(80)

718 25 6
                                    

JJ MAYBANK.

Soñaba con que Emma y yo seguíamos juntos y disfrutábamos de unas increíbles olas en el norte de España cuando una campana me sacó de aquel maravilloso sueño y me devolvió a la realidad.

Alcé mi cabeza y vi a mi mejor amigo tocando la campana con la que su padre lo llamaba a él. Me removí en el sofá adormilado y pocos minutos después comenzó a pasearse por la terraza en patinete.

Bostecé mientras le escuchaba desahogarse después de lo de ayer.

— Es que no puedo con esa cara que tiene. Y suelta: "Sin rencores, tío" ¿Sabes lo que digo? — se bajó del skate

— "Sin rencores", ya. Pero ¿cómo no te vas a enfadar? — me incorporé

— ¡Cómo me miró! Esa mirada Kook de superioridad, ¿sabes? —

— Cómo te provocaba... — recordé el momento

— Provocaba —

— Provocaba y, a ver, has hecho lo que tenía que hacerse. No tenías opción —

— Gracias — me miró — ¿Tu cómo estás? —

— He estado mejor — confesé

— ¿Por qué no hablas con ella? Igual podéis solucionarlo. Solo ha sido un mal entendido — me miró intensamente — ¿Por qué solo ha sido un mal entendido? —

Suspiré pero no sabía si realmente lo había sido.

— No lo sé, tío. Estoy demasiado rayado, no quiero hablar de ello —

— Bueno, pues pensemos cómo llega a Sudamérica cuanto antes. A por mi padre —

Agradecí que cambiara rápidamente de tema.

— ¿Tienes algo de comer? — le seguí hasta la cocina

— Como no tenemos pasaporte, no podemos ir en avión. Pensemos algo más —

— ¿Y el dinero de Portis? — sacó salchichón de la nevera, lo olió y tosió

— Se lo di a mi padre —

— ¿Y si vamos en barco? Podría ir si el barco de su majestad... Ya sabes qué pasa. ¡Ah, Limbrey! Limbrey, tiene barco — me asomé a la nevera — ¿Nos llevamos ese? —

— Lo ha recuperado. El otro no llegaría a Puerto España así que olvídalo —

— A ver si me entero:... — le di a un mordisco al salchichón, no podía estar tan malo — no tenemos dinero y tampoco barco para llegar a Sudamérica. De puta madre —

— Sip —

— Sé de un tío que quizás nos ayuda. Puede que funcione —

— Oh, oh —

Ya estaba poniéndome quejas.

— No empieces con esas, tío. Qué negativo eres... —

— Agáchate. Shoupe está ahí fuera — me calló

— ¡Muy bien, John B! — exclamó Shoupe desde fuera

— Mierda — nos miramos y corrimos a escondernos

— ¿Hola? ¿Hay alguien en casa? ¡John B! —

— Métete ahí debajo — le dije señalándole una mesa, después me metí yo

— Vale, John B. Sé que estás ahí —

— Calla — me dijo amenazante JB

— Como te vea, ya te puedes despedir — le dije

Outer Banks                                                         [JJ Maybank]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora