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JJ MAYBANK.

— ¿Qué pasa, primo? —

— ¡Ricky! ¿Cómo se llamaba el campamento al que te envió el tío Larry? — le pregunté en cuanto le respondió — ¿Lo recuerdas? —

— Es mi día libre — replicó mi primo — Tengo cosas que hacer con los pollos —

— ¡A la mierda tus pollos, Ricky! Solo dime el nombre del campamento al que te enviaron en noveno grado por pervertido —

— No fui un pervertido. Lo sacaron de contexto... —

— Lo siento, está bien. Solo necesito saber cómo se llama —

— Kitty Hawk. Mitad para chicas y mitad para chicos. Un lugar de reeducación de un culto fuera de la ciudad, cerca del pantano —

— Kitty Hawk — lo memoricé

— ¿Por qué preguntas? ¿Te enviarán? —

— Qué gracioso. Gracias por la información, primo. Hablamos, manda saludos... —

— Me debes una por lo de Pope... —

Colgué y giré para dirigirme a las afueras. Marqué el número de John B.

— Maldita sea —

— Hola, ¿JJ? —

— Pequeño cambio de planes. Enviaron a Kiara al campamento —

— Ay, no —

— Necesito unas ocho horas para sacarla —

— ¿¡Ocho horas!? ¡No tengo ocho horas! Tenemos un jet aquí. Estamos esperando —

— Lo sé. Sé que el tiempo corre. Espera lo que puedes. Si debes irte, nos vemos allá —

— No podemos. No, JJ, escucha, no podemos esperarte —

— Estoy trabajando en eso. Resuelvo problemas. Quédate en la Matrix. Repito... —

Grité cuando la furgo pegó un bote. La detuve y saqué la cabeza para comprobar que pasaba.

— ¡JODER! —

Tiré el teléfono contra el salpicadero.

— ¡Tiene que ser una broma!. ¡JODER! —

Salí dando un portazo a la puerta, abrí el maletero y cuando saqué la rueda de repuesto un choche se acercó a gran velocidad. Volví a tirar la rueda en el maletero y apoyé mis manos con desesperación contra el suelo de la furgo.

Vale, iban a matarme. Ya está, hasta aquí llegué. Bastante me parecía.

Entonces, vi una palanca y dije: ¿Por qué no? No pierdo nada. Cuando me giré para enfrentarme, uno de los tíos de Mike ya me estaba apuntando con un rifle. Todo pareció encajar. Miré la rueda.

— ¿En serio? — miré a Mike

Éste no dijo nada. Caminé para ver mejor el pinchazo.

— Después de todo lo que me hiciste pasar, le disparas a la llanta de mi amigo. ¡No es mi camioneta! —

— Perdiste mi carga, JJ. En vez de que me pague, les debo. Significa que tú me debes, ¿no? —

— Lo sé, Ba... —

— ¡Sube al coche! —

— Por mucho que quisieras tengo una cita, así que... —

— Ya lo oíste — me seguía apuntando el hombre de Mike — Sube al coche —

— Está bien. Así será. Sé que has oído las historias — bajé las manos — Sobre mí y mis amigos. Algo llamado el Royal Merchant. Una pila de oro. ¿Te suena? —

— Oí un poco de mierda —

— Bueno, esa mierda es real —

— Sí —

— Y sí, lo encontramos —

— Sí, lo vi —

— ¿Por eso un montón de tipos tiran tus cosas detrás de tu casa? Vives muy bien, hermano —

— Sí, ¿hablas de la casa que será embargada? ¿La tapadera? La del olor. Regla número uno: no hagas cosas llamativas, como pagar una hipoteca —

— Para. Déjame adivinar. Tienes el oro, pero lo enterraste en un granero, ¿no? Y, si te dejo ir ahora, correrás allí, lo buscarás y lo dividiremos, ¿no? —

— No exactamente. Es un poco mejor que eso. ¿Puedo? — miré al hombre con el rifle — Olvidémonos del oro del Merchant. Es solo la punta del iceberg. Vamos tras el plato principal. ¿Vale? Vamos tras la veta madre. Y por eso debemos ir a Sudamérica. ¿De acuerdo? Mike. Estoy tratando de ayudarte. Quiero darte la oportunidad de ganar diez veces más. Sin hacer nada. Es solo un boleto de lotería

» En esta mano — alcé mi mano derecha —, tienes el placer de patearme el trasero ahora. Entiendo esa tentación. En serio. Pero en esta mano, en esta mano, Mike — alcé la izquierda —, tienes un montón de oro esperándote y solo necesitas tener un poco de paciencia, ¿sí? Y un vuelo a Sudamérica —

EMMA CAMERON.

— Dios mío —

Me giré ante el ruido del motor y la maldición de Sarah. Era Topper. Éste bajó del coche y caminó hacía Sarah, que también se acercaba a él.

— Hola, Sarah. ¿Qué haces? ¿Estás despidiendo a John B o qué? —

— Lo siento, no te llamé — se disculpó ésta — Quise llamarte anoche —

— ¿Quisiste llamarme anoche? Sí, está todo bien. Estuve preguntando y oí que el avión de tu padre estaba aquí y pensé: "Interesante" —

Parecía dolido. Supongo que, porque, otra vez, Sarah ha escogido a John B.

—¿Te vas con él? —

El aeródromo se quedó en completo silencio. Nada se escuchaba más allá que las ramas de los árboles movidas por el viento. Topper miró a John B, y otra vez a Sarah.

— ¿Te vas con él? Sí o no, Sarah —

Sarah agachó la cabeza y asintió ligeramente sin articular palabra.

— Eres una puta mentirosa, Sarah Cameron. Siempre has sido una mentirosa. ¿Después de todo lo que pasamos? ¿Me haces esto? Estoy hasta los cojones, ¿vale? Literalmente, prometiste que John B se iría y te quedarías conmigo. No puedo seguir haciéndome esto —

— Oye, Top — llamó su atención Pope — Tienes algo aquí — se señaló la cara con burla

— ¿Por qué no te callas? ¿Qué tal eso? Y, amigo, John B, agradece que no te devolví el golpe en el Wreck. ¿Porque sabes qué habría pasado?... —

— Topper, ¿por qué no te ahorras la poca dignidad que te queda? Porque así solo das más pena, puto pringado —

Éste se acercó amenazante a mí, me incorporé haciéndole cara.

— A mi no te me pongas gallito, ¿eh? —

Éste se detuvo enfrente de John B, ignorándome.

— No morderé el anzuelo — le dijo John B — Tienes razón. Me habrías pateado el culo —

— Oí que están remodelado el Chateau. Qué mal, tío. ¿Cómo pasó? —

Qué hijo de puta —

¿Qué dijiste? No, Topper, ¿qué dijiste? —

Pero éste ya se había dado la vuelta.

— Que os vaya bien la vida, ¿vale? —

Se metió en el coche dejando a John B y Sarah sin articular palabra. Creo que ni respiraban.

— ¿A eso llaman un Kook? — preguntó Cleo

— Sí. Totalmente — asintió Pope observando la camioneta de Topper alejarse por el aeródromo 

Outer Banks                                                         [JJ Maybank]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora