Outer Banks [JJ Maybank]

(83)

EMMA CAMERON.

JJ terminó de hablar con Sarah, no sé que le diría, pero no parecía más nervioso que antes. Eso era buena señal.

— ¿Va a ir? — le pregunté

— Sí —

Sonreí ante su respuesta algo aliviada.

— Emma... —

Sabía lo que se venía, y no quería. Quería, pero me dolía solo pensarlo. Giré la cabeza hacía Lucía y enseguida le interrumpí.

— ¿Ahora qué? — pregunté

— ¿Te vienes al château? — me preguntó JJ

— ¿Qué? —

— Esperaremos allí a que tu hermana llegué con John B —

"Mi hermana". Eso sonaba muy lejos. Muy, muy lejos.

Miré a Lucía, buscando una opinión. Pero solo vi su expresión de: "Haz lo que creas conveniente".

— Voy sí Lucía viene conmigo — sentencié

— Emma... —

— Es mi condición —

JJ miró a Lucía comprando que fuera de fiar y que dijéramos lo que dijéramos en casa de John B, no saliese de ese círculo.

— ¿Estás segura? —

— Segurísima —

Éste suspiró y dijo:

— Está bien —

Cogimos una mochila con ropa y seguidamente nos subimos al coche de Lucía. JJ, ya se había ido, y nosotras nos íbamos a pasar antes por el super a comprar algo de comer. Dudaba mucho que tuviesen algo con lo que alimentarse aparte de pan de molde mohoso.

Compramos lo necesario y en menos de una hora llegamos al Castillo.

— Ya estamos aquí — dije mientras entrábamos a la casa

— Emma — balbuceó Pope al verme — Cómo te echaba de menos — me abrazó fuerte levantándome un poco del suelo

— Sí, yo también — dije seria

No estaba aquí por ellos... por mucho que los echase de menos.

— Está es Lucía, mi mejor amiga — hice énfasis en la etiqueta

— Hola, encantada — sonrió ésta acercándose a dar dos besos tanto a Pope como a Cleo

Después de acercó Kiara. Noté como Lu se hacía la remolona pero acabo saludándola igual que al resto.

— Bien. ¡Manos a la obra! — me miró Lu señalándome la bolsa que habíamos comprado

Empezamos lavándonos las manos y después procedimos a sacar las cosas de la bolsa.

— Patatas, huevos, sal, cebolla... Vale, dale —

Empecé cortando la cebolla mientras Lu cortaba las patadas en rodajas.

— Ay, vamos a poner música —

Se acercó a buscar su móvil y el altavoz, lo conectó y al poco empezó a sanar una melodía.

— Me encanta esta canción — tosió de mentira — Hola, yo... Venía a decirte que bailaras a mi lado. Qué está noche estás tan guapa y yo estoy más guapo callado. Lo siento, no sabía, que ya había quién se muere por tiiiii —

— ¿Os ayudo? — llegó Pope a la cocina mientras se lavaba las manos

— Pues... si vas batiendo unos... — pensó Lu la cantidad — cuatro huevos —