"Del odió - al amor I"

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Hola hola nuevo capítulo.
Escribí un montón ayer y se hizo larguísimo así que lo dividí en dos partes la segunda parte la voy a subir en un rato.
Bueno disfrútenlo las leo, me encanta leerlas y que comenten que partes les gustan también.
😍😍😍





El sonido del reloj colgado en la pared frente a el era lo único qué rompía aquel silencio sepulcral qué inundaba aquella habitación de hospital.
El correr de las agujas retumbaba en el cerebro ya agotado de Charly, haciendo qué una terrible jaqueca lo apoderará. Llevo sus manos a sus sienes cerrando los ojos fuertemente tratando de apaciguar la dolencia, pero fue inútil, al abrirlos dolía algo más qué solo su cabeza, su corazón.
Sus ojos recorrieron la imagen de Yeimy inconsciente acostada sobre aquella pristina cama de hospital. Un suspiro agotado salio de su pecho mientras se recostaba contra el respaldo de aquella dura y fría silla de plástico.

El hombre quien velaba por su seguridad al lado de su camilla era tan solo un pequeño despojo del hombre qué había sido al comienzo de aquella noche.
Una sonrisa amarga adorno su rostro cansado, al recordar cómo había comenzado aquella velada y como ahora había finalizado.
  Su postura era encorvada sobre aquel asiento, mostrando signos de cansancio, agotamiento junto con sus ojeras qué ocupaban la mitad de su rostro hundiendo sus pomulos, su cabello desaliñado y despeinado hacía todos lados dejando en evidencia qué sus manos pasaron más de una vez por ellos en signo de desesperacion y preocupación.
Su ropa tambien había sido víctima de los acontecimientos de aquella noche  convirtiendose su musculosa en jirones, cortadas por varios lados, hasta desgarrada dejando hilos colgando de ella, acompañada con varias manchas de sangre seca sobre su campera y pantalón, hasta su reloj de oro tenía varias gotitas pequeñas de aquel líquido vital.
Todo eso era lo qué quedaba en evidencia corporalmente del infierno qué había atravesado en aquel miserable bar. Pero internamente las secuelas eran peores, el dolor era más profundo qué sus posibles lesiones.
Su pecho ardía por la angustia qué tenía sometida en su interior, su garganta seca de los gritos desesperados en busca de ayuda para Yeimy, sus extremidades aún podían sentir pequeños espasmos del terror qué vivió al verla inconsciente entre sus brazos. Pero su mirada, su mirada azul brillante, desafiante, etérea ahora se encontraba apagada, distante, vacía, casi sin rastro alguno de vida en ella. Sus ojos estaban clavados fijamente sobre el pálido rostro de Yeimy.
Sabía qué ella ese encontraba bien, qué estaba fuera de cualquier peligro.
Pero eso no acababa con el dolor y la culpa qué sentía de verla una vez más en una cama de hospital, de volver a verla de nuevo al borde de las garras de la muerte.

Los enfermeros habían suturado y limpiado  la herida de bala en el bíceps de Yeimy junto a la médica qué la había atendido y daba órdenes a sus colegas. Luego de varias horas sobre un pasillo qué daba a varias habitaciones, la amable doctora le había pasado su parte médico comunicándole qué la paciente estaba estabilizada y fuera de peligro. Recuerda qué ella lo había tratado de calmar comunicándole su diagnóstico con una risa suave y cálida tratando de apiadarse de aquella pobre alma humana o lo qué quedaba de ella.
Le había comunicado qué ya había sido atendida y qué solamente le iban a suministrar suero gracias a qué se encontraba parcialmente deshidratada mientras se la mantenía bajo control y solamente había qué esperar a qué despertara después qué los analgésicos desaparecieran de su organismo.

Charly imediatamente le había casi rogado a la médica, qué por favor lo dejarán estar con ella, qué no quería moverse de su lado.
Recuerda el silencio de la doctora quién miraba detenidamente a aquel sujeto qué se encontraba frente a ella.
El podía ver como las ruedas funcionaban en su cabeza al remarcar con sus ojos su aspecto, todo desalinieado con su ropa manchada de sangre y rasgada por todos lados y su postura cansada y encorvada con sus ojos llenos de cansancio y frustración.
No pudo negarse, aunque quisiera no podía, veía la desesperación en este hombre, así qué le había dado el permiso de acompañarla hasta qué se despertara y le pudieran dar el alta.

"Tenías que ser tu"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora