Guerra y pasión II.

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Se que cuando lean esto van a saltar dónde esten, por qué son unas depravadas igual que yo así que acá está...

Atención contenido y lenguaje para mayores de 18 años. Leer bajo su responsabilidad.

Y me voy retirando lentamente.

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La habitación estaba casí a oscuras, pero sus ojos se acostumbraron a ella imediatamente gracias a la poca luz de la luna y las luces de la ciudad que entraban por el gran ventanal a su izquierda creando un ambiente íntimo y cálido.

Yeimy se alejo dejandolo en el centro de la habitación para volver a cerrar la puerta, encerrandolos dentro de esas cuatro paredes, testigos de lo qué ocurriría esa noche.
Se dió vuelta al cerrarla y apoyo su espalda en ella, observando como Charly ya se había dado vuelta tambien para observar a dónde había ido.
Tomando una respiración profunda se separó de la puerta impulsandose en ella y dirigiéndose hasta él con pasos auténticos de un felino, moviendo sensualmente sus caderas, estirando sus piernas, casi agazapada como lo haría una leona para atrapar su presa en la Sábana Áfricana. Pasos letales hacia su víctima qué ya estába en su mira manteniendo su mirada ardiente en la del, acechandolo, esperando el momento oportuno para atacar.
La respiración de el se atragantó en su pecho cuando llegó a pocos centímetros de su rostro parándose frente a el  torciendo la comisura de su boca en un gesto provocativo.
 Charly no movía  músculo alguno a pesar de estar completamente exitado. La actitud qué estaba tomando Yeimy lo descolocaba por completo, no quería hacer ningún movimiento por miedo a qué rompiera ese hechizo que estaba en ella. La dejaría a qué sea la qué dirigiera está vez, qué tomará lo qué quisiera de el sin oposición alguna.
Yeimy Deslizó sus brazos alrededor de su cintura, arrastrando sus palmas hacia arriba por su ancha espalda hasta la mitad de sus omoplatos, presionando su pecho y abdomen duro contra su cuerpo. 
Al sentir ese contacto una corriente eléctrica lo inundo desde su cabeza hasta su miembro, haciéndolo jadear en deseo por ella.
En lo qué lo podía hacer sentir con tan solo un roce de sus manos. Yeimy al ver esa reacción de el, apretó aún más sus pechos haciéndole sentir a través de las capas de tela de ambos sus pezones completamente erguidos y su corazón retumbando sin parar en su tórax.
Ella solo espero, no despegaba sus ojos de los de el, jamás se había sentido tan segura con hombre como con el en este momento, jamás había sido la fem fatal, sentía que no le quedaba ese papel.

Una cosa era mostrarse como toda una diosa segura para la Reina del flow y otra muy  distinta era tratar de ser ese mujer fatal como Yeimy Montoya en la intimidad.
Pero hoy quería volverlo loco, domarlo y ser ella la qué llevará las riendas, hacerlo sufrir por todo las boberías que hizo. Ese era su plan.
Charly al ver que Yeimy no hacía otro movimento, no pudo esperar más y se inclinó hacia abajo para besarla lentamente, saboreando sus labios, pasando lentamente del de arriba al de abajo, chupándolo para luego darle un pico. Hoy quería disfrutar cada momento, quería deleitar cada segundo. Sus amplios brazos serpentearon alrededor de su espalda y cintura pequeña, apretándola mas contra el, mientras abría más la boca para aumentar la presión de sus besos.

Yeimy sintió nuevas oleadas de deseo acumulándose en su centro, provocando qué se retorciera contra él necesitando algo de alivio. Quería hacerlo desear, suplicar un poco por todo el dolor qué le había hecho pasar con lo de su tío, pero al aspirar su olor a sudor mezclado con su perfume, ese olor tan particular de el, tan varonil, su plan se fue al carajo. Solamente quería tirarlo en esa cama y aprovecharse de el toda la noche olvidandose qué haya un mañana.

Necesitaba el contacto de el, necesitaba sentir sus dedos sobre su piel, sentir como solamente el sabe tocarla.
Tocando esos botones en ella haciéndola explotar, aunque ella no quería admitir, no quería bajar la guardia, no podía engañarse. Lo había extrañado locamente y su cuerpo se lo estaba demostrando, se lo estaba recriminando a cada segundo que la tocaba.
Charly separó suavemente sus labios acariciando los suyos con los de ella, atrapando el inferior y tirando suavemente de el hasta qué se deslizo de su boca dejandolo ir. Levanto la cabeza y la volvió a mirar a los ojos.

"Tenías que ser tu"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora