CAPÍTULO 35

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Regresamos a mi casa después de haber buscado toda la tarde, Jason insistía en no separarse de mí y yo ya no tenía fuerzas para continuar batallando contra él, además no quería que lo hiciera, estar cerca de él me hace sentir tranquila y segura.

Fui a mi habitación y no sé en qué momento quedé dormida, cuando desperté Jason se encontraba sentado en una silla plástica, estaba dormido y se le veía muy incómodo, no podía ser que me ayudara tanto y yo no me apiadara de él.

Me levanté de la cama, caminé hacia Jason y cuando estaba a punto de tocarlo para intentar despertarlo él se despertó y se asustó al tenerme tan cerca y yo me asusté por su reacción, solo faltó que gritáramos para completar la escena.

-Debes estar muy incómodo en esa silla, la cama es grande, puedes dormir allí.

-No es necesario, no quiero incomodarte a ti con mi presencia.

-Me sentiré peor si te quedas ahí, además aquí sentado frente a la cama siento como si me vigilaras, no dejaré de insistir, voy a la cocina por un poco de agua, ¿Quieres algo?

-Agua estaría bien.

Sonreímos y salí de la habitación, mientras Jason quitaba el exceso de sus prendas y se acomodaba en la cama, cuando llegué pensé en encontrarlo ligero de ropa pero en lugar de eso lo encontré con su camisa y su pantalón puestos.

-Jason... Ya te ví desnudo una vez, no me molestaré si decides quedar en ropa interior para dormir.

-Es que... Vestido así hay más barreras.

-¿Barreras?

-Olvídalo.

Bebió el agua que le entregué y luego se quitó la ropa quedando solo en bóxer, verlo así me traía muchos recuerdos de aquella noche en la que decidí entregarme a él, en la que decidí dejar el pasado atrás y superar mis miedos para continuar con mi vida, una que quería junto a él, la herida de bala había cicatrizado un poco pero se veía que aún dolía, aunque no estemos juntos me recordará toda su vida.

-Te ves preciosa Angelina, sobre todo cuando me miras así.

-Eh... Yo... No... Lo siento.

-No te disculpes, te lo dije una vez y te lo repito, soy todo tuyo, puedes mirarme cuántas veces quieras y como quieras y si quieres algo más bueno... Tú sabes que la respuesta será afirmativa.

-No te pedí que te acostaras en mi cama y te quitaras la ropa para tener sexo, solo quería...

-Yo sé, solo te decía, al fin y al cabo es así, ven, vamos a dormir.- Ambos nos acostamos en la cama, Jason estaba en un extremo de la cama y yo en el otro.

-¿Te puedo pedir un favor?

-Todos los que quieras.

-¿Me puedes abrazar?

Jason sonrió complacido y se acercó a la mitad de la cama para quedar junto a mí, ambos estábamos de costado frente al otro, el brazo de Jason era mi almohada y acariciaba mi espalda, mientras que su otro brazo cruzaba por mi cintura y nuestras piernas se entrelazaban, era la cobija perfecta y su pecho el refugio que necesitaba.

🔶🔸🔶🔸🔶

El celular de Jason sonó temprano, trató de tomarlo rápido y con el menor movimiento posible para no despertarme pero nuestros cuerpos estaban tan unidos que fue imposible, Jason me dió una sonrisa cálida, nos separamos y él contestó.

Llamada telefónica

-¿Bueno?

-Señor Lombardi, habla el General Ortíz.

-Sí, lo escucho.- Jason se levanta de la cama y comienza a caminar por la habitación.

-Durante la madrugada realizamos el operativo y logramos rescatar al niño, está bien, los paramédicos lo examinaron rápidamente y está en perfectas condiciones, lo tenemos aquí en la estación de policía de los Caracoles.

-¿Y el papá?

-Ese es otro tema, parece que no es el padre, pero es mejor hablarlo personalmente.

-Tiene razón, vamos para allá.

Fin de la llamada

Jason terminó de hablar y me miraba extrañado, parecía culparme por algo.

-Encontraron a Ander, debemos irnos.

-¿Qué? Jason... Esa es la mejor noticia que has podido darme, mi hijo... ¡Dios! ¿Te dijo algo más? ¿Por qué tienes esa cara? ¿No te alegra?

-Por supuesto que sí, era lo que queríamos... Solo que...

-¿Qué?

-El general Ortíz me dijo que Diego no es el padre de Ander.

Eso es imposible...! ¿Cómo pueden decir eso?

-No lo sé, tal vez entendí mal, date un baño rápido y nos vamos.

-Estás dudando de mí, ¿Cierto?

-Lo que yo piense no importa Angelina, lo importante es que rescataron a tu hijo.- Sus palabras fueron hirientes pero no estaba enojada, yo dudé de él solo conociendo una versión, no lo juzgaría si él hacía lo mismo, me acerqué y lo tomé de la mano.

-Jason... A mí sí me importa lo que tú pienses, entenderé si por las palabras del general estás pensando mal de mí pero es un mal entendido y haré lo posible por resolverlo.- Me miró dudoso pero me abrazó y le correspondí.

Fui de prisa a la habitación de mi madre, abrí la puerta y le grité que Ander había aparecido, luego hice lo mismo en la habitación de Paz, ellas estaban dichosas con la noticia, mi hijo no podría tener una familia mejor, bendito entre las mujeres; corrí al baño y en menos de nada salí, cuando entré a mi habitación Jason tenía el pantalón puesto y se preparaba para colocarse la camisa.

-¿Piensas salir de aquí sin darte un baño?

-Sí... No tengo mis cosas aquí, ni ropa, así que te llevaré a la estación de policía y de ahí me iré a mi apartamento.

-¿Estás loco? Apestarás... Ve a bañarte y que sea rápido, ten, toma esta toalla y te puedes lavar los dientes con mi cepillo, es el de color rojo.

Que mandona eres!

-Y cuando me enojo soy peor, así que date prisa.

-Pobre Ander.- Dijo entre risas y salió de la habitación.

Me vestí y cuando estuve lista Jason entró a la habitación, retiró la toalla de su cuerpo exponiendo su desnudez a mi vista, tragué grueso y decidí ignorar todo pensamiento travieso y pecaminoso, no había tiempo para eso, pero me seguía deleitando con su escultural figura, él me miraba de soslayo con una sonrisa ladeada, disfrutando de las cosas que provocaba.

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