CAPÍTULO 55

44 8 23
                                    

Narra Angelina

-Para concluir, deben tener claro que las etapas del duelo serán las mismas para cada persona, pero se desarrollarán de diferentes maneras.- Comentaba Jason con gran soltura paseándose por el escenario mientras que yo embelesada no le quitaba los ojos de encima ni por un segundo, me encantaba verlo hablar con tanta propiedad, destilaba seguridad en exceso y sensualidad y no era la única en pensar así. -Dependerá de la importancia de ese ser querido en sus vidas, de la personalidad de cada individuo y de las circunstancias actuales de la vida de cada uno.

»Ya ustedes conocen mi historia y como podrán darse cuenta fui capaz de llegar rápidamente a la aceptación, porque mi personalidad me lo permitió y la clínica fundada por mi padre pasó a ser mi responsabilidad a temprana edad, con esto no quiero decir que para mí sea un tema superado, que no me duela su partida... Esto quiere decir que aprendí a vivir con la ausencia de mis padres y a tolerar el dolor que me produce recordarles.

Muchas chicas prestaban atención a Jason, más por su atractivo físico que por su tan interesante intervención, sentí muchos celos pero aunque quisiera no podría hacer nada, Jason como siempre tan profesional se mantuvo sereno y concentrado ignorando las tan atrevidas miradas.

Eran las doce en punto del medio día y nos permitieron salir para almorzar y retomaríamos a las dos de la tarde, me moría de ganas por ir con Jason pero tenía a una tipa colgada de su brazo como garrapata, ya había aprendido a controlar esos impulsos pero ese día se me estaba volviendo una tarea muy difícil.

Junto con Marianella, mi amiga y compañera de estudio, nos dirigimos a la cafetería de la universidad para ver qué encontrábamos de comer, yo pedí arroz con pechuga asada, lentejas, ensalada de lechuga y jugo de maracuyá, mi compañera pidió lo mismo excepto por la proteína, en vez de pechuga pidió carne de cerdo asada.

El destino cómo siempre jugándome bromas pesadas permitió que el grupo de seis conferencistas se sentaran a comer justo en la mesa frente a la que yo me encontraba, con la mirada de Jason apuntando hacia mí, pero esta vez no rehuiría de esos hermosos ojos color miel, estaba decidida a enfrentarlos, el hecho de que Jason se acercara a mí al ingresar al auditorio me demostraba que él aún poseía interés y porqué no decir que sentía amor, aunque después haya huido.

Ese solo gesto me dejó viendo estrellas, pude sentir su fragancia muy cerca y sus ojos sin ningún atisbo de aquel rencor que dice tenerme, por eso me arriesgué a darle el beso en la mejilla, él quería ese acercamiento tanto como yo.

Ahora es Jason quien está incómodo y no puede sostenerme la mirada, su talón derecho golpea el suelo con rapidez haciendo estremecer toda su pierna, su rostro se mueve por todos lados en una agobiante incomodidad y poco presta atención a la conversación que sostienen sus compañeros, yo me limito a mirarlo y sonreír.

-Harás que tu galán salga corriendo de aquí por la incomodidad.- Comentó Marianella al borde de la risa por el comportamiento de Jason.

-No te imaginas cuánto quisiera correr tras él si eso sucediera.

-¿Te la pasarás toda la vida aguardando por su amor?

-No lo sé, tal vez si se presenta alguien que me cautive tome la oportunidad, estoy cansada de esto, he hecho un esfuerzo descomunal para evitar que su indiferencia y frialdad acaben conmigo, no sé cuánto más podré aguantar.

De repente mi celular vibra desde uno de los bolsillo de mi abrigo anunciando que ha llegado un mensaje por Whatsapp, lo tomo y no puedo creer quién ha sido el remitente.

Mensaje de Jason

Necesito que hablemos un momento, veo que terminaste de comer, te veo afuera en dos minutos.

¡Vaya! Parece que está más mandón que nunca, no le respondí nada, por lo menos no vía WhatsApp, aproveché tener sus ojos clavados en mí y con un ligero movimiento de cabeza afirmativo le expresé que estaba de acuerdo con que habláramos, aunque no supiera sobre qué.

Cuando ví que Jason se levantó de la mesa yo también lo hice, llevaba el corazón en la mano estaba emocionada porque se había tomado la molestia de pedirme que habláramos haciendo crecer mis esperanzas.

Al salir de la cafetería Jason señaló un lugar fresco rodeado de árboles y lejos del tumulto bullicioso en el que se habían convertido los asistentes a la conferencia, caminó y traté de seguirle el paso.

-Quiero que tengas claro que si te cité para hablar no es para que...- No le permití terminar la frase, estaba harta de escucharla una y otra vez, mis ilusiones se habían ido al bote de la basura una vez más, pero de igual forma quería escuchar lo que tenía para decirme.

-Ahórrate la maldita frase Jason.- Espeté. -Estoy cansada de escucharla, creo que más claro no has podido dejarme las cosas, entre tú y yo no va a existir ningún tipo de relación, ¡Ya está claro!, ¿Qué es lo que quieres decirme? ¿Para qué me citaste?- Pronuncié un poco más calmada.

-Es sobre Ander, me dijo que quiere conocer el parque de diversiones de Disney y quiero llevarlo durante las vacaciones de diciembre.

-De ninguna manera, eso no va a suceder.

-¿Por qué no? ¿Acaso piensas que le haré algo malo?

-No, es solo que yo también quiero disfrutar con él durante sus vacaciones y si se va contigo no podré hacerlo, sin mencionar que después de eso probablemente le va a parecer insignificante todo lo que yo pueda darle.- Me apresuré a secar la lágrima que había caído por pensar en mi hijo a la lejanía, en perder su amor a causa del deslumbrante mundo del dinero.

-Tienes razón, no puedo ser egoísta y pretender alejarlo de ti, a fin de cuentas es tu hijo y no mío.- Menciona con gran nostalgia. -¿Y si vienes con nosotros? Digo... Para que puedas compartir con Ander y él cumpla su sueño.

-¿De verdad quieres que vaya?- Analizaba atentamente sus movimientos.

-Por supuesto, por Ander.

-Agradezco el ofrecimiento Jason, pero lo que menos quiero es incomodarte, no veo conveniente que gastes mucho dinero en mí y tener que soportar mi compañía cuando es evidente que no soportas mi presencia, así que rechazo tu ofrecimiento, gracias de todos modos... Y con respecto a Ander, ya veremos qué hacemos, déjame y lo pienso mejor.

Volviendo a AmarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora