El olor a rancio y humedad llenaban las fosas nasales de Yeimy, ese olor tan nauseabundo y particular lo conocía a la perfección. Traía a su memoria tiempos muy oscuros, de cuando estaba en New Jersey, atrapada, aislada de la vida. Ese era el mismo olor que persivia al estar sentada en la cabina de visitas, de la prisión en la que se encuentra Juancho.
Yeimy había dejado pasar algunos días, para poder sentirse más fuerte, capaz para poder enfrentarlo. Necesitaba recuperar sus fuerzas, para volver a verlo a los ojos, y decirle tantas cosas que sucedieron.. En su cabeza le pesaba no poder verlo a su pez, no poder hablar con el, no saber cómo estaba, como se sentía.
Desde que había despertado en el hospital, después de haber estado varias semanas inconsciente, su mundo afuera había dado un vuelco de 180 grados. Con Juancho en la cárcel, Manin y Edgar aliándose para acabar con ella, Sorrund yendo a la quiebra y entre otras cosas. Necesitaba acomodar de a poco su vida de nuevo. Así que acá estaba, dando su primer paso a eso, también necesitaba arrancarse esa terrible culpa que sentía, por haberse besado con Charly, por la confianza que fueron ganando entre los dos, la cercanía que se hacia cada vez mas profunda entre ellos.
A pesar que Yeimy le había pedido a Juancho, que terminarán su relación, que cada uno hiciera su vida, ella no tenia por que darle ninguna explicación a Juancho de lo que hacía y con quién lo hacía. Pero por alguna razón, se sentía que lo estaba traicionando, que le estaba fallando al estar de amigas con Charly. ¿Quizás sea por eso?, ¿que la culpa es tán grande?, por qué el beso no fue con cualquiera, ¿si no, que fue con Charly?. Necesitaba decirle, necesitaba ella hacerlo por su paz mental.
Yeimy observaba fijamente sus manos, entrelazadas, que estaban apoyadas en el mostrador donde se encontraba el cristal de la sala de visitas. Hasta que oyó como una puerta del otro lado del cristal se abría, ingresando Juancho, acompañado de un guardia que le quitaba las esposas.
pudo visualizar a un Juancho, completamente demacrado, con ojeras oscuras que adornaban sus ojos, haciendo que estos se hundieran en su rostro, dando un aspecto lúgubre, cansado, podía ver también que había perdido algo de peso, la ropa que usaba le quedaba holgada, colgando de su cuerpo. Parecía ser la sombra de un hombre que alguna vez fue.
Yeimy se levantó ansiosa, para apoyar sus manos en el cristal, cómo si de alguna forma pudiera tocarlo a través se las gruesas capas de vidrio que los separaban. Juancho al quedar libre de sus esposas, corrió a apoyar las palmas de sus manos, dónde estaban las de Yeimy contra el cristal. Una sensación de felicidad, y añoranza por Yeimy, creció en el pecho de el.
Los dos quedaron sonriéndose, mirándose, observando cada detalle el uno del otro, después de tanto tiempo sin verse. Juancho fue el primero en hablar, mientras se volvían a sentar, uno frente al otro.
-Mi pececita, ¿Q'hubo?, se te ve bien!.
- Mi pez, acá estoy. ¿Cómo estás vos?....Mírate acá encerrado.
-Estoy bien, bue una manera de decir, pues. ¿no?.
- Te juro Juancho, te juro, que voy hacer todo lo que sea, para sacarte de acá. Es muy injusto todo esto. Vos no te mereces esto mi pez.
- Me voy a volver loco acá. no sabes cuanto los extraño, a mi hijo, a vos.
- Lo sé, nosotros también, y vamos a estar esperándote afuera. ¿si?.
-Siempre estas mi pececita, me sentía horrible, al estar acá y no saber de vos, al haberte dejado sola en el hospital.
-Tranquilo mi pez, no estuve sola, Erick estuvo conmigo, también Zulma, Charly.
-Ya lo sé de Charly, ese perro no paraba de tirarlo en mi cara.
- ¿Charly te vino a visitar?.
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"Tenías que ser tu"
RomanceEsta historia es paralela a la novela. Comienza a partir de que Yeimy empieza con sus sesiones de fisioterapia de ahí en adelante. ¿ Que pasaría si la persona que mas daño te ha hecho, es la que mas terminas amando? Un amor contra toda lógica, eso...