"Tenías que ser tu"

"Una noche fuera de serie".

La noche pronto llegó vaticinando junto a ella un gran encuentro entre cuatro sujetos a los cuales el destino los volvía a encontrar.
El primero en llegar fue Charly en su imponente descapotable color negro junto a su estilo y presencia que jamás lo abandonaba.
Bajando la pendiente de aquella propiedad pudo distinguir desde lejos las luces de la cocina y el comedor encendidas, dando a entender qué su reina se encontraba ya lista para la velada qué estaba a punto de comenzar.

Dentro de la casa, Yeimy se encontraba terminando de poner una fuente en el horno, asegurándose qué ningún ingrediente faltará para luego ponerla a cocinar. Ya se había bañado y cambiado de la ropa qué había llevado aquella tarde en GY, por una pollera de cuero color negra y una remera color azul en cuello V, terminando el look con sus botitas grises de taco fino.
Estaba simple, pero arregladita como siempre, con su cabello suelto en ondas suaves hasta sus hombros junto a un maquillaje suave.

Tomando el repasador qué estaba sobre la mesada, se limpio las manos de cualquier rastro de grasa qué haya podido quedar al tomar la bandeja qué contenía la cena, cuando el sonido de un motor, demásiado conocido para sus oídos, estacionaba haciéndolo acelerar más de lo necesario. Dos veces para hacer notar su presencia.
Rodando los ojos Yeimy ni siquiera tuvo qué moverse para ir a comprobar de quién se trataba.

"Tan Charly que duele"

Movía la cabeza mientras sonreía mirando el tomate qué estaba cortando encima de la tabla de madera, para luego de varios segundos abrirse la puerta de entrada de par en par recibiendo a un Charly con los brazos abiertos y una sonrisa enorme y brillante plasmada en su rostro.
Levanto la vista de lo qué estaba haciendo solamente para observarlo.

El también estaba arreglado, con su jean negro roto en las rodillas y una camisa blanca con detalles en el cuello.
Qué por cierto marcaba demasiado bien sus bíceps y pectorales, acompañado de sus típicos collares dorados con sus botas marrones.
Yeimy adoraba como le quedaba las camisas a Charly haciendolo más sexy y llamativo marcando toda su fisionomía de Adonis qué el muy descarado tiene debajo de esas telas y qué muy bien ella conoce.
Mordiéndose los labios pensó.

"Tendría qué usarlas más seguido...
Dios Yeimy, controlate mujer, no vayas ahí".

Sin darse cuenta Charly los pensamientos qué nublaban la mente de su novia, emprendió sus pasos hacía la cocina donde la podía ver a Yeimy detrás de la mesada. Acercándose se podía ver qué en ambas manos, llevaba una bolsa de regalo muy delicada, mientras en la otra una botella de vino demasiada exclusiva.

- Buenas, buenas mi reina hermosa,
¿te pusiste a cocinar?.

- ¿Q'hubo princeso?, si quería ir adelantando. Llegaste temprano.

- Mmm si, para así tenemos un ratico solitos.

- Tan bobo este. Veni ayúdame mejor con la comida.

- Me encanta cuando me mandóneas así. Me calienta.

- Charly, a vos todo te calienta.

- Todo lo qué haces vos, princesa.

Charly se iba acercando lentamente rodeando la barra en la cual Yeimy se encontraba ahora cortando una zanahoria.
Aprovechando la suma concentración qué tenía sobre aquel vegetal, dejo suavemente las cosas en la punta de la mesada sin apartar la vista de su pareja para caminar lentamente hasta pararse detrás de ella deslizando sus brazos por su cintura y apretando su cuerpo contra el de ella, terminando su travesura con un besito en su nuca.
Yeimy suspiro ante ese contacto, si era sincera extrañaba sentirlo así tan cerca. Bajando sus defensas se dejo refugiar en aquellos fuertes brazos masculinos y rodearse de su colonia y calor, reclinandose hacía atrás contra su amplio pecho.
En un susurro mientras lentamente seguía cortando aquel vegetal le hablo.