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Al día siguiente:

JJ Maybank.

   Me encontraba sentado en una mesa de interrogatorio. Me dolía el cuello y la espalda; el banco de la celda no era muy cómodo que digamos. Miraba por la ventana cuando la puerta se abrió.

   — eres como una piedra en el zapato — me decía la agente Peterkin — agito el pie, creo que ya ha salido y ahí está otra vez — explicó sentándose en la silla enfrente de mi

   — pues pise con cuidado — le propuse poniendo mis manos detrás de mi cabeza

   — me entran ganas de aplastar la piedra —

   — vale — asentí

   — uso ilegal de un arma de fuego, penetración de un hábitat protegido, vandalismo — enumeró — y todo el dos semanas. Vaya racha —

   — si cree que voy a chivarme, se equivoca —

   — tu mente adolescente no hace planes, pero vamos a adentrarnos en territorio inexplorado: en el futuro. ¿Cómo te sentirás en seis meses, en un centro de menores de Wadesboro? — me mostró dos fotos — ¿los conoces? —

Los narcos.

   — te he pregunto, ¿qué si los conoces? — repitió acercándose a donde yo estaba sentado

   — ellos... entraron a casa de John B y nos persiguieron. Aparte de eso, nada — respondí

   — hay una foto más reciente — me la mostró — alguien los rajo con un garfio y los echo a los tiburones. ¿Crees que sería un tiburón toro? Malas noticias, jefe: quien mató a estos dos sigue ahí fuera y tengo motivos para creer que va a por ti amigo John B. No creeréis que sois los únicos que buscan el Merchant, ¿no? Y sí. Yo también estoy enterada —

   — vale, sheriff Peterkin, le prometo que ya no lo está buscando... — me interrumpió

   — eso dices tú. Intento mantenerlo a salvo. Quiero que le digas que venga a hablar conmigo. A ver si conseguimos que no te  metan en Wadesboro — dicho eso se fue

   En unos minutos me avisaron de que ya estaba mi padre, así que salí de la habitación y caminé con la cabeza gacha ,esperando lo que sabía que pasaría, hasta el mostrador de la entrada.

   — ¿es su tutor? — preguntó la agente

   — su padre, por desgracia —

   — la visita es en dos semanas, si no aparece perderá la fianza. La compensación será una media de tres estimaciones del coste del bien... —

   — ¿cómo dice? — interrumpió mi padre a la agente

   — que pague lo que ha roto. Es el acuerdo. Firme aquí — dijo dándole un documento y un boli

   — firmó y se giró para mirarme — vámonos. ¡Andando! —  salimos y de camino al coche habló de nuevo — me preguntó cuál será la compensación por una Malibu 2019 —

   — lo pagaré yo. Lo juro, papá — le dije

   — joder, ¿30.000 dólares? — preguntó irónico — ¿cuándo vas a pagar eso, grandullón, sí no haces más que fumar maría y salir por ahí? — no respondí, sólo miraba al suelo — ¿eh? — repitió — sube al coche — me ordenó. No quería hacerlo, no quería estar en un sitio cerrado con él — venga — repitió y tuve que hacerlo

   — papá, te juro... — me interrumpió dándome un puñetazo en la cara, haciéndome chocar con la ventanilla y se me echó encima

   — ¡treinta mil dólares! ¿¡Tú sabes lo que me has echo!? Cabrón, hijo de... — siguió pegándome, dándome de golpes contra la ventana del coche, gritándome, insultándome... y yo no pude hacer nada, hasta algunos minutos después que se cansó, se separó de mí y condujo hasta casa.

Outer Banks                                                         [JJ Maybank]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora