Lazos.

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Era un nuevo día sobre la ciudad de  Medellín y el sol brillaba en su punto más alto en el cielo, creando una temperatura muy agradable. Erick se encontraba camino al hospital El Peñol, dónde su madre estaba aun en rehabilitación. Hoy le tocaba la sexta sesión de fisioterapia. Erick estaciono la moto frente a la puerta del hospital, la apagó, se bajó y agarro su casco. Cruzo las puertas corredizas y se dirigió directamente al ala médica de fisioterapia. Ya conocía de memoria el trayecto de las veces que ha venido ya, no necesitaba que nadie lo guiará. Mientras iba acercándose, una sensación de ansiedad y miedo agobiaban su cabeza. Teniendo miedo de con que noticia podría encontrarse al entrar en esa sala. Si su madre había evolucionado o no, si seguía igual o peor su condición. El recuerdo de verla  ahí en el suelo de esa tarima, casi sin pulso, con la sangre brotando de sus heridas. Se acuerda que no entendía lo que había pasado, solo que la estaba observando por los monitores, ahí bailando como toda una reina y de golpe se encontraba tirada en el suelo del escenario sin moverse, inconsciente. Una sensación de shock y agobió lo había invadido esa vez, al pensar que la había perdido para siempre está vez. Luego recuerda las veces que la tuvo que ver en la USI, entubada, con miles de cables pegados a su cuerpo, completamente pálida como si la vida de ella si estuviera poco a poco escapando de su cuerpo.

 Pero ella se encontraba batallando por su vida. No quería quedarse solo. Tenia miles de cosas por vivir aun a su lado, experiencias, momentos. Tenía miedo de perderla cuando la había recuperado hacía tan poco. Culpaba a la vida por separarlos, a su tío Manin y sobre todo a Charly. Si no fuera por qué el siempre trato de cagarle la vida a su madre, el podría a ver disfrutado una vida junto a ella. Así que esto también se lo tenía que agradecer a el, a pesar de  que es su padre. Erick recuerda haber visto a Charly totalmente destrozado cada vez que venía a verla a terapia intensiva, recuerda haberlo visto rezar en la capilla del hospital. Y recuerda también la conversación que habían tenido aquella vez.

Flashback.

Las lágrimas de Erick nublaban su visión mientras caminaba sin rumbo alguno por los pasillos del hospital. El médico que monitoreaba a Yeimy, acababa de comunicarles que su madre había tenido una crisis, que habían logrado estabilizarla, pero que su cuadro era crítico. Que su cuerpo no estaba respondiendo como esperaban y las 24  hs eran críticas, si no comenzaba a responder podría quedar en un profundo coma para siempre. El pecho de Erick se sentía apretado del dolor y la angustia que estaba sintiendo en este momento. No sabía que hacer, se sentía perdido. Las lágrimas caían por sus mejillas, una tras otra, sus ojos se encontraban colorados de tanto llorar y ardían cada vez que parpadeaba. Caminaba tambaleándose, no entendiendo.

 ¿por qué la vida era tan injusta?, ¿por qué siempre tendrían que pasar por el amargo sabor del dolor? ¿ por que siempre tenían que estar al borde del abismo?. Así siguió caminando, doblando esquinas por los pasillos, hasta que sin querer encontró una puerta que sobre ella decía CAPILLA. 

 Mamá Ligia siempre le enseño de pelado a rezar, lo llevaba a misa y todas las tardes hacían el rosario juntos después de que llegaba del Cole, el se acordaba de rezar por sus compañeritos, por la maestra que al otro día no le diera mucha tarea, y por su mamá, su verdadera mamá, rogando que siempre dónde quisiera que estuviera lo cuidara y guiará. Erick encontraba siempre un refugio en la oración, y hoy no sería la excepción. Al acercarse a la puerta, se detuvo al escuchar el lamento de otra persona, que se encontraba ya dentro de la capilla. Podía sentir su dolor, su congoja. Imagino, que debería ser alguien que también le estaba pidiendo un milagro a Dios. Erick lentamente comenzó a empujar la puerta, para no hacer ruido y molestar al orante. Pero Erick logro llevarse una gran sorpresa, al encontrar que la persona que estaba ahí dentro hablando con Dios, era nadie mas que Charly. El principal culpable de todas sus desgracias. Una ira comenzó a subir por el cuerpo de Erick, haciendo que su respiración comenzara a agitarse,  que sus puños se cerraran fuertemente clavando sus uñas en su palma al punto de dejar marcas, y  apretara los dientes para evitar derramar la furia que lo estaba consumiendo. 

"Tenías que ser tu"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora