CAPÍTULO 14

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Narra Angelina

Lunes, de vuelta al trabajo y a toda la rutina, me despierto a las 5:30am, me doy un baño, despierto a Ander, mientras él se baña le preparo el desayuno, a pesar de ser pequeño aún es muy independiente, luego ambos nos alistamos, desayunamos juntos y salimos de la casa a eso de las 6:45am, caminamos hacia su escuela la cuál queda a 10 minutos de dónde vivimos, restándole 5 minutos para prepararse para recibir las clases ya que la hora de ingreso es a las 7:00am, finalmente tomo el transporte público para llegar a mi trabajo, el ingreso es a más tardar a las 7:30am.

Al llegar estuve atenta a todo aquel que pasaba, anhelaba ver a Jason ya que desde el sábado no sé de él, se hicieron las 11:00am y aún no se había aparecido, por lo menos no en esa parte de la clínica, tal vez llegó más temprano que yo y por eso no lo ví llegar.

Por largo rato hubo revuelo por toda la clínica, Paula, María y yo ansiábamos saber qué sucedía pero nadie nos daba información, de repente ví llegar a Jason, con el rostro ensombresido y contrariado, no se parecía en absoluto al hombre que estuvo conmigo, es decir, con nosotros el sábado, ni siquiera los buenos días dijo, pasó derecho ignorándonos, haciéndome sentir pequeñita por su indiferencia.

La jornada laboral continuaba así que coloqué la mejor expresión que pude en mi rostro fingiendo que no me había afectado el actuar de Jason, a mi lado María aprovechó que una de sus amigas auxiliares de enfermería pasaba por la recepción para preguntarle qué sucedía.

-Mara... Ven un momento por favor.

-Hola María, supongo que quieres saber qué sucede ¿O me equivoco?

-En absoluto, cuéntanos.

-Deben ser discretas por favor, sucede que en el pabellón San Rafael, dónde están los pacientes psiquiátricos, encontraron muerto en el baño a un paciente, se suicidó.

Las 3 quedamos atónitas ante su revelación, es increíble como la vida de una persona se esfuma así sin más, pero aún más increíble es que personas como Diego que desean vivir y tienen toda una vida por delante mueren de repente y hay otras quitándose la vida, con razón Jason llegó con esa expresión en su rostro y sin pronunciar palabra, no debe ser fácil que en su clínica, la cuál es una de las más reconocidas de la ciudad por ser segura para los pacientes, uno de ellos se suicidé.

El problema que se va a armar por esto va a ser grande, la familia del... no vivo querrá una explicación y puede demandar a la clínica por negligencia, ahora más que nunca Jason va a necesitar apoyo, siento unas ganas inmensas de ir y decirle que puede contar conmigo, para apoyarlo en este momento tan difícil, pero no creo que mi sola presencia sea de mucha ayuda para él.

-¿Ya la familia lo sabe?

-Sí, llamamos y les avisamos, no lo tomaron nada bien, los hijos estaban muy al pendiente de su padre y fue un golpe duro, pero ahora en medio de su dolor solo buscan culpables.

-Entonces ¿Se va a armar un mierdero aquí?

-El señor Lombardi está a la espera de que lleguen los familiares para hablar con ellos.

-Es increíble todo esto.- Paula habló por fin, a ella le encanta hablar pero por lo visto la noticia la dejó descolocada.

-Debo irme, ojo con hablar de esto con los demás.

Fue lo último que dijo Mara antes de marcharse, mi corazón palpitaba a mil por minuto, sentía que se me saldría del pecho y la ansiedad no me daba tregua.

Al salir a almorzar casi no probé bocado por la preocupación, deseaba ir con Jason pero no quería ser imprudente al revelarle que estaba enterada de la situación, además los familiares del paciente ya se encontraban en su oficina.

Al retomar el turno, nuestra jefa nos pidió reprogramar todas las citas pendientes de la jornada de la tarde, nos explicó lo sucedido y que la policía llegaría a investigar, si los pacientes que estuviesen a la espera de ser atendidos veían eso podrían alterarse.

A eso de las 2:00pm ya habíamos reprogramado las citas, algunos creyeron la excusa que les dimos y fueron comprensivos, otros en cambio, fueron extremadamente groseros pero de igual forma tuvieron que aceptar la reprogramación, al finalizar nuestra jefa nos dijo que podíamos irnos, ya que no tendríamos nada que hacer por lo que restaba del día.

Tomé mis cosas y estuve a punto de irme pero las ganas de saber de Jason me ganaron, pensé en subir a su oficina pero tal vez habría muchas personas allí tratando de buscar solución a la situación por lo que me limité a escribirle por WhatsApp, el cual no tardó en ser respondido.

Conversación con Jason

-¿Cómo estás?

-He tenido días mejores, pero gracias por preguntar.

-¿Hay algo que pueda hacer por ti?

-De echo sí, pero para eso debes venir a mi oficina.

-En un momento estaré ahí.


No lo pensé dos veces, acomodé mi cabello y me miré en el pequeño espejo que cargo en mi bolso para asegurarme de verme bien, subí las escaleras hacia el segundo piso y al no estar su secretaria pasé directamente a su oficina, me sorprendió no ver a nadie al rededor de esta, la zona estaba casi desierta.

Di tres golpes a la puerta pero nadie respondió, volví a tocar y sentí un estruendo proveniente del interior de la oficina, no espere más e ingresé, estaba Jason con su rostro rojo de ¿Dolor? ¿Enojo? No sabía exactamente porqué, sus nudillos estaban un poco lastimados como si hubiese estado golpeando la pared, además el corte en su ceja producto de la pelea con Manuel estaba sangrando nuevamente, algunas cosas yacían tiradas y rotas en el suelo y la ropa de Jason estaba algo sucia.

Al percatarse de mi presencia me miró fijamente y pude ver que los ojos cristalizados, yo no era capaz de moverme de la entrada, temía que algún movimiento mío lo enojara más ya que ingresé a su oficina sin su autorización, aunque por mensajes me pidió que viniera, no fui tan imprudente después de todo, se acercó a mí con paso decidido y al posar su imponente cuerpo frente al mío se desmoronó, me abrazó tan fuerte que sentía que mi cuerpo se rompería y comenzó a llorar sin consuelo.

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