Pokemon Esmeralda Delta: La historia de Brendan Birch.

Capítulo 44. Altomare VIII: El poder de los pokemon eón.

Cuando Brendan y Steven salieron del arsenal fueron interceptados de frente por un grupo de reclutas del equipo Magma que venía de frente. Al parecer los guardias del arsenal habían llamado refuerzos antes de saltar al agua.

—¡Ríndanse! ¡Están rodeados! -dijo uno de los reclutas amenazándolos con varios pokemon de fuego-.

—¡Agh! no tenemos tiempo para esto -dijo Steven-. 

Arrancó el broche de su solapa. Brendan entonces notó que la piedra que lo adornaba era una piedra llave. Steven le dio un beso a la piedra y una luz multicolor salió de ella que envolvió a Metagross.

—Metagross... ¡Megaevolución!

El tipo acero se transformó en un monstruo con cuatro garras delanteras y cuatro patas traseras que hizo temblar los corazones de todos los que estaban frente él

—¡Acábalos! -ordenó Steven-.

Metagross cargó de frente usando puño meteoro. Los pokemon de los reclutas usaron movimientos de tipo fuego y tierra para intentar detenerlo pero fue en vano y Metagross atravesó los ataques sin mostrar ningún rasguño. De un solo puño meteoro logró derrotar a todos los pokemon que se le pusieron en frente. 

Los reclutas se asustaron del poder de Metagross y emprendieron la huida. El pokemon de tipo acero fue tras ellos.

—¡Wow! ¡Increíble! No sabía que Metagross pudiera megaevolucionar -dijo Brendan-.

—Aún hay muchas cosas que desconoces. Demonios prisa, tenemos que rescatar a Latios.

Metagross persiguió a los aterrorizados reclutas por las estrechas calles de Altomare. Era como huir en grupo de un tren que se acercaba a toda velocidad.  Aprovecharon que Metagross tenía poca maniobrabilidad en esa forma y se internaron por las calles de Altomare hasta llegar a uno de los varios puentes que había por toda la ciudad. Del otro lado al mismo tiempo apareció un grupo de personas vestidas de piratas que también parecían huir de algo.

—¡Equipo Aqua! -dijo el teniente del equipo Magma-.

—¡Equipo Magma, bola de bellacos! ¡Atáquenlos! -ordenó el teniente del equipo Aqua a sus reclutas-.

—P-pero señor... ya no tenemos pokemon...

—Eh...¡entonces lo haremos a la antigua! ¡Al ataque!

—¡Ataquen! ¡Por la gloria del Equipo Magma!

Empezó una pelea campal sobre el puente. Luchaban a puño limpio, intercambiaron golpes, patadas, insultos y escupitajos. Algunos reclutas cayeron al canal de debajo del puente al forcejear pero incluso ahí siguieron luchando. De repente todos sintieron un intenso frio que les caló hasta los huesos. Detrás de ellos apareció MegaGlalie. Los reclutas del equipo Aqua gritaron e intentaron huir pero Glalie congeló a ambos equipos con sus mejorados ataques de hielo. Se acercó a una de las estatuas de hielo, listo para darse un festín pero antes de que pudiera dar un mordisco un aura purpura envolvió las estatuas de hielo y las alzó todas en el aire lejos de Glalie. Era MegaMetagross. Los mantendría lejos del alcance de Glalie hasta que llegara alguien la policía por ellos. 

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Matt había llegado a la plaza central de la ciudad. El espacio más bullicioso de la ciudad estaba totalmente vacío. Se acercó a la torre del reloj donde se supone debería estar la base del equipo Magma pero justo cuando iba a entrar un Bisharp lo atacó de frente. Matt retrocedió evitando los ataques y se defendió mandando a Huntail. Una mujer de pelo lila salió de la torre del reloj y se colocó tras Bisharp.

—Yo te conozco. Eres la perra que enviaron a matar al capitán -gruñó Matt-.

—Vaya... mi reputación me precede... pero yo también te conozco, sabes... eres Matt, la mano derecha de Archie y su subordinado más fiel... te salvó la vida hace años en mar abierto y desde entonces le juraste lealtad... te respeto por eso... lástima que fuiste asignado como mi objetivo... ahora debo eliminarte.