"Cierra los ojos y sueña, encaminate en un mundo nuevo y de fantasía...pero asegúrate de saber cuál es la realidad"
Después de haber sido capturados por los elfos, los enanos fueron llevados al reino del bosque oscuro.
La caminata fue larga y un poco tiempo después llegaron a su destino. Las puertas del reino fueron abiertas dejando entrar a los residentes del mismo y a sus respectivos prisioneros.
Fideth quedó maravillada ante tal arquitectura, caminos y puentes formados por lo que parecía ser la madera de un árbol completamente liso le daba un toque algo moderno. El reino enteró incluso daba la impresión de ser un gigantesco árbol que podía acoger a cientos, no, tal vez a miles y miles de elfos. Un paraíso que, de no ser por su encarcelamiento, habría disfrutado mejor.Los enanos fueron inmediatamente llevados a los calabozos y encerrados en distintas celdas. Todos excepto Thorin y Fideth, estos últimos fueron llevados con el mismísimo rey. Un rey elfo que le traería miles de recuerdos a ambos. Uno de los reyes elfos más fuertes según las historias, el rey Thraundil.
Los guardias los escoltaron hasta el trono dónde se encontraba su excelencia real postrado. Al llegar ante la presencia del mismo, los guardias dieron una reverencia y se mantuvieron al lado de los prisioneros que lo miraban serio y con cierto enojo, sobre todo Thorin.
Fideth además lo inspeccionaba de arriba a abajo, en el había un cierto parecido a Legolas, y fue entonces que concluyó que el elfo era un príncipe y futuro heredero.- Lleven a la joven a otra habitación y vigilen que no escapé - ordenó Thraundil a sus guardias quienes obedecieron llevándose a Fideth a la fuerza
- Yo puedo caminar por mi cuenta - dijo zafandose del agarre de los elfos
Thorin rió ante la acción de su compañera, en verdad cada vez más se parecía a los enanos, su carácter, su forma de hablar y porque no, también su lealtad y terquedad era algo que la convertía en una más de ellos.
Cuando por fin estuvieron solos Thorin y Thraundil comenzaría su discusión, misma que Fideth no logro escuchar debido a la lejanía.
Recorrían el reino en busca de una habitación vacía, y era algo extraño, siendo tan grande el lugar era ilógico que no encontraran una sola habitación. Pero más tarde habría una fiesta, y debido a ellos muchas de las habitaciones estaban ocupadas y repletas de elfos.
Durante el recorrido que hubo por encontrar una habitación, ella iba mirando el lugar. Observaba con detenimiento la arquitectura del gran reino que no pudo admirar muy bien en su llegada, el modo en que estaban perfectamente colocados cada uno de los mástiles de maderas que sostenían el palacio era de no creerse.
Había que reconocer que los elfos también tenían su lado bueno, aunque suele ser difícil de ver.La misión de encontrar una habitación fue un fiasco. Los guardias terminaron por llevar en su desesperación a la joven de nuevo a su celda. Pero en su camino fueron interferidos por Legolas.
- Creí que el rey había ordenado llevarla a una habitación - se dirigió a los guardias en elfico
- Si mi señor - dijo uno de los guardias mientras hacía una reverencia - Pero tuvimos un problema al encontrar una habitación
Legolas soltó un suspiro de frustración y miro con molestia a los elfos que mantenían la cabeza baja al ver al príncipe con aquella actitud.
En un movimiento de manos Legolas ordenó a los guardias que se retirarán y lo dejarán solo con Fideth. Estos asintieron y se retiraron.
En cuanto a Fideth, bueno, ella solo mantenía fija su mirada en otra parte para evitar mirar al elfo directamente. Sentía los ojos azules del elfo rubio sobre ella y los nervios le ponían los pelos de punta, las piernas le temblaban cuál gelatina y la cara se le ponía roja como jitomate.
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Puente Entre los Mundos
De TodoFideth es una joven como cualquier otra...o algo así, ella es alguien que tiene distintos genes en su cuerpo. Su abuelo era un elfo, su padre un enano y para colmo su madre y abuela eran humanas. Tres razas que se han vivido en guerra desde tiempos...