♡ Cap. No. 51 ♡

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La noche llegó rápidamente y cada pareja se encontraba en su respectiva habitacion.

El día había consistido en dar vueltas por la zona, viendo el bosque, lagos. Todo era bonito y silencioso.

—No debes cenar.—Dijo Zee desde el baño.

—¿Por qué? Van a hacer una hoguera. Tiene buena pinta.

—Tengo una pequeña sorpresa, tienes que tener el estómago vacío.

Saint estaba terminando de ponerse su sudadera cuando Zee salió del baño sin camisa.

—¿Qué clase de sorpresa?—Saint miró a través del espejo el pecho desnudo del pelinegro.

Él también quería tener un buen cuerpo como el de Zee. Debería hacer más ejercicio, solo que de pensar lo que debería hacer para conseguir el propósito, le daba muchísima pereza.

Zee se acercó por detrás y lo abrazó—Si te lo digo no sería una sorpresa, le susurro al oído dándole un pequeño beso

Saint sonrió poniendo sus manos encima de las de Zee.—Era lindo tener a alguien cariñoso. Saint guiño el ojo.

Zee besó su cuello encogiéndose de hombros,—Digamos que sacas cosas de mi que no pensé que haría.

Saint se dio la vuelta, pasando sus manos alrededor del cuello del pelinegro.

—Eso es halagador.—Saint miró el rostro de Zee, luego sus ojos bajaron rápidamente al pecho y subió la mirada.

—¿Qué mirabas?—Zee sonreía descaradamente.

—No es mi culpa que me estés provocando.—Dijo Saint antes de besarlo.

Zee apretó el agarre en la espalda de Saint, acercándolo. Saint hizo lo mismo, acercó más la cabeza de Zee. Parecían no tener suficiente cercanía.

Saint soltó un suspiro al sentir la lengua de Zee juntarse con la suya. La mano del castaño acarició la amplia espalda de Zee. Zee mordió el labio inferior del castaño, haciendo que este se gimiera.

Entre besos fueron caminando a ciegas a la cama. Habían dos, pero una era suficiente.

Zee les dio la vuelta, haciendo que Saint cayera sobre su espalda, con él encima. Saint abrió las piernas quedando Zee entre ellas. Ambos movieron sus caderas inconscientemente, buscando el contacto del otro. El pelinegro empezó a besar el cuello del castaño, no debía dejar marcar. Sería problemático, pero no le desagradaba la idea. Saint soltaba pequeños gemidos.

Saint soltó el cuello de Zee, y buscó la cremallera del pantalón del pelinegro. Fue quitando el botón, unos golpes en la puerta los hizo detenerse.

—Hay que bajar.—Dijo una voz femenina. Lisa.

Saint resopló.

Zee maldijo pero se apoyó sobre sus codos, sonriendo al ver el rostro sonrojadas de Saint, junto con su pelo despeinado.

—Tranquilo, no te exasperes. Ya habrá tiempo.—Zee le dio un besito en la nariz.—Arréglate un poco. Te espero abajo.

Zee se levantó colocándose su camisa  peinándose rápidamente.

—A la próxima te pones un pantalón de chándal.—Le dijo Saint.—Es más cómodo—eso lo murmuró para sí mismo.

Zee lo miró por encima del hombro.

—Pero que atrevido y lascivo te me has vuelto.

Saint frunció los labios. Sí. ¿Y de quién es la culpa, Zee?

Zee salió de la habitación. Sonriendo.
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💙❤💙❤💙❤💙❤💙

Donde quedó la timidez... 😂

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