CAPÍTULO 61

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Narra Angelina

-Hija... No puedes lamentarte toda la vida, ese bebé te necesita, Ander también.

-Es que... ¿Cómo pude ser tan bruta? Lo más probable después de un encuentro sexual sin protección es un embarazo y aún sabiéndolo no tomé las medidas correspondientes.

-¿Te arrepientes? ¿Acaso has pensado en abortar? Sea lo que sea sabes que contarás con mi apoyo.

-Lo sé mamá, pero no he pensado eso, es mi hijo y ya lo he comenzado a amar, es solo que no esperaba que apareciera bajo estas circunstancias, Jason no quiere estar conmigo, ¿Tú crees que si va a querer a nuestro hijo?

-Claro que sí, es un gran hombre, mira todo lo que hace por Ander y no es su sangre, ni siquiera tiene una relación contigo y aún así está comprometido con el niño, ¿Crees que siendo su propio hijo no lo va a hacer?

-Tengo miedo mamá, temo que Jason lo rechace, que piense que no es de él o que tal vez crea que me aproveché ese día y me embaracé a propósito.- Rompí en llanto una vez más.

-No digas eso... Si cree que no es suyo, pues para eso existen las pruebas de ADN y Jason no es ningún niño como para que te hayas aprovechado de él, muy bien que quería.

-Me dolería mucho tener que pasar por este proceso sola, cuando estuve embaraza de Ander fue totalmente distinto, aunque Diego resultó ser un maldito infiel, durante mi embarazo siempre estuvo conmigo, me acompañó a cada ecografía, exámen y cita médica, veía a muchas mujeres solas, cabizbajas y con un semblante triste, siempre estuve agradecida con Diego por su total apoyo y compañía.

-Ahora temes ser una de esas mujeres.

-Sí, pero me duele más saber que por nuestro hijo tengo que ver a Jason, hablarle y compartir con él hasta el último día de nuestras vidas, tolerar su frialdad e indiferencia, yo lo amo mamá, estoy feliz porque quién mejor para tener un hijo que él, pero tú sabes bien cuál es nuestra situación.

-No te angusties y desesperes pensando todo esto, enfréntalo, habla con él y dile...

La frase de mi madre quedó en el aire ya que mi celular comenzó a sonar, al mirar la pantalla sentí un frío sepulcral recorrer mi columna, no era común recibir llamadas de Susana, a menos de que algo sucediera, con mis manos temblorosas levanté como pude el celular y contesté, mi mamá me miraba atenta, ella tampoco presentía nada bueno con aquella llamada.

Llamada telefónica con Susana

-Buenas noches señora Susana, ¿Cómo está?- Ella al igual que Jason y su familia me detestaba por lo que creía que había hecho yo, pero siempre nos tratábamos con respeto.

-Yo estoy bien Angelina, pero Jason no.

-¿Qué le pasó a Jason?- Me levanté rápidamente de la cama, el ritmo de mi corazón cambió drásticamente.

-No lo sé, el portero del edificio me llamó para decirme que una ambulancia se lo llevó hace un momento, los paramédicos le dijeron que no se veía nada bien, que tratara de contactar a sus familiares y me llamó para avisarme, la señora Aurora y el joven David no contestan y recurrí a ti, yo no quiero que mi niño se muera Angelina...

-Tranquila... Eso no va a pasar, eso no debe pasar, dígame ¿Para dónde se lo llevaron?

-Para el hospital Bocagrande.

-Ya voy para allá.

Fin de la llamada

Le conté a mi madre rápidamente y me apresuré a marcharme, qué cruel ha sido el destino con nosotros, siempre que algo nos une, este intenta separarnos, pero en definitiva no quería perder a Jason, no lo soportaría.

Tomé un taxi, el tráfico y los semáforos parecían estar jugando en mi contra, además de parecer ser el día de los imprudentes en la vía, hasta que una eternidad después ya estaba en el hospital.

Al entrar pregunté por Jason en la recepción y me confirmaron que efectivamente él se encontraba allí y que aguardara en la sala de espera por el llamado del médico para brindarme información al respecto.

El tic nervioso de mi pierna no me permitía dejar de azotar la baldosa con mi talón, mis manos temblaban y no precisamente por el frío del lugar, sentía náuseas por el desespero y me dolía la cabeza por el latir tan fuerte de mi corazón.

Los minutos pasaban y no obtenía respuesta, mis uñas estaban a punto de ser destrozadas y arrancadas por mis dientes incisivos y mis ojos habían comenzado a derramar un torrente imparable de lágrimas de dolor y desesperación, gritando lo que mi garganta no podía.

Casi a la una de la madrugada salió una doctora preguntando por los familiares de Jason y ahí estaba yo, no era precisamente su familiar, pero ser la madre de su futuro primogénito debía servir para algo.

-Soy la novia doctora, mi nombre es Angelina, dígame por favor ¿Cómo está Jason?

-No le voy a mentir, su estado es reservado, necesito que me responda algunas preguntas.

-Por supuesto que sí, lo que necesite.

-Bien... ¿El paciente tiene alguna enfermedad mental grave, de consideración?

-No, ha tenido sus problemas pero no ha permitido que le afecten de esa manera.

-¿Sabe si estaba tomando algún tipo de psicofármaco con regularidad?

-No, Jason estaba perfectamente, no necesitaba de ningún tipo de medicamento.

-Entonces... ¿Cabe la posiblidad de que en medio de sus problemas... Como lo ha mencionado usted, el paciente haya intentado suicidarse?

-Jason tenía planes para diciembre, falta solo mes y medio para eso, no creo que hubiese propuesto hacer cosas con nosotros teniendo el pensamiento de quitarse la vida, ¿Por qué me pregunta todo esto? ¿Qué sucedió?

-El paciente llegó con un cuadro consistente a una intoxicación, sospechamos que podría ser algún antipsicótico por la sintomatología, le realizamos exámenes de sangre seguido de un lavado gástrico para evitar que lo que le estuviese haciendo daño continuara.

»En fin comprobamos que tenía niveles elevados de quetiapina en la sangre, actuamos a tiempo, pero el paciente alcanzó a tener una convulsión, estamos a la espera de que despierte para verificar si todos estos sucesos dejarán secuelas en él y también tratando de averiguar qué pasó, si usted me dice que el paciente no tomaba medicamentos y cree que no intentó suicidarse, entonces pudo haber sido un intento de robo que salió mal o peor, de homicidio.

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