XVIII

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"Hay quienes permanecen el corazón y la memoria, pero tarde o temprano debes soltar a aquellas que no pueden quedarse en tu vida"

La noche había caído ya y los enanos habían avanzado alejándose asi de los orcos que no tenían ni la más mínima intención de dejarlos en paz. En cuanto lograron escapar, Azog les siguió la pista y ahora estaba sobre de ellos.
Se ocultaron entre las Montañas Nubladas. Esperaron debajo de unas colinas la señal del mediano quien había ido a inspeccionar la zona y cercanías del enemigo. Al cabo de un rato el mencionado regreso presuroso y nervioso.

- ¿Dónde está el grupo? - cuestionó Thorin al hobbit

- Muy cerca. A un par de leguas nada mas - dijo Bilbo agitado - Pero eso no es lo peor..

- ¿Los huargos persiguieron tu olor? - ahora era Dwalin

- Aun no, pero lo harán. Hay otro problema... - volvio a decir Bilbo

- ¿Te vieron? - le cuestionó Gandalf - ¿Te vieron?

- No, no es eso - Bilbo nego y el mago le sonrió orgulloso

- ¿Que les dije? Discreto cuál ratón. Excelente para saquear

Los enanos rieron del mismo modo. Felicitaban al hobbit y sus capacidades.

- Tan solo podrían escuchar. Intento decirles que más allá hay algo - hablaba con desesperación Bilbo

Las risas pararon. Ahora la preocupación y los nervios se hacían presentes en el ambiente

- ¿Que forma tenía? - pregunto Gandalf - ¿Tal vez de oso?

Bilbo se desconcertó.

- Si, si pero más grande mucho más - hablo el mediano

Los enanos estaban igual que Bilbo. Se miraban entre ellos confusos y nerviosos.

- ¿Tú sabías de esa bestia? - pregunto Bofur

Gandalf no dijo nada, él solo se limito a girar y mirar hacia el horizonte dejando con la duda a la compañía entera.

- Yo digo que volvamos - sugirió Bofur

- ¿Y que nos atrapen los orcos? - decía Thorin

No había muchas opciones ya. Estaban acorralados y de eso no había duda. Era solo cuestión de tiempo para que los atraparán, ya sean o los orcos o la bestia que aparecía para rematar la mala suerte de la compañía.

- Hay una casa - hablo Gandalf - No muy lejos de aquí donde tal vez nos den refugio

- ¿De quien es la casa? - pregunto Thorin - ¿Amigo o enemigo?

- Ninguno - respondió

Otra vez, las miradas de agobio de los enanos se hicieron presentes ante lo dicho.

- Nos apoyara o nos matará

- ¿Que opción tenemos? - cuestionó indiferente Thorin

Un rugido similar al de un oso se hizo escuchar entre las montañas asustando a la compañía entera.

- Ninguna - respondió el mago casi aterrado

La compañía comenzó a correr. Debían alejarse no solo de Azog y su jauría de huargos, ahora se les incluía la bestia de antes.

"Tantos enemigos y tan pocos aliados"

Pensaba Fideth.

Seguían a paso veloz, ninguno miraba atras más que parar ayudar a los que se quedaban. Pararon en seco al escuchar de nuevo el rugir de la bestia. Ahora estaban más que asustados y eso se notaba en sus miradas.

Puente Entre los MundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora