Noche de enredos II.

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Contenido para adultos.
Mayores de 18 años.
Leer bajo su propia responsabilidad.

 Yeimy estacionaba el coche en el jardin enorme de una casa, que quedaba a varios minutos de la ciudad. Se encontraba apartada de toda civilización, la casa mas cerca la había dejado atras hacia varios kilómetros.

Solo se podia escuchar el silencio de la noche, acompañado de los ruidos de la nsaturaleza. Ella apago el motor del coche y se inclinó sobre el volante, para poder ver mejor a travez del parabrisas.

Frente a ella se encontraba una residencia, grande, toda espejada. Se podía observar que los ventanales cubrian la gran parte de la construcion, en el medio habia unas escaleras de madera, que llevaban a una gran puerta masisa color blanca.

A atravez de las ventanas, se podia percibir unas luces tenues, creando un ambiente plascentero y cálido. Se levanta del volante, para comprovarse en el espejo retrovisor. Queria verificar, que el maquillaje estuviera en su lugar, solamente corrigió un poco de lápiz labial que se había corrido apenas con su pulgar y con un suspiro amplio, inflando su pecho, bajo del coche, caminando despacio sobre el cesped, haciendo equilibro con sus brazos, para evitar caerse con los tacos que se hundían en la tierra y dificultaban su andar.

Mentalmente rogaba que no se le ocurriera aparecer al bobo de Charly en ese momento, por que sabía que la estaría cargando toda la noche. Llegando  a la baranda de las escaleras, con una mano se agarró de ella, mientras la otra llevaba su cructh. Estaba por tocar la puerta, cuando esta se abrió de golpe.

Charly estaba frente a ella, inclinado en saludo real. Yeimy se quedo parada mirando la escena que se llevaba acabo frente a sus ojos, comenzando a escrutinar todo con sumo detalle, hasta que se da cuenta, de algo muy importante. ¿Sus ojos veian mal? ¿o acaso, Charly con un smoking? ¿de veras?. Charly sigue inclinado sin haberla visto aún y con voz señorial le dice.

- Vuestra reina, bienvenida a su velada. 

Yeimy se lleva la mano libre a la boca, tapándose la carcajada que le provoca verlo en esa pose y en ¿smoking?. Respirando profundo, para calmar la risa, se reelame los labios y le contesta. Mientras con su mano lo señala de arriba abajo.

- ¿Y usted? ¿vendría a ser el princeso?

Charly levanta la mirada, quedando completamente embobado y con su respiracion atragantada en su pecho. La recorre con su mirada, intensamente, desde la cabeza, hasta los pies, admirando ese vestido que le queda perfecto a su cuerpo, almodandose a ella, resaltando todas sus curvas y mostrando esa hermosas piernas, haciéndola más estilisada. Pero toda su  atención va a su cabello. Nunca la había visto con el cabello así, recogido. Siempre la había visto con varios peinados, claro que sí, asi fuera por los conciertos o el dia a dia. Pero como lo tenía peinado esta noche jamás. Simplemente le quedaba hermoso, resaltando sus claviculas, estilizando su cuello. Ya solo con esa imagen, le haría el amor ahí mismo en los escalones.

Yeimy pudo sentir la intencidad de su mirada en ella, provocando que un escalofrio la recorriera. El la hacía sentir así, hermosa, sensual. No era que ella no lo supiera o no lo fuere, pero le encantaba que el provocará eso en ella, que la viera de esa manera.

Charly se reprendió mentalmente por los pensamientos obsenos que estaba teniendo, al tener semajente imagen caliente de Yeimy frente a el. Pues ome tranquilo, tienen toda la noche para disfrutar. Charly riéndose del monólogo que tenía internamente, le constesto a Yeimy, con voz ronca, mirandola a los ojos.

- Por vos princesa, soy lo que quieras.

Yeimy se fue acercando a el, observandolo más detalladamente.
Tanto burlarse de ese smoking, le quedaba divino, la chaqueta enmarcaba sus bíceps y la camisa su pecho, la imagen de esa prenda lo hacia mil veces mas sexy. Para decir verdad le quedaba muy pero muy bien, pero no era el estilo de Charly flow. Yeimy lo conocía, sabía que el no estaba cómodo con ese traje, pero igual se le agrando el corazón y le dio mucha ternura, al darse cuenta que se tomó las todos esas molestias solemnemente por ella. Ella se paro frente a el, y pudo ver que la pajarita estaba torcida, eso le dio mas ternura, por que a pesar de que se mostraba un hombro serio, recio frente al mundo, en el fondo era un chiquito que había que mimar. Sus manos volaron a la pajarita del smoking y sonriendo le dijo.

"Tenías que ser tu"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora