CAPÍTULO 63

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Narra Jason

Desperté con dolor en el estómago, la garganta me ardía y me era difícil tragar mi propia saliva, además la somnolencia continuaba en mí, ya no me daba vueltas el entorno, pero era incapaz incluso de mantener levantada la cabeza o los ojos bien abiertos.

Cuando recuperé la totalidad de mi conciencia supe que estaba en un hospital, comencé a rememorar lo sucedido y sentí como si cuchillos afilados se clavaran en mi corazón, no podía creer que David siendo mi primo, mi mejor y único amigo y casi como mi hermano, hubiese sido el responsable de lo sucedido, que hubiese intentado deshacerse de mí.

Su cariño hacia mí no fue sincero pero por lo menos de mi parte sí lo fue, jamás fue mi intención herirlo o hacerlo sentir inferior, confieso que en ocasiones podía ser un poco arrogante pero con él jamás fui así.

Me preguntaba qué más fue capaz de hacer o a quién más lastimó por su resentimiento y odio hacia su propia vida, porque realmente no me odiaba a mí, odiaba la vida que le tocó, odiaba no tener el amor de su madre a tiempo completo, no tener dinero y me veía a mí como el causante de esa realidad, a pesar de mi sufrimiento y de todo lo que tuve que vivir, David sentía envidia, quería la vida que yo tenía.

Vida que mejoraría dentro de poco, porque por fin podría estar con mi amada Angelina y compartir mi vida al lado de nuestros hijos, el pequeño que estaba en camino, Ander y los que ella quisiera tener.

Por primera vez me puse a pensar en mi hijo, sería padre y este tendría a la mejor madre del mundo, la vida me estaba sonriendo, me estaba dando la familia que me quitó aquella vez, después de tanto tiempo estaba viendo mi camino con claridad.

De repente la vi... Parecía un ángel, corrección, era y será por siempre mi ángel, mi Angelina ingresó a la habitación con sumo cuidado, se le veía un tanto insegura pero aún así continuó, cualidad que adoraba de ella, siempre le ponía el pecho a la situación por más difícil que fuese para ella y conmigo era costumbre verla un tanto nerviosa, caminó a paso lento y tortuoso hacia la camilla y tras examinarme rápidamente decidió hablar.

-Hola... Jason, ¿Cómo te sientes?- La miré serio y me tomé un momento para responder, se me ocurrió una gran idea en ese instante.

-¿Quién eres?- Le respondí.

-¿Qué? ¿No... Te acuerdas de mí?

-No, ¿Quién eres tú?

-No puede ser...- Dijo entre dientes. -No puede ser que hayas perdido la memoria justo ahora... La doctora no mencionó nada de eso... ¡Dios! Ayúdame...

Angelina intentó salir de la habitación pero yo no le permití ni siquiera alejarse de la camilla, ya no podía seguir ocultando la risa, la sujeté de su mano y la atraje hacia mí, fue tal la fuerza empleada que Angelina terminó con la mitad superior de su cuerpo encima del mío.

Su rostro quedó a escasos centímetros de mi rostro, ella tenía sus ojos llenos de lágrimas, se le veía contrariada, en cambio yo debía verme fatal pero con una sonrisa genuina de oreja a oreja.

Me tomé el atrevimiento de besarla, lo dudé por un momento porque no sabía qué sabor tendría mi boca después de un lavado gástrico y haber estado dormido por algunas horas pero aún así me arriesgué a darle un beso, fue corto pero aún así le devolvió el alma a mi adolorido y agotado cuerpo.

Angelina no podía creer lo que acababa de suceder, acaricié su rostro, me tomé el tiempo de analizar sus facciones, las yemas de mis dedos recorrían su rostro y mis ojos no se apartaban de los suyos, definitivamente era la mujer más perfecta que había conocido.

-Gracias mi amor.- Le dije esbozando una gran sonrisa.

-¿Qué? ¿Mi amor? Y... ¿Gracias por qué? ¿Si tienes memoria?

-Sí... Mi amor, mi cielo, mi vida entera...

-¿Estás bien? ¿Te pasa algo? Hasta hace menos de un día estabas odiándome...- Su actitud cambió de repente, se tornó fría, un poco agresiva e intentó levantarse pero la sostuve con más fuerza, no la quería lejos de mí ni un minuto más. -Si esta es una broma te juro que te mato jason.- Un par de lágrimas amenazaban con ceder, dejé que se levantara un poco, no quería hacerle daño al bebé, pero aún así continuaba cerca de mí apoyando su peso en sus manos, mientras yo sujetaba una de sus muñecas.

-Cásate conmigo Angelina, quiero que seas mi esposa, la mujer que me acompañe cada día de mi vida, porque la dueña de mi ser ya eres, quiero amarte hasta mi último día en este mundo, quiero que comencemos esta familia, te juro que me esforzaré por ser un gran padre para Ander y para esta criatura.- Dije tocando su vientre con delicadeza, ella abrió los ojos a más no poder y una lágrima tras otra caía.

-No me lo creo... ¿Sabes cuántas veces soñé con este momento?- Negué con la cabeza, sonriendo. -Muchas... No puedo creer que esté sucediendo, ¿Qué cambió? Y... ¿Cómo sabes de mi embarazo?

-Perdóname por favor, por haberte dejado sola y haberte culpado de algo que no habías hecho...- Me senté en la camilla, tomé su rostro con ambas manos y volví a dejar un beso casto en sus labios. -Ya sé que no fuiste tú, que todo fue un engaño.

-¿Te refieres a la información sobre la muerte de tus padres?

-Sí... Fue David, él mismo me lo confesó, eso entre otras muchas cosas, también fue él quien me contó sobre tu embarazo, no sé cómo se enteró pero agradezco que lo haya hecho, esa fue mi motivación para luchar por salvarme, quiero estar para él y para ti, ¿Podrás perdonarme?

-Claro que sí...- Esta vez fue ella quién se me abalanzó y me abrazó fuerte, yo la abracé igual.

-Te amo Angelina, no te imaginas todo lo que tengo por contarte.

Durante el transcurso de la mañana le relaté a Angelina todo lo acontecido el día anterior y todas las revelaciones por parte de David, ella estaba tan sorprendida como yo, aún me costaba creerlo pero era así, de no haberlo vivido no lo hubiese creído nunca.

Angelina estaba exhausta y pensando en el bienestar del bebé la envié a su casa, no quería que se alejara de mí pero debía descansar, yo estaba fuera de peligro así que no tendría de qué preocuparse.

Cerca del medio día Susana llegó al hospital, siempre me alegraba de verla, no me cansaría de agradecerle nunca por ser como una madre para mí, a ella no se le veía nada feliz a pesar de verme recuperado.

Jamás me hubiese imaginado el porqué de su semblante, Nana me contó que David estaba muerto, que al parecer se había quitado la vida lanzándose por una de las ventanas de su apartamento, a pesar de todo lo que me hizo lamenté su partida, no lo odiaba en absoluto, al final comprendí el porqué de su resentimiento y en parte tenía razón, pero lo peor y más doloroso fue que me dijera que mi tía fue hallada muerta dentro del apartamento.

Acababa de perder lo que restaba de mi familia, por suerte el destino me compensó trayendo a mi hijo en el momento exacto y devolviéndome a Angelina justo cuando más la necesitaba.

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