" Jugadas peligrosas "

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Hey, hay nuevo capítulo.

Contenido para mayores de 18 igual no hacen caso, así que disfruten.

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Era media mañana ya cuando Charly fue el primero en despertar y bajar hacía la cocina a preparar algo para comer.
Además de que su estómago lo reclamaba quería mimar también a su amada reina, llevándole el desayuno a la cama como bien ella se lo merece.
Cada atención que el pueda darle, sin rechistar lo hará.

Cuando los rayos tibios del sol cayeron sobre su rostro sacándolo de su vigilia y haciéndolo girar para comprobar a Yeimy, no la quiso despertar.
La vio tan profundamente dormida qué le dio pena interrumpir su reparador y merecido descanso.
Así qué muy suavemente, sin producir ruido alguno, salió de la habitación, bajo las escaleras, fue al baño y luego se dirigió a la cafetera para poner agua y así dar comienzo a un exquisito café matutino.
Podía sentir como el aroma inundaba sus fosas nasales despertándolo de la niebla del sueño.

Ni se molestó en vestirse, así qué andaba solamente en sus bóxer dejando al descubierto su marcado y varonil torso al aire libre, mostrando todo su esplendor bronceado.
Sus movimientos eran gráciles y confiados, ya qué conocía donde se encontraban cada cosa para lograr su cometido.

Entre el sonido de la cafetera, el exprimidor, el cual estaba haciendo el juego de naranja qué tanto sabe qué le gusta a Yeimy.
( Sin hielo, bien natural y sin azúcar).
No sé percató, qué alguien muy sigilosamente se recostaba detrás de el en la barra de la cocina, observándolo profundamente en silencio.
Estaba tan metido en su tarea para qué nada saliera mal, tan concentrado en que todo estuviera perfecto, prestando atención a cada detalle, qué su voz melodiosa lo tomo por sorpresa haciéndole pegar un brinco.

- ¿Te ayudo en algo?.

Una media sonrisa apareció en su rostro al encontrar una muy hermosa y aún dormida Yeimy vestida con su pijama de seda de dos piezas negro junto a su cabello despeinado de la cama, sus ojos medios cerrados aún tratando de despertarse y recostada en la barra con sus brazos cruzados provocando que sus pechos se elevarán y se hicieran más visibles a través del escote en V de su prenda de vestir.

Charly trago grueso, esa imagen era puramente tierna y caliente a la vez.
Solamente ella tenía ese poder en el de evocar varias emociones a la vez con tan solo una imagen.
Sus ojos azules recorrieron intensamente sus figura femenina, comenzando por sus largas y tonificadas piernas, gracias a su shorts qué le llegaban a mitad de los muslos.
Hipnotizado sin dejar de observar como frotaba su pie descalzo contra su pantorrilla, siguiendo con sus ojos ese movimiento de arriba hacia abajo en un movimiento casi erótico se podría decir.

La imagen de una Yeimy aún dormida era lo más tierno y sensual qué había presenciado en su vida, era como una obra de arte jamás descubierta, algo inusual, único y siendo el bendecido de presenciarlo en cuerpo y alma. Carraspeando al fin pudo encontrar su voz.

- Ey princesa, buenos días.

- Mmmm.. Buenos días.
¿Estás preparando el desayuno?.

- Así es, un rico desayuno solamente para mi reina hermosa.

- Me parece qué el papel de Cenicienta te lo tomaste de verás.

- Oigan a mi tía. Para su información yo fui un Boy Scout así qué me gusta hacer tareas.

Mientras seguían conversando, Charly se había dado vuelta dándole la espalda para reanudar lo qué estaba haciendo.
Pero Yeimy al escuchar qué Charly había sido en algún pasado un Boy Scout no pudo evitar qué una carcajada saliera de su boca, la sola imagen de un Charly peladito con shorts y camisa de Boy Scout le causo mucha ternura y gracia a la vez.
El pelinegro escuchando de golpe el ataque de risa qué la mujer detrás de el estaba teniendo, apoyo el cuchillo qué estaba usando para cortar las fresas y se dió vuelta cruzándose de brazos y mirándola con falsa indignación frunciendo su ceño, esperando a que terminara.

"Tenías que ser tu"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora