CAPÍTULO 34

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Habíamos recorrido gran parte de la ciudad pero no había ningún indicio, aún así hacía lo posible por no perder la esperanza de encontrar a mi hijo, ¿Desde cuándo Diego se había convertido en un delincuente capaz de secuestrar a su propio hijo? Y... ¿Para qué? De pronto recibo una llamada de un número desconocido, me apresuro a responder y aún no puedo creerlo...

Llamada telefónica con Diego

-¿Hola?

-Se puede saber... ¿Qué mierda pasa contigo? ¿De cuándo acá un padre no puede pasar tiempo con su hijo? ¿Por qué alertaste a la policía alegando un secuestro?

-No puedo creer que estés vivo ¿Cómo es eso posible? Te ví muerto, todos lo hicimos, te enterramos y... ¿Cómo es que apareces nuevamente? ¿Desde cuándo apareciste? Y lo peor es que no eres capaz de ir a ver a tu madre o a tu hijo ¿Por qué optar por hacer las cosas así?

-Eso no es de tu incumbencia Angelina, pero para que te quedes tranquila solo quería ver a mi hijo, ahora retira la puta denuncia o te juro que no vuelves a ver al niño en lo que te reste de vida.

No voy a quitar la denuncia! Regrésame a mi hijo...

-Está bien, si lo quieres ver de nuevo tendrás que darme el dinero del seguro de vida, lo necesito.

-¿Entonces secuestraste a tu hijo para que te dé dinero? No lo puedo creer... ¿En qué monstruo te has convertido? ¿Quién eres ahora? Te desconozco totalmente.- En ese momento Jason se estacionó a un lado de la calle y sujetó mi mano con fuerza tratando de darme su apoyo.

-Tal vez nunca llegaste a conocerme mi amor, o puede ser que la gente cambia, dime cuándo puedes entregarme el dinero, a fin de cuentas yo lo pagué, es mío.

-Yo no tengo el dinero, lo gasté... Dime por favor ¿Cómo está mi hijo?

-Lo sé, puedes vender la casa y darme el dinero o cedérmela, solo es cuestión de cambiar las escrituras...

-Claro... Eso es, mandaste a esa perra para averiguarlo.

-Piénsalo pero no tardes, adiós.

-Diego ¿Cómo está Ander? ¿Hola? Diego...

Fin de la llamada

Diego había cortado la llamada, me sentía derrotada, destruída y lloraba a mares, Jason desabrochó su cinturón de seguridad, se giró y me abrazó.


-Se lo que se siente perder a los seres que amas, no permitiré que eso te suceda a ti, haré todo lo que esté a mi alcance para recuperar a Ander.

-No tendré cómo pagarte todo lo que estás haciendo, de verdad... Gracias...

- No tienes que pagarme nada tranquila, si tú estás bien yo también lo estaré.- Besó mi mejilla muy cerca a mi boca sin interrumpir el abrazo. -Angelina... ¿Podemos hablar de nosotros por favor?

Me solté de su abrazo cuidadosamente para no parecer grosera.

-Jason este no es el momento.

-Sé que no pero... No puedo continuar así, no sin ti.

-Jason basta por favor.

-Sí no quieres hablar entonces escúchame, solo eso te pido.- Hizo una pausa esperando respuesta pero esta no llegó. -Sé que lo que hice no estuvo bien, me besé con esa chica, no lo voy a negar, no negaré lo obvio, pero no lo hice porque me interese ella o quiera algo con ella, es todo lo contrario.

-No entiendo cómo besas a alguien porque no quieres tener ningún tipo de relación, para que se aleje, no es algo lógico.

-Dicho así suena terrible, pero no te miento... El año pasado tuve una breve relación con ella y...

-Tuviste sexo, dilo y ya, sin disfrazar las palabras.

-Tienes razón, tuvimos sexo y ella quería que continuáramos, que diéramos el siguiente paso y tuviésemos una relación, pero yo no sentía nada por ella y me negué...

-Al parecer así haces con todas.- Lo interrumpí y suspiró frustrado ante mis palabras, las ignoró y continuó.

-Ella se molestó y ahora apareció de nuevo, me dijo que quería que estuviésemos juntos, yo le dije que no podía porque estoy enamorado de otra persona y en una relación, después de conversar ella lo aceptó pero me pidió un último beso como despedida, que si no lo hacía iba a seguir apareciendo e interfiriendo en mi vida.

»Así que lo hice... No quería que al igual que Fernanda ella se apareciera y arruinara lo nuestro, no quería que otra persona te lastimara, por eso lo hice... Para que desapareciera de nuestra vidas, no siento nada por ella, no quiero nada con ella. ¿No piensas decir nada?

-No quiero hablar de eso ahora Jason, tengo otras cosas por las cuales preocuparme, me pediste que te escuchara y eso hice.- Y sí que lo escuché, una parte de mí estaba feliz.

-Tienes razón, esperaré hasta cuándo quieras hablar, espero que no tardes porque me estoy muriendo por cada segundo que estoy lejos de ti, la frialdad con la que me hablas duele más que la herida de la bala.

Sonreí por un instante recordando cómo se puso de escudo para protegerme de la locura de Fernanda.

-Lo siento...

-¿Por qué?

-Por lo que haré ahora.

Se abalanzó sobre mí y me besó, me besó apasionadamente, me besó con amor, estaba tan necesitada de sus labios que accedí, correspondí por necesidad y por amor también, el beso se prolongó y el aire nos hacía falta pero ninguno quería interrumpirlo.

Jason acariciaba una de mis mejillas y con su otra mano me sujetaba de la cintura para que no me alejara de él, yo sujetaba ligeramente sus brazos, de pronto el celular de Jason sonó y nos separamos, contestó y al parecer era uno de los policías encargados del caso de Ander.

Le informaron que con ayuda de las cámaras de seguridad de las calles siguieron la ruta por dónde estuvieron Diego y mi hijo y ya tenían una zona aproximada donde podían encontrarlos, no era exacta porque habían zonas que carecían de cámaras, pero era la mejor noticia que pude recibir, no había certeza de nada así que debía ser paciente y esperar lo mejor.

Le informé a mi madre la novedad y pensé en llamar a Elena la madre de Diego y contarle, pero... Es su madre y tal vez lo esté encubriendo.

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