Capítulo 6. El viejo lobo de mar.

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() indican que es un pensamiento del personaje.

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Ubicación:Ciudad Ferrica

En la tienda pokemon nuestro héroe se paseaba por los pasillos escogiendo remedios para pokemon. No tenía esa sonrisa tan característica suya, al contrario se encontraba bastante decaído. Después de que Brendan sufriera una gran derrota por parte de Roxanne, la líder de gimnasio de Ciudad Férrica, volvió a enfrentarla. Ustedes pensarán que con Ralts recuperada aprovecharía atacar por el lado especial y esquivar los ataques de sus contrincantes con teletransporte. Justo esa estrategia era la que había preparado Brendan para la revancha. ¿Cuál era el problema entonces? Después de su combate con Poochyena, Ralts había desarrollado una fobia a los combates. Ella no podía ni siquiera entrenar con Treecko. Simplemente se acobardaba y se teletransportaba detrás de las piernas de Brendan.

El chico se sentía mal por Ralts porque fue él quien la hizo luchar en primer lugar. Ella no quería y por su mala decisión quedó lastimada. No la culpaba si no quería combatir, sentía que había traicionado su confianza. Pero eso no lo detuvo de retar nuevamente a Roxanne, únicamente con Treecko. Recordaba sus patrones de ataque, los movimientos y el orden de sus pokemon. Pero aún así Brendan no podía ganarle. La había enfrentado no una, ni dos, sino cinco veces y los resultados no cambiaban en lo absoluto, ni el más mínimo progreso. Llegó al punto de retarla dos veces en un mismo día. A pesar de entrenar con Treecko en las rutas circundantes a la ciudad y de aprender un movimiento mejor que absorber, seguía sin ganar. La pregunta de Roxanne que le hizo en su primer derrota rondaba constantemente su cabeza ¿Qué diablos estaba haciendo mal? ¿Será que nunca podría pasar de la primera medalla? Al parecer sus compañeros de la escuela de entrenadores tenían razón, él no servía para ser entrenador.

Pensar eso le hizo derramar unas lágrimas pero se las limpió rápidamente. Fue a la caja y pagó las pociones, salió presuroso de la tienda pero con la mirada baja. Al salir se chocó con alguien y se disculpó en seguida. Apenas se dio cuenta que chocó con...

- ¡May!... Hola.

- Ahh hola Brendan. Que alegría verte. Vaya, no pensé que nuestro reencuentro sería tan pronto. Cielos, pensé que dándote una semana de ventaja ya estarías muy lejos.

¿Ya había pasado una semana en ciudad Férrica? Ni siquiera se había dado cuenta.

- ¿Qué estuviste haciendo todo este tiempo?-preguntó la chica con cierto enojo-.

- Bueno... tu sabes... entrenando... conociendo la ciudad... esas cosas.

- Pues sí que entrenas muy lento, amigo. ¿Cuántos pokémon has atrapado?

El silencio del chico y su sonrisa inocente respondieron por él. May solo se dio una palmada en la cara.

- ¿En serio? ¿tanto te cuesta hacerte amigo de los Pokemon?

- Jajaja algo ¿Tú te preparas para retar al gimnasio? - preguntó Brendan-.

- De hecho de ahí vengo. Mira.

May abrió su mano y le mostró la medalla piedra.

- ¡Wow! Avanzas rápido vecina.

- Sí. No pensé conseguirlo a la primera, si te soy sincera.

Ok, ese comentario le sentó terrible al muchacho.

- Tú ya la conseguiste ¿cierto?

- Eh... seeh... Digo... Sí, por supuesto que sí. Pfff muy fácil.

- Solo lo dices porque tenías ventaja de tipos. Yo atrapé varios pokémon de camino aquí pero ninguno era eficaz contra el tipo roca. Buah, tuve que enfrentar a Roxanne solo con Torchic.

Pokemon Esmeralda Delta: La historia de Brendan Birch.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora