Pokemon Esmeralda Delta: La historia de Brendan Birch.

Capitulo 40. Altomare IV: Revelaciones.

—¿Sientes algo, Lucario? -preguntó Steven-. 

Su pokemon extendía una mano, sus ojos estaban cerrados y su sensores extendidos. Lucario abrió los ojos y negó con la cabeza. 

—Maldición. Ni siquiera Lucario puede ubicarlo. ¿A dónde se habrá ido Brendan?

—Tal vez es porque no lo conoce ¿Tú no puedes sentir su aura? -preguntó Wally-. 

—No, mi manejo del aura es limitado. No puedo sentir las auras de los demás a menos que los esté tocando o que sea un aura muy intensa.  Habrá que hacerlo a la antigua... prepárense, saldremos a buscarlo. 

Mandaron a Fletchinder, Swellow, Vibrava y Skarmory a recorrer la ciudad en busca de Brendan mientras May, Wally y Steven recorrían las calles preguntando a los transeúntes por su amigo. 

_________

Noivern cayó debilitado ante los ataques de su adversario y Brendan lo devolvió a su pokebola. Ese misterioso pokemon tenía un gran poder y ya había debilitado a Noivern, Marshtomp y Metang sin sudar. 

—(Deja de resistirte y entrégame la piedra) -dijo el pokemon por telepatía-.

—Espera... tú eres Latios ¿no? Yo no soy tu enemigo, estoy aquí para protegerte.

—(¿Cómo puedes protegerme si ni siquiera puedes derrotarme?)

Brendan se sintió acorralado. Se pegó a la pared mientras Latios se acercaba amenazante. En eso la pokebola de Sceptile se abrió y se puso en medio de los dos.

—¡Sceptile! Vuelve a tu pokebola. Es muy peligroso, tus heridas aún no sanan. 

Pero a Sceptile no le importó y se puso en posición de combate. Lanzó un ataque de hojas navaja que hizo retroceder a Latios y esquivó su contrataque de aliento de dragón. Brendan notaba que a su pokemon le costaba moverse con la velocidad de siempre y si un ataque llegaba a darle podría quedar seriamente lastimado. Pero en esos momentos Sceptile era su mejor opción para enfrentar a ese pokemon.

—No se cómo vamos a salir de esta Sceptile, no creo que podamos derrotarlo... -en eso se le ocurrió una idea-. Creo que no me queda otra opción... ¡debemos atrapar a Latios! 

Al escuchar la cara de Latios se deformó en una mueca de rabia.

—(¿Dices que quieres atraparme? Pues te tengo una mala noticia... ¡Yo no soy de tu propiedad!)

________

—¡Brendaaaaan! ¡Brendaaaan! -gritaba May por las calles-. Disculpe ¿ha visto a un chico con un gorro blanco que parece su cabello y ropas rojas y negras? -preguntó a una persona que pasaba por ahí-. 

—No, lo siento -respondió y siguió su camino-.

May se recargó agotada en una pared. Había estado buscando por horas y nadie sabia nada de Brendan. Muchas preguntas rondaban su cabeza. Estaba segura que Brendan se había ido con Steven esa mañana, pero también era obvio que no era él. Entonces ¿quién o qué se lo había llevado? se preguntó. 

Echó un vistazo a su alrededor. Estaba en lo que parecía una zona comercial poco concurrida y frente a ella estaba uno de los elegantes puentes que había por toda la ciudad y que sorteaban los canales. No sabría decir donde estaba pero ya se las arreglaría para volver cuando encontrara a Brendan. 

Cuando iba a regresar sobre sus pasos vio pasar a alguien muy familiar al otro lado del puente: Una persona de gorro blanco y ropas negras con rojo.

—¡Brendan! -dijo alegremente y fue tras él-.