Pokemon Esmeralda Delta: La historia de Brendan Birch.

Capítulo 34. ¿Amigos o Rivales? (vs Norman)

Después de su visita a ciudad Férrica, nuestros héroes siguieron su camino a Ciudad Petalia para la quinta batalla de gimnasio de Brendan. Atravesaron el Bosque Petalia tan rápido como pudieron y llegaron a la ciudad. 

—Sigue corriendo Wally. Aún podemos adelantar a May -dijo el chico del gorro blanco jalando a su amigo por las calles de Petalia-.

—Espera... no puedo más-dijo Wally jadeando antes de pararse a tomar aire-.

—Vamos Wally, apresurate. No hay tiempo que perder.

—Brendan cálmate, ni siquiera sabes si May está en la ciudad. Tal vez ella sigue en ciudad Férrica o apenas viene en camino ¿Cuál es tu urgencia de enfrentar a Norman? 

—Que tengo que hacerlo antes que May o perderé mi ventaja.  

—Brendan ¿No crees que esta carrera ha llegado demasiado lejos? Apenas hemos podido descansar por intentar llegar antes a Petalia y no creo que llegar cansado sea bueno en tu combate.

—Mmm... tienes razón. Tal vez si deba relajarme. No creo que May haya logrado atravesar el bosque antes que nosotros. Sí, seguro que todavía está muy lejos, no hay de qué preo... ¡Au!

—¡Ay!

Por andar distraído se habia chocado de frente con alguien y los dos cayeron al suelo. Brendan iba a pedir perdón pero entonces vio que la persona con quien chocó era May. Los dos se miraron sin poder creer que el otro estuviera ahí. May se paró rápido y corrió en dirección al gimnasio, Brendan hizo lo mismo. Sabían que el primero que llegara sería quien enfrentaría a Norman.

—Yo llegaré primero, vecina.

—Ni lo sueñes yo seré la primera en derrotar a mi papá. 

Mientras corrían May se tropezó por accidente. Brendan se rio burlándose de May solo para estrellarse de cara contra un poste unos metros más adelante. Ahora era May la que reía al rebasar a Brendan. El chico apretó el paso y los dos alcanzaron la puerta del gimnasio al mismo tiempo. 

Los dos se tropezaron al cruzar la puerta. El líder estaba justo al otro lado hablando con uno de sus aprendices y se sobresaltó  al ver a los chicos entrar de cara.

—¡May!¡Brendan! ¿Se encuentran bien?  ¿Qué hacen aquí?

—¡Norman/ Papá te reto a un combate! -dijeron los dos a la vez-. 

—¡Oye yo llegué primero! -reclamó May-.

—¡No, fui yo! Mi cara tocó antes la puerta.

Los jóvenes se enfrascaron en una discusión por ver quién enfrentaba al líder y a pesar de que Norman quería intervenir era como si él no estuviera ahí. Poco después llegó un chico peliverde empapado en sudor.

—¿¡Wally!? 

—Hola señor Norman...-dijo el peliverde sofocado por haber corrido tanto-. 

—¿Qué diablos pasa aquí? ¿Sabes por qué pelean?

—Se encontraron en la calle y corrieron para ver quien te enfrentaba primero.

—Oh, así que es eso... Oigan... -trató de interferir Norman pero no le hicieron caso-.

—¡Él es mi papá yo tengo más derecho! 

—¡No es justo y lo sabes!

—¡Pero hubiera llegado antes si no me hubieras chocado!

—¡Eso fue un accidente! 

—¡Ya cállense los dos! -silenció Norman-.

Los dos se callaron y agacharon la cabeza cuando el líder los miró con seriedad. Cuando Norman se ponía serio y cruzaba los brazos imponía un gran respeto que daba miedo.