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— EMMA —

— Esa que veis es la iglesia del Liberto. La fundó Denmark —

Pasamos por delante de una iglesia casi escondida tras la maleza, con la fachada blanca desconchada. La pasamos de largo y seguimos por el camino de tierra hasta ver el árbol.

— Mierda. Está subiendo la marea — decía Pope al ver la tierra convirtiéndose en barro — Esperad, fijaos. Ya han pasado por aquí. Fijo que esas huellas son de Limbrey. Tenemos que seguir —

— ¿Cómo lo ves, jefe? — miró JJ a John B

— Yo lo veo un poco chungo —

— Coincido con tu diagnóstico —

— Sí —

— Ellos lo han conseguido — decía Kie

— ¿Sin un 4x4? No sé qué decirte — la miré

— ¿Por qué hacéis como si no fuerais a pasar? — se burló Sarah — ¿Desde cuándo vais a lo seguro?

— Cierto — asienten ambos

— Necesitas velocidad — le dije — Mete segunda y pisa a fondo —

— Sí, señora — asintió JB

— Ve por la parte central — añadía Pope

— ¿Listos? —

— Sí, primera — le indiqué

— Dale caña — apuraba JJ

— Necesitas velocidad. Tienes que acelerar —

— Voy en segunda —

— Va a patinar — advertía Kie

— Que se te va — le decía el rubio a su mejor amigo

— Ya lo sé —

— No quiero meterte presión pero, si no lo conseguimos, es el fin — le decía Pope asomando la cabeza a la parte de delante

— Tú vuelve atrás — le apartó John B

— Estamos vivos — celebró Kie cuando pasamos todo el barro

— Vale, para aquí mismo. El roble está aquí al lado — decía JJ — Vale, el que avisa no es traidor: en esta zona anidan caimanes, así que todos bien atentos. No vaya a ser que piséis a una mamá caimán —

— ¿Tienen nidos? — inquirió Kiara

— Buen sitio para aparcar — ironizaba Sarah

— No seáis como Pat Womack, que se llevó un bocado a la pantorrilla. ¿Lo sabíais? —

— Eso es una leyenda — le dije siguiéndole — Tuvo un accidente de coche, pero lo tendré presente —

— Vive en la ignorancia, pero fue un mordisco de caimán, que lo sé yo — me insistió — Les gusta el agua salobre. Quietos, que he visto algo —

— ¿Qué haces? — le preguntó Kie

— Buena idea, despiértalos — asintió Sarah cuando JJ estampó un tronco sobre el agua

— Quería asegurarme de que no era un caimán —

Atravesamos el pantano y Pope nos hizo señal de silencio al ver como todo un grupo de excavadores trabajaban alrededor del árbol. Entre ellos, Rafe.

— El mando está en la cruz, que está enterrada al pie del árbol — decía Limbrey

— (...) Soy muy consciente, Carla — decía su perro guardián, como lo había llamado Whezee — Con apenas tocarlo, m curaré y esta larga pesadilla se habrá acabado

Outer Banks                                                         [JJ Maybank]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora