con John B, así que decidí sacar el tema.

   — no entiendo por qué no lo intentas con Kiara. Está claro que le gustas — le comenté — está en plan: "Ay, John B" — la imité

   — porque estoy con Emma y la quiero — me respondió obvio

   — el amor es una mierda, solo es una decepción tras otra —

   — ¿tu no querías que lo intentara con Kiara? — le pregunté burlón

   — da igual. Le preocupaba cuando bajaste a ver que había en el barco, la primera vez;
"John B"  — la imité — no quería que bajarás. A Emma le dio igual —

   — ni que nos hubiéramos enrollado— reí

   — está a punto de caramelo y lo sabes — insistí — te lo noto, se ve que te mola. Te pones colorado —

   — ¿colorado? —

   — sí —

   — ¿en serio? —

   — sí — respondí acercándome al salpicadero para coger la brújula

   — para — me ordenó este intentando quitármela, pero yo aparte la mano

   — solo voy a mirarla. Que la brújula estuviera en el barco de Scooter da mal rollo — comenté observándola

   — por eso vamos a hablar con la señora Lana —

   — claro, lo estará deseando. Como si su marido no se acabara de ahogar — dije posando mis pies sobre el salpicadero

***

Finalmente llegamos a la casa de la señora Grubbs. Bajamos de la furgo y caminamos hacía la entrada.

— ¿sabes qué parece esta casa? — me preguntó John B

— la casa de alguien que fuma hierba —

En eso se comenzaron a escuchar del interior cosas rompiéndose.

— ¡y una mierda! — se escuchaba desde dentro

— vámonos, es demasiado pronto — propuse cagado hasta las patas

— no, cállate, JJ — me pidió

— dime donde está o te vas a enterar. Te voy a hundir en el puto... — se escuchó un ruido más fuerte haciendo que casi saliéramos corriendo