Capitulo 37. Altomare I: La chica misteriosa.

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En la cubierta de un barco que surcaba el vasto mar de Hoenn, nuestros tres héroes estaban a punto de enfrentarse en un combate triple. Sus ojos estaban vendados y los de sus pokemon también. 

—¡Garra brutal! -ordenó Brendan a Combusken-.

—¡Tiro vital! -ordenó May a su Makuhita-.

—¡Puño drenaje! -ordenó Wally a Gallade-.

Los tres pokemon dieron un grito de guerra antes de lanzar su ataque... pero solo golpearon el aire... continuaron sus ataques repetidamente esperando que alguno le pegara a algo. Steven Stone, su maestro, observaba complacido aquel penoso espectáculo. El entrenamiento había empezado un par de día atrás. May, Brendan y Wally estaban muy emocionados por entrenar bajo la supervisión del campeón de la región, pero pronto descubrieron que sus métodos eran... poco ortdoxos. 

El primer día del entrenamiento les pidió vendarse los ojos y a sus pokemon también. Los hizo enfrentarse entre ellos de esa manera, pero el resultado fue terrible. Gallade golpeó a Wally por accidente, Makuhita casi se cae por la borda y el Combusken de Brendan terminó picoteando la cabeza de una niña que pasaba por ahí. Que hoy al menos ya intentaran golpearse entre ellos lo vio como un gran progreso. 

—Eh... señor Steven... no quiero sonar grosero p-pero ¿por qué hacemos esto? 

—Porque un entrenador no debe fiarse siempre de su vista, Wally. Y porque esto también les ayudará a conectar con sus pokemon.

Lo que Steven esperaba era que sus alumnos empezaran a sentir el aura de su oponente y se lo comunicaran de alguna forma a su pokemon.  

El Makuhita de May, con ayuda de su entrenadora, por fin pudo golpear a Combusken y Brendan sintió que algo le había pasado a su pokemon. A Steven no le sorprendía el resultado. En estos días descubrió que May podía usar su aura, en cierto grado, de forma inconsciente, brindándole una gran intuición y capacidad de generar estrategias. Seguramente lo había desarrollado sin saberlo por entrenar con Norman. 

Por otro lado, Wally... él no tenía tanto control de su aura y le costaba conectar con Gallade, a pesar de que esa especie tenía una gran afinidad con el aura. Aún así trabajaba tan duro como los otros dos. 

Pero Brendan era el que más lo sorprendía. Él también tenía un control inconsciente de su aura, solo que se manifestaba de forma diferente a May. Su conexión con sus pokemon era muy fuerte, tanto que a veces llegaba a sentir lo mismo que ellos. Era casi como si tuviera los poderes de su Kirlia.  No solo eso, el aura de ese chico era algo extraña pues sentía algo adicional, un poder escondido que no lograba descifrar. Poder verlo de cerca y estudiar esa aura tan extraña era un gran aliciente para él. 

—Muy bien, es suficiente -dijo Steven palmeando un par de veces-. Continuaremos después, no falta mucho para llegar.

Los chicos se retiraron la venda y le ayudaron a sus pokemon a quitárselas. Brendan le hizo un cariño a Combusken por su buen trabajo. Ellos dos se habían vuelto un poco más cercanos en estos días. Selene le contó que Combusken la salvó cuando Sceptile enloqueció. No quería despegarse de él porque decía que era más bonito que Torchic, a pesar de que había dicho que el Combusken de May estaba feo. Fue una despedida muy dramática cuando Brendan tuvo que partir y llevárselo. 

—¿Y a qué vamos a Altomare, Steven? -preguntó Brendan-.

—Ustedes, a entrenar. Yo, a reencontrarme con unos viejos amigos. 

—¡Ay Altomare! -dijo May en un suspiro-. Siempre quise visitarla . Dicen que es la ciudad más romántica después de Ciudad Luminalia. Es famosa porque es una ciudad flotante y la gente se mueve a través de canales. 

Pokemon Esmeralda Delta: La historia de Brendan Birch.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora