Pokemon Esmeralda Delta: La historia de Brendan Birch.

Capítulo 13. Pelea de casanovas (Ethan vs Brendan).

En el capítulo anterior nuestros protagonistas acababan de terminar su primera participación en un concurso. De la nada un chico tomó la mano de May y con aire romántico le dijo que era un placer conocerla. 

— ¿Eh?... ¿Q-quién eres?

— ¿Yo? Solo soy tu más grande admirador. Ethan es mi nombre, es un placer conocerte -dijo antes de besar su mano- . He seguido tu carrera de cerca y apreciado tu talento desde tus inicios. Viajé  desde muy lejos solo para poder estar ante tu presencia, bella señorita.

— Pe-pero este fue mi primer concurso.

— ¿¡Ah sí!?... eh... digo... es que lo hiciste tan bien que parecías toda una  profesional. Jamás había visto a una chica con semejante habilidad, es obvio que tu talento solo es superado por tu belleza. Dime algo Mary...

— May.

— Sí lo que sea. Dime... ¿Aceptarías el honor de ser la madre de mis hijos?

— ¿¡Ma-madre!? -May se puso tan roja como una baya tamate-.

— ¡Hidrobomba! 

Y de un momento a otro Ethan estaba estrellado contra la pared completamente empapado. May volteó a un lado y vio una chica con un gran gorro blanco que se acercaba junto a un Marill bailarín, un Pichu y un Huevo. Esta se disculpó agachando la cabeza.

 — Perdón por el comportamiento de mi amigo. Es que aún no controla bien sus hormonas.

Ethan se secó la cara como si fuera un perro 

— ¿¡Qué te pasa Lyra!? Estaba a punto de darme el sí. 

— ¡No mientras yo esté viva!

Mucha gente se había juntado alrededor del muchacho por el escándalo que había montado, entre ellas pudo ver a Lisia se acercó.

— ¿Oye estás bien? -preguntó la idol-.

Ethan se sorprendió y se llevó la mano al cuello sintiendo su pulso.

— ¿Qué haces? ¿Te sientes bien? ¿Quieres que llame a un doctor?

— Perdón -dijo poniendo su cara de guapo, arrodillándose y tomando su mano-, es que con esas nubes y tu cara de ángel creí que había muerto y llegado al cielo. 

— ¿¡Ya tan rápido cambió!? -se sorprendió Lyra-.

— Dime bello ángel mío. ¿Te gustaría llenar el cielo con nuestros hermosos querubines?

— Que asco... -respondió Lisia-. 

— ¿Tu no aprendes, verdad? -dijo Lyra a su espalda seguido de un tronido de nudillos. Marill la acompañó con una risa diabólica-.

En ese instante soltó la mano de Lisia. Brendan había llegado a ver que pasaba y Lisia corrió detrás de él

— ¡Brendan sálvame de este loquito! -dijo Lisia ocultándose detrás del chico-.

— ¡Ethan! -dijo sorprendido nuestro protagonista.

— ¿Brendan?... ¿Qué haces aquí? 

— Acabo de competir en el concurso. ¿Qué no me viste?

— ¿Ah sí? Lo siento, Brendan, estaba más ocupado decidiendo quien sería mi futura esposa que no presté atención a la presentación. ¡AHH! -Lyra le jaló la oreja-.