Pokemon Esmeralda Delta: La historia de Brendan Birch.

Capítulo 19. Malas apuestas.

Un nuevo día en Ciudad Malvalona. Nuestro peliverde favorito caminaba a toda prisa con una expresión de enfado en su rostro.

—Espera... no camines tan rápido... no tengo energía...-le dijo Brendan desde atrás-.

El de Villa Raíz estaba encorvado, caminaba arrastrando los pies y las tripas le rugían. 

Contexto: El día anterior Brendan había cambiado todo su dinero por fichas del casino y perdió hasta el último centavo en los juegos. Ahora no tenía dinero ni para comprar comida. 

—Uhh... tengo mucha hambre...

—No la tendrías si no hubieras apostado todo tu dinero.

—¿Qué te digo? Me gustan las apuestas...solo no fue mi día de suerte... ¿me prestas unas monedas? Seguro que  recupero mi dinero en las tragaperras.

—¡Brendan date cuenta, tienes un problema! 

—¿Ah sí? No te vi intentar detenerme.

—¡¡¡Yo te dije que no apostaras todo en las carreras de Rhyhorn pero no me escuchaste!!!

—¡Le aposté a Grace! Es la campeona mundial, era casi seguro que iba a ganar. Yo que iba a saber que su Rhyhorn estaba enfermo. 

Su discusión se vio interrumpida por un fuerte ruido del estómago de Brendan.

—¡Uhhh!...maldición...no tengo energía para discutir...

—Aguanta un poco. Ya casi llegamos. 

—¿A dónde vamos? 

—A un lugar al que solía venir con Wanda y su novio... Aquí es. 

—¿Malvalona Gourmet? 

—Sí. Sus hamburguesas son las mejores de la ciudad. Aunque las magnebondigas son buenas también. Pide lo que quieras, yo invito.

Brendan se conmovió por el gesto de Wally. Pensó en rechazarlo pero el hambre era mucha. Se sentaron en una mesa vacía y Wally volvió con un par de enormes hamburguesas. Ni tarde ni perezoso Brendan empezó a comérsela. 

—¡Mmmmm! Están deliciosas. Muchas gracias Wally te juro que te pagaré hasta el último centavo. 

—Olvídalo. Es bueno poder ayudar a un amigo en problemas. Aunque... sí podrías compensármelo de una forma.

—Lo que sea.

—Tú...tú crees que podría...

—Lo siento jóvenes pero esa es nuestra mesa-interrumpieron un par de sujetos de mala cara-. 

—Ni modo, está ocupada -contestó Brendan con la boca llena-.

—Jejeje no conoces las reglas de aquí ¿cierto? Viene tanta gente aquí que todos se pelean por una mesa y yo los reto a un combate para tenerla.

—Aghh que fastidio. Esta bien. Acabemos con ellos Wally.

Pero los sujetos acabaron con Gallade y Beldum en un instante. En verdad eran muy fuertes.

—Aghhh. Está bien. La mesa es suya-refunfuñó Brendan-.

—En realidad solo queríamos hablar con ustedes. Escuché que tienen problemas de dinero y... queríamos ofrecerles un trabajo. 

—¿Qué clase de trabajo?

—Uno sencillo y que les dejará un buen dinero.

—Brendan, no creo que...-empezó el peliverde pero Brendan lo interrumpió-.