Arrancada de mi

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Acá estoy. Si, estoy viva. 🤣

Les traigo capitulo nuevo.

Advertencia contenido adulto mayores de 18... Bla. Bla.

Disfruten...

Las manos de Yeimy ya se encontraban blancas, de tanto apretar el volante inconcientemente. Desde hace unas horas que había cortado con Charly.
Un peso en el estómago se había asentado en ella junto a cúmulo de nervios. No sabía por qué, pero un mal presentimiento la invadía, parecía como el aire húmedo que se puede oler antes de la tormenta.
La noche cerrada ya había atrapado entre sus garras a la ciudad, junto con una cortina de agua que caía sin ninguna piedad sobre ella, haciendo repicar las gotas contra el techo del coche, a medida que avanzaba. Era como si el cielo llorara, queriendo advertirle que un mal aún mayor estaba en camino.
Los limpiaparabrisas creaban una danza hipnótica, barriendo el agua que se acumulaba en el parabrisas, en tan solo dos movimientos, ida y vuelta.
Solo el sonido de la creciente lluvia y la goma del limpiaparabrisas deslizándose por el cristal frente a Yeimy era lo único que se podía oir.
A medida que las cuadras se hacían menos al llegar a su destino, su corazón se apretujeaba con un sentimiento de desazón y de vacío. No sabía por que, no entendía por qué, pero tenía ese esa sensación anclada en ella. Sabía que al cruzar las puertas de ese edificio, algo pasaría con Charly.

Poco a poco fue descendiendo la velocidad, hasta estacionar el coche  frente a su lugar de destino.
Tomando la llave y girando la muñeca lentamente apagando el motor. Se quedó unos instantes, observandola la fachada del edificio, a través de la lluvia que golpeaba en su ventana. No quería entrar, pero necesitaba verlo, saber que es lo que le pasaba esa tarde cuando la llamo.
¿Por qué su voz sonaba rara, fría, hasta sin algún atisbo de emoción?. Después de colgar esa llamada, su cabeza no paraba de crear Miles de escenarios en los cuales fueran la razón de la actitud tan fría de Charly. Hasta pensaba que el tío le había hecho algo físicamente.
Lo último que podía recordar, era el estar los dos juntos, en aquel lago y el diciendole que su tío lo quería ver. ¿Pero para que? ¿Que es lo que había pasado desde esa tarde hasta la llamada? ¿Peor aún, que era lo que tenía que hablarle?. Trataba de dilatar más el mómento, pero sabía que tarde o temprano tendría que enfrentarlo. Así que tomando un suspiro profundo, inundando sus pulmones de aire, decido bajar del auto y correr hacia aquella entrada que la invitaba a enfrentarse a su destino.

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Las botellas se acumulaban encima de la barra de la cocina, como si de un desfile se tratara. Charly llevaba horas tomando vasos de Whisky, uno tras otro como si de agua si fuera agua. Intentando adormecer su cabeza, para la locura que estaba por cometer. Allí se encontraba, sumido en la penumbra, al igual que su corazón.  Recostado contra la enorme ventana de su living, con la frente apoyada sobre el cristal, absorbiendo el frío de el, como si de un calmante se tratara. Observando las gotas deslizarse lentamente por el. El alcohol en su organismo lo había adormecido, casi como si su cuerpo no sintiera nada, el ya no sentía nada. Costaba moverse, sus extremidades pesaban y una terrible jaqueca lo azotaba. Solamente el ruido de la lluvia cayendo intensamente contra el cristal, lograba traerlo a la realidad. Mientras sus ojos seguian el camino que una gota de agua iba dejando sobre el ventanal, rogaba en silencio que Yeimy se tardará o mejor dicho que no llegara nunca. Que se olvidara de que tenían que verse, que se olvidara que existe, que se olvidara su dirección, lo que sea pero que no llegara. Pero el destino no estaba a su favor, el penetrante sonido del ascensor llegando a su departamento, le confirmo que sus plegarias no habían Sido escuchadas.

Giro lentamente la cabeza sobre el cristal, para solamente detener sus ojos en su silueta en la oscuridad, tan solo alumbrada por la amarillenta luz de las farolas de la calle, que entraban por las amplias ventanas, creando un exquisito contraste de luces y sombras. Cómo ella lo es, luz y oscuridad una combinación hermosa, hasta poética para el. Sus ojos observaban en camara lenta, como se adentraba en el departamento, mientras una tenue sonrisa podía vislumbrar a lo lejos, en su rostro. Veía también como el agua de la lluvia se escurría por las puntas de sus cabellos, imaginandola correr bajo la lluvia cuando bajo del coche recién, para evitar correrse el maquillaje o despeinarse. Siempre ella tan coqueta, ese pensamiento hizo que una pequeña mueca apareciera en su rostro. Podía observar como su campera también estaba salpicada por varias gotas y como su cara reflejaba la humedad de ellas a través de la luz que la iluminaba. Su corazón dió un vuelvo al ver tan inocente y etérea imagen frente a el.

"Tenías que ser tu"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora