Los ¿por que? de la vida

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Las luces de los flashes la encandilaban, la embotaban. Pero la hacían lucir radiante, como una estrella de cine pisando la alfombra roja de Hollywood. Sus piernas esveltas y torneadas se visualizaban a través del tajo que combinaba perfectamente con su ajustado vestido color negro y sus sandalias de taco aguja color plata. 

Su cabello rubio peinado en ondas, caían como una cascada sobre su aterciopelada y deslumbrante espalda, sus labios color carmesí le daban ese toque atractivo de femme fatale junto con unos elegantes pendientes.

 Todos los hombres presentes, se giraban para contemplar a tal Diosa terrenal. 

Pero a pesar de que Yeimy era el foco de atención aquella noche, ella no reparaba en su alrededor. Su cabeza estaba muy lejana de aquel presente. Su cabeza no dejaba de ir en bucle ante todos los sucesos extraños que venían aconteciendo a lo largos de las semanas pasadas. Extraños persiguiéndola, llamadas de números desconocidos a mitad de la noche y ni hablar de aquel episodio con la camioneta hace días atrás. La paranoia la invadía a cada hora del día y sentía una sombra se cernía sobre ella, asfixiándola. El miedo la invadía, la sospecha la engullía.

 Su caminata continuo, sin dejar de saludar a sus fans, quienes alzaban carteles con muestras de cariño y devoción. Ella siempre se debería a su tan amado y adorado publico. Ellos tambien fueron grandes anclas en tiempos oscuros. Sus pasos se detuvieron una vez que llegaron al comienzo de unas largas escalinatas, las cuales le daban la bienvenida a la exorbitante y lujosa embajada de Puerto Rico. Sin medimientos, ella se giro una ultima vez para saludar a sus fieles fans quienes gritaron en alegría y vitoreos. 

Yeimy alzo en una mano su vestido para no trastabillar con sus tacos, mientras su otra mano se enredo en el fornido brazo de uno de los guardaespaldas que formaban parte de aquel evento. Con una sonrisa de agradecimiento, comenzó a subir con suma sutileza y elegancia las escalinatas. Dejando detrás de ella una estela de elegancia y glamour. 

Los mozos con bandejas repletas de copas del mas fino Champagne y los aristócratas escondidos tras caretas de amabilidad, colmaban aquel lugar impregnado de lujo y opulencia. La destacada orquesta inundaba con su música suave y distinguida cada esquina de aquel lugar. Se podían escuchar los violines, junto con las arpas y los violonchelos creando una melodía suave y acompasada. 

 Yeimy muy cómoda no se sentía en aquellas lugares, hasta le daba algo de repulsión ver aquellas personas vestidas de mascaretas elegantes, ejerciendo su poder y escalafones dentro de la política y la burocracia. La mujeres desfilando con sus elegantes vestidos y costosísimas joyas dando a deslucir sus niveles adquisitivos dentro la sociedad. 

Ella no pertenecía ahí, a esa aburrida e insulsa parte del sistema, pero sabía que lo que aportaban económicamente servía para su fundación. Sabía que no solucionaría el mundo, pero con tan sola sacar a un niño de la calle y de las drogas y poder darle la oportunidad de cambiar su futuro. Aguantaría a todo este ambiente falso e hipócrita. En fin ella también era un poco hipócrita para sus fines.  Con una amplia y fingida sonrisa se acerco a una de las mujeres de adorno, de los muchos embajadores, condes y magnates que abundaban esa noche. La mujer al verla acercarse, abrió sus brazos recibiéndola con una amplia y radiante sonrisa. 

- Wow, pero es mucho más hermosa en persona. 

Yeimy solamente asintió y agradeció en complicidad. 

-Muchas gracias, me halaga. 

Aquella rubia platinada, peinada con un elegante moño alto y enfundada en un costosísimo vestido color turquesa, todo bordado en finísimas piedras. Volvió a sonreírle mas ampliamente. 

- Realmente quien gane esta noche la cena con usted, será muy dichoso. 

El evento de esta noche era una gran subasta, entre ellos se subastaban viajes, autos y una cena con la gran estrella de la música urbana. Un sabor amarga subió por su garganta, al recordar que alguno de esos insulsos masculinos, se ganaría un rato a solas con ella. 

"Tenías que ser tu"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora