Outer Banks [JJ Maybank]

(45)

— EMMA —

Iba de camino al muelle a ver si Sarah había conseguido hablar con Whezzie. Mientras bajaba por la rampa vi a mi hermana tropezarse y y sujetarse con una mueca de dolor a la barandilla. Corrí hacía ella preocupada.

— Sarah, ¿estás bien? — le pregunté agarrándola por la cintura

— Sí, no te preocupes —

— ¿Seguro? —

— Sí, sí — asintió posando el pie en el suelo — ¡Au! No, no estoy bien —

— A ver — me agaché para verla el pie, se lo palpé y lo único que noté fue que estaba un poco hinchado — Esto es un esguince, no te preocupes se te pasará — le dije agarrándola de nuevo para ir hacía el Castillo

En eso el móvil de Ki sonó y enseguida Sarah lo miró.

— Es Whezzie — me dijo y me paré en seco

— ¿Qué dice? — le pregunté

— En Deachs Point a las 22:00 —

— ¿Está noche? —

— Sí —

— Vale, pues voy yo —

— ¿Qué? No, no. Yo puedo, iré yo —

— Sarah, no es por subestimarte. Pero no vas a poder —

— Vale, mira, en principio voy yo si está noche vemos que no puedo vas tú, ¿vale? —

— suspiré — Está bien, pero ya mismo te pones hielo, ¿eh? — está asintió de caminó a la casa

— JJ —

— En serio, solo tienes que dejar la ambulancia en marcha — le insistía a mi primo Ricky — Te estoy pidiendo un favorcito de nada, Ricky —

— No es por el favor, es que el plan es una estupidez — me decía

— Venga, tú solo deja la ambulancia en marcha. En enróllate, macho —

— No quieres ir a la cárcel, primo —

— Es cuestión de tiempo. Mejor que sea por una buena causa — agaché la cabeza y de reojo vi las llaves de la ambulancia y enseguida me puse a elaborar un plan para cogerla

— Ya, pues yo no quiero contribuir. Mira que se te ocurren chorradas, pero creo que te has superado —

¿Por qué todos me dicen lo mismo? — pensé

— No te lo pediría si no fuera importante y te recuerdo que me debes una. ¿Quién llevó tu cargamento a Cape Fear cuando te hizo falta? — me miró — Yo, ¿sí o no? —

— Siento lo de tu padre, de verdad —

— Venga, hombre — murmuró cansado de siempre lo mismo

— Pero no te voy a ayudar a suicidarte. Lo siento. Ahora déjame en paz. Hoy trabajo hasta tarde. Si no te importa... —

— No... —

— ¿Seguro? —

— Tranquilo —

— Vale, tío —

— Nos vemos — nos abrazamos mientras nos despedíamos

— No hagas tonterías — me pidió y no respondí nada

— Recuerdos a Stephanie — fue lo único que dije antes de salir de su taller

— Se los daré — asintió y a la que me iba agarré las llaves de la ambulancia